Capítulo diecisiete.

115 11 3
                                    

Ya eran las 5 p.m y, como dije anteriormente me moría de ansias, posiblemente esa era la razón por la cual ya estaba lista para salir sabiendo que faltaba una hora todavía.Mientras que Emma seguía tirada en la cama comiendo papas fritas, mirándome. Me puse un vestido ajustado en la parte de arriba y suelto en campana en la parte de abajo, un poco más arriba de la rodilla, de color crema, junto con unos tacones haciendo juego.

E:¿De verdad vas a seguir fingiendo que tu relación con Mark esta bien, que sigue siendo como al principio?

Y:No niego que no estamos bien, ya te lo dije mil veces, pero eso no significa que no nos amemos.

E:Lucy, hey, no te pongas a la defensiva.

Y:No me estoy poniendo a la defensiva Emma, pero sabes que no me gusta que me cuestionen, me pones de malhumor diciéndome eso.

E:Lo hago por tu bien Lucy, te estas engañando repitiéndote en tu mente que le vas a decir que necesitan más tiempo juntos y bleh y pensas que así todo va a volver a la normalidad

Y me dejo sin habla, porque me conocía tan bien que cada palabra que había dicho era cierta.

Y:¿Por qué no podría volver a ser todo como antes, si seguimos armándonos?

E:Lucy, ¿te parece normal que una pareja EN VERANO no se vea por dos semanas? ¿Qué no te conteste los mensajes? Se que lo amas, que es una de las personas más importantes en tu vida, pero baja a la realidad, y fíjate que algo no esta funcionando.

Y justo cuando terminó de hablar, sonó el timbre, indicado que mi novio había llegado.

E:Hablando de Roma...

Saludé a Emma, agarré mi cartera y mi celular y salí.

Y sólo con ver sus ojos, una sonrisa se formó en mi cara, una sonrisa incontrolable, automática, que se formaba siempre que hacíamos contacto visual.

M:¡Lucy!

Acto seguido corrió a abrazarme.

L:¡Mark!

M:No te imaginas cuanto te extrañaba, cuanto te necesitaba.

L:Si, no lo noté.-esto último se escapó de mi boca sin pensarlo, no era como yo quería hablar con el, no de esa forma.

M:¿A que te referís?

L:No, a nada, ya esta.

M:Lucy, decime.

L:No Mark, no es necesario.

M:Lucy, decime a que te referís-vi su expresión facial y me di cuenta que empezaba a enojarse.

L:Nada Mark, no tiene importancia.

M:¿Sabés algo? Venía con intenciones de arreglar un poco nuestra "relación"-hizo comillas en la palabra, cosa que me partió el corazón en dos-pero con vos siempre es lo mismo, solo querés pelear, discutir, para que después yo te perdone, y me harté, me harté de tus actitudes.-concluyó casi gritando, y en este punto yo ya estaba dolida, frustrada y por demás enojada.

L:¿Querés saber a que me refería? Te voy a decir, me refería a que tuve que estar dos semanas completas sin tener noticias tuyas, me refería a que no me mandaste un maldito mensaje, que preferís estar en la playa con otras personas y que no me incluís en tus salidas y no me dejas que te incluya en las mías.¿Tenés el tupé de decirme que te hartaste de mí?Sos vos el que no me habla, al que ya no le importa lo que me pase, porque si me hubiera pasado algo estas dos semanas, te juro que serias la última persona a la que recurriría.

Me di vuelta y comencé a alejarme, en dirección a la casa de Emma, ya que sólo estábamos a unas 6 casas de allí.

M:Lucy, hey, Lucy, y-yo no quise decir eso, estoy un poco nervioso y me la agarre con vos, no fue mi intención lastimarte, perdón, volvé.

Pero ya era muy tarde, las lágrimas caían y mi orgullo y mi corazón estaban demasiado dañados como para fingir que nada había pasado.

Yo soy así, no suelo enojarme, pero cuando lo hago, cuando me lastiman, es muy difícil que perdone fácilmente, y el sabía muy bien eso.

Toqué el timbre y Emma abrió la puerta dejándome pasar instantáneamente y aunque no la haya visto, sabía perfectamente que acababa de darle una mirada de desaprobación a Mark.

Emma insistió en quedarse conmigo y cancelar la salida que tenía pero necesitaba estar sola, con helado y chocolate, pensando. Así que logré que se fuera no sin antes resumirle todo lo que había pasado y prometiéndole que cuando vuelva le contaría todo con lujo de detalles y tendríamos una noche cursi de mejores amigas.

Y se fue, y me quede sola, con mis golosinas, y mis lágrimas. Y me encantaba que fuera así, me encantaba estar conmigo misma un rato sola, pensando, reflexionando, recordándome a mi misma que no todo siempre sale bien, pero que hay que seguir adelante, dándome ánimo, sola, como siempre.

Y cuando más sumergida me encontraba en mis pensamientos, alguien comenzó a tocar la puerta.

Like A MovieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora