Estaba nervioso, mucho he de agregar. Todos los sirvientes estaban formando una gran comisión en la entrada del castillo. La señora Mesteer como siempre estaba con un pañuelo en las manos, mis hermanas están ahí, las dos más pequeñas saltando, mientras que Lilly mantenía una postura impecable. Mi madre estaba junto a mi padre al frente de la multitud, me pareció extraño, puesto que no me había despedido de mi padre y ella prácticamente me había subido al avión.
La limusina se detuvo y los sirvientes se pusieron en marcha de inmediato. Abrieron la puerta y puse un pie fuera. Era realmente maravilloso pisar mi tierra después de casi medio año fuera. Las trompetas empezaron a sonar y los tambores repicaban anunciando el regreso de un McDragon a su hogar.
-Querido hijo bienvenido a casa- dijo mi madre acercándose a mí para darme lo que parecía un abrazo, pero en seguida corrigió su postura y espero a que yo hiciera la acostumbrada reverencia y me ofreciera su mano. Así pues, hice la reverencia y bese sus nudillos. Hizo algo que no me esperaba, ella me tomó de la muñeca y me atrajo hacia sus brazos, estaba sollozando y besaba mis mejillas como nunca antes había hecho, ante eso me tensé. ¡¡Wuao!!, saldría del país con más frecuencia, pensé.-¡Mi cielo como crees que después de este tiempo no te recibiría de esta manera!- sus ojos celestes estaban llorosos. Ella sabía que no me esperaba aquel gesto.
-Vamos Evangeline no acapares al muchacho- dijo mi padre con voz profunda. Sus cabellos rubios brillaban con la luz del sol, había olvidado como brillaba el sol en Vera. A regañadientes mi madre me soltó y él me dio un fuerte abrazo. Por lo menos de mi padre sí que lo esperaba, a pesar de ser el duro hombre que muchos temían y respetaban, para mí era un hombre justo y digno de admiración, aunque nunca pasaba mucho tiempo con nosotros, esos momentos eran realmente valiosos. En secreto siempre quise ser como él, porque no le tenía miedo a nada. Quería que el pueblo me amara algún día como lo amaban a él.- Veo que traes un recuerdo de América – dijo él fijando su mirada detrás de mí. ¡Mía! Por un momento me había olvidado de ella, y era extraño porque nunca tenía otra cosa en mente que no fuera ella. Me separé de mi padre y caminé hacia ella, que había estado parada delante de la limusina todo el tiempo.
-Lo siento cariño- susurré. Ella negó con la cabeza en señal de no darle importancia. Yo le tomé la mano y la lleve frente a mis padres.- Madre, padre, ella es Mía Taylor, es mi novia.- miré hacia ella que estaba sonrojada, soltó mi mano e hizo una reverencia algo torpe, pero adecuada y sonrió de la manera más dulce y sincera.
-Es realmente un honor conocerlos- dijo con voz firme.
-Encantada preciosa- sonrió mi madre. ¿Acaso estaba medicada? ¿Dónde estaba la mujer dura, y estirada que controlaba a todos?
-Bueno hijo, no sabíamos que tenías una novia, pero ella está aquí- mi padre tenía un buen sentido del humor, pero solo con los allegados porque de resto...- Es un gusto muchacha.- un carraspeo hizo a todos dirigir su mirada hacia la entrada.
-Yo si sabía de ella padre-dijo Lilliam mostrando una sonrisa de suficiencia. Como siempre ella quería ser el centro de todo. Ella dejó la postura que llevaba y salió corriendo hacia mí, salto y la elevé como cuando era más pequeña, obviamente hacia 10 kilos atrás. Cuando la dejé en el suelo ella se sujetó de mi cuello y me dio un abrazo que casi me deja sin respiración- Eres un miserable gusano hermano.
-Esa lengua Lilliam- regaño mi madre.
-Lo siento Titán – ella hizo un puchero y escuche la risita de Mía a mis espaldas.- En cuando a ti- dijo refiriéndose a Mía. Ella puso los ojos como platos, sus mejillas se pusieron rojas- te advierto que es mi único hermano, así que si le haces algo te juro que...- yo le tapé la boca a la loca impulsiva de Lilly. Mía se rió un poco más fuerte y se acerco a nosotros, quito mi mano de la boca de la mocosa y le sonrió.
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Entre Sapos y Diamantes
Teen FictionHabía una vez... Yo... Sí, yo... Está bien, no soy ninguna princesa. Pero en realidad conocí a un príncipe. ¡Y qué príncipe!.... creo que es como muchas chicas lo desean, rubio, de ojos verde como esmeraldas, un rostro que no tenía que envidiarle a...