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Jueves 01 de enero de 2009.
Buenos días mi amor, déjame contarte un poquito como ha ido todo; dentro del avance de nuestra enfermedad, digo nuestra porque me siento involucrado en ella y porque tú tienes una parte importante de mi vida, así como yo también poseo una parte importante de la tuya, los exámenes han salido bien, el doctor dijo que no debemos preocuparnos de otros aspectos.
Tu corazón está sanito y estos meses he sentido que el mío ha ido mejorando de esa arritmia que me has provocado con tu sonrisa durante los últimos cincuenta y seis años.
A nuestro hijo DaeHyun lo han ascendido en la empresa, y ayer tuvimos una cena familiar para celebrarlo, ¿Lo recuerdas? Es de cabello color negro, mandíbula pronunciada y ojos grandes, dicen que se parece mucho a mí cuando era joven y tienen razón.
Después de la merienda en el jardín te enseñaré algunas fotografías para que me digas tu opinión.
También vino MinKi junto a DoYeon, trajeron ese té que tanto te gusta, ese que tiene un sutil aroma a naranja.
Te lo prepararé apenas despiertes.
Quien nos dio una hermosa sorpresa fue nuestra pequeña SunHee y su regreso del viaje al extranjero, a ella la pudiste recordar y mis ojos se llenaron de lágrimas cuando la abrazaste y la regañaste porque había salido a jugar sin avisarte, le dijiste que cenarían y que le leerías un cuento para dormir.
Pero las lágrimas rodaron por mis mejillas cuando subí a la segunda planta de casa y los vi; a ella acostada en su antigua cama, abrazando a su muñeca y tú sentado a su lado leyéndole su cuento favorito, pudiste recordarlo, también pudiste recordar que le dabas un beso en la frente y le susurrabas cuánto la querías.
DaeHyun y MinKi me abrazaron con fuerza, tú saliste y nos preguntaste qué nos pasaba, dejaste un beso en mis labios y me abrazaste por la cintura como antes, apoyando el mentón en mi pecho para mirarme con esos ojitos traviesos que me encantan.
Un día.
Una hora.
Unos minutos.
Soy inmensamente feliz si me recuerdas unos pocos segundos de las veinticuatro horas del día.
Todo ha funcionado a la perfección en casa, Chan es un gran enfermero, ¿Lo recuerdas? Es el jovencito que te cuida cuando yo no puedo hacerlo, quien te entrega las medicinas y te ayuda a asearte por las mañanas.
Aunque debo confesar que poco a poco le he quitado su trabajo pero él solo nos sonríe y te dice lo afortunado que eres de tenerme como esposo, yo te digo lo enamorado que estoy de ti y tus ojitos se iluminan al escucharlo, como también te ruborizas cuando beso tus mejillas.
Recibir una sonrisa tuya no tiene precio, mirarte a través del espejo mientras cepillo tu cabello, a pesar de tus miradas perdidas soy feliz.
Porque creo que aunque a veces no sabes quién soy, sigues sabiendo cuanto te amo.
He escuchado que la piel no sufre de Alzheimer, siempre recuerda la caricia o la cicatriz.
Y mi amor, te debo decir que tú estás lleno de las caricias más sinceras que puedan existir y de los besos más reales que ninguna enfermedad podrá borrar.
Prometo cuidarme con el único propósito de vivir más tiempo para poder cuidarte hasta el último día de tu vida.
Con amor, tu SeungCheol.
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