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Martes 25 de diciembre de 2012.
La época navideña siempre ha sido tu favorita y este año no fue la excepción, hemos decorado la casa junto a nuestros hijos, yernos y nietos.
¿Puedes creer que SunHee sigue peleándose con MinKi por quien coloca la estrella en el árbol como cuando eran dos niños pequeños?
¿Y que DaeHyun continúa robándose las galletas de chocolate de la cocina?
Es increíble que a pesar de que los años han pasado, algunas cosas siguen siendo iguales; como verte en víspera de navidad leyéndole un cuento a nuestros nietos a un lado de la chimenea, en un momento la hija de MinKi y DoYeon se levantó y te susurró al oído indicando dónde te habías quedado en la lectura, tú le sonreíste y le pediste que se quedara a tu lado, como si supieses que te volverías a perder.
Pero Suni me vio apoyado en el marco de la puerta y me llamó para que tomara su lugar y juntos pudimos terminar de leer, tomando tu mano y guiándote, musitando los nombres de los niños cuando buscabas ayuda con la mirada para dirigirte a ellos.
No podrías dimensionar cuánto te aman.
De los pequeños angelitos nació la idea de poner letreros en cada puerta para que volvieses a confundir la cocina con el baño, a veces ponen flechas para guiarte en los pasillos.
Hoy en la mañana cuando bajaron corriendo por la escalera para abrir los obsequios llevaban un papel con sus respectivos nombres en sus pijamas.
Y cada vez que te quedabas en silencio levantaban y adorablemente enseñaban el papel para que los recordaras.
Después de desayunar hemos salido a caminar, nos sentamos viendo a los niños jugar con la nieve, riendo y corriendo de un lado hacia otro como pequeñas y traviesas estrellas fugaces.
Y mientras tú los mirabas a ellos, yo te miraba a ti, hasta que esa preciosa sonrisa se desvaneció y tu mente volvió a quedar en blanco, sin entender lo que sucedía a tu alrededor.
Por primera vez me dijiste que estabas triste, perdido y enfermo, tomaste mi mano por encima de la banca de madera y mirándome a los ojos susurraste, como si fuese un delito, que todo lo que sabías era que me necesitabas.
Ya no debo llorar, porque yo sí te puedo recordar a ti.
Pero si me permites quisiera dedicarle algunas palabras a nuestra enfermedad.
Mal despiadado llamado alzheimer, te llevaste a una increíble persona, te llevaste su bien más preciado; su memoria.
Pero lo que no sabes es que mi amor es mucho más fuerte que tus zarpados letales.
Y cada día seguiré luchando para ser más fuerte que tú.
Mi amor, sé que luchas por recordar, te he encontrado algunas madrugadas llorando en el jardín, preguntándote qué es lo que está mal contigo, con tu cabeza, preguntándote de dónde vienen esos recuerdos de un pasado que parece tan distante.
Mi amor, mi pequeño JiHoonie, no quiero que llores porque yo tengo amor suficiente para los dos.
Con amor, tu esposo SeungCheol.
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