Capitulo V: El Pueblo Fantasma.

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Después de entrenar, Mercedes y yo decidimos no perder mas el tiempo, así que salimos de la choza y nos dirigimos hacia Glanz. Había un mapa de todo el reino en la choza, así que no se nos dificulto mucho encontrar el camino de vuelta.

_ Primero tenemos que pasar por este pueblo, creo que se llama... Sohg _ Dijo Mercedes apuntando hacia el mapa.

Después de caminar varios metros, logramos llegar a Sohg, al entrar al pueblo se nos hizo raro no ver a nadie por las calles, todas las casas estaban completamente destruidas, parecía como si un formado hubiera pasado por ahí. Mercedes y yo nos miramos mutuamente.

_ Creo que debemos investigar que ocurrió aquí... ¿no crees? _ le dije a Mercedes.

_ Correcto _ dijo ella mientras miraba alrededor. Después de eso los dos tomamos caminos distintos por las calles de aquel pueblo.

Al entrar en una de las casas se veía todo desordenado y tirado, después entre a una de las habitaciones, no lo podía creer lo que mis ojos veían, eran personas asesinadas brutalmente, yo solo me quede sorprendido por aquella escena de terror.

Tal vez esa es la explicación de el por qué no había nadie en las calles, todos fueron asesinados mientras dormían. Estaba a punto de tocar uno de los cuerpos cuando de repente...

_ ¡AXEL! _ Escuche que alguien gritaba mi nombre a lo lejos, era Mercedes pidiendo ayuda. Salí corriendo de aquella casa en busca de Mercedes, después volví a escuchar otro grito que decía mi nombre, solo que esta vez si supe de donde provenía aquel llamado de auxilio. Cuando entre vi a Mercedes ayudando a una sobreviviente.

_ Axel, ¿donde estabas?, necesito que me ayudes, sacarla de aquí.

_ De acuerdo _ conteste, la tome del brazo y la puse sobre mis hombros, después la lleve afuera, y espere a Mercedes.

_ ¿Cual es tu nombre? _ Pregunte.

_ Claudia _ Respondió ella.

_ Bien Claudia, ¿recuerdas algo de lo que ocurrió aquí?

_ Fue horrible, las brujas llegaron aquí a la mitad de la noche, y con un grupo de zartas mataron a todos mientras dormían _ Respondió un poco traumada. Después decir eso me abrazo mientras lloraba.

_ Tranquila, ya termino, estarás a salvo, lo prometo _ Dije mientras la abrazaba también.

Al poco rato llego Mercedes con un poco de alcohol y un pedazo de trapo.

_ Esto te dolerá un poco _ dijo Mercedes en seguida, tomo a Claudia de la pierna y la lavo con alcohol, y después la vendó con el pedazo de trapo.

_ Estarás bien, Mercedes sabe lo que hace _ dije al notar dolor en sus gestos.

_ Tenemos que llevarla con nosotros, ella dice que llegaron sirvientas de Ho con zartas, y acabaron con todos aquí. No tiene a nadie _ le dije a Mercedes.

_ No lo se Axel, el viaje podría ser peligroso para ella.

_ Escucha Mercedes, yo me encargare de ella, tu no te preocupes, la protegeré. Tu hiciste lo mismo cuando me encontraste en esa carroza hace 8 años.

_ Esta bien _ respondió Mercedes.

Después me acerque a Claudia.

_ ¿Crees que puedas caminar? _ pregunte. Después de intentarlo era evidente que no.

_ Quedense aquí, no tardo _ dije, y fui en busca de algo que nos sirviera de transporte. Al poco rato de buscar encontré un establo, entre para ver si aun quedaban caballos. Solo quedaban dos, así que los tome y fui directo hacia donde estaba Mercedes y Claudia.

_ Encontré a este par de caballos _ dije.

_ Yo encontré materiales para una casa de campaña y algo de comida _ dijo Mercedes, pusimos las cosas sobre los caballos. Mercedes monto uno, en el otro caballo subí a Claudia y yo guiaría a ese caballo.

Después de un rato comenzó a oscurecer.

_ No podemos continuar así _ dijo Mercedes.

_ Entonces hay que acampar _ respondí. Después de montar la casa de campaña y encender algo de fuego cenamos.

_ Bien, es hora de dormir _ dijo Mercedes.

_ Yo me quedare aquí afuera ha hacer guardia, tu y Claudia pueden dormir adentro _ dije

_ Esta bien _ dijo Mercedes.

Me senté en un tronco al lado de la fogata para entrar en calor y calentar algo de té. Después de un buen rato salio Claudia.

_ ¿Qué sucede? _ pregunte.

_ Oh nada, solo que no puedo dormir.

_ Ah entiendo, debe ser difícil superar lo que le paso a tu pueblo _ Dije mientras le extendía la mano para darle un poco de té.

_ Gracias _ respondió.

_ No hay de que, ¿cómo esta tu pierna?

_ Esta mejorando, gracias. Oye quería agradecerte.

_ ¿De qué?

_ Por lo que hicieron hoy por mí

_ No tienes que agradecer, cualquiera lo hubiera echo.

_ Si pero no cualquier persona me llevaría con ella para no dejarme sola, de verdad... Gracias.

_ No hay de que _ dije, y al cabo de un rato ella poso su cabeza en mi hombro todo lo que quedo de la noche.

_ No hay de que _ dije, y al cabo de un rato ella poso su cabeza en mi hombro todo lo que quedo de la noche

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El Amuleto De MorfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora