Capitulo XI

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La ciudad era un hervidero de gente, era casi medio día cuando logramos llegar hasta las tiendas principales. Kate había dormido casi todo el trayecto, los demás habían bebido "un poco", por lo que estaban "un poco" achispados.

-Nosotros vamos por los trajes- dijo Bastean en tono neutral, casi como si nada hubiera ocurrido durante el camino. De cierto modo lo agradecía, pues mi estomago estaba tan repleto de mariposas que si abría la boca todas se irían volando. El clima estaba fresco por lo que mi ligero vestido era apropiado, aunque seguía detestando el color.

En cualquier caso, nos dependimos de los chicos, nos dieron un beso en la mejilla a cada una, y se fueron calle arriba. Bastean se había demorado más que los demás, y sus ojos brillantes como rubíes, eran la cosa más maravillosa que jamás había conocido. Y era todo mío, pensé con cierto aire posesivo.

Tiffany's, Gocci, Victoria Secret, Armany, eran algunas de las tiendas en nuestra lista por visitar, toda chica debe tener un buen plan de compras.

Casi por arte de magia, Kate había escogido el "vestido perfecto". Era color negro con morado, un lindo corsé morado con cintas negras, y mangas al estilo medieval. La falda estaba formada por varias capas de telas que dejaban ver la capa inferior, todas en varios tonos de negros y morados. Al principio me había parecido un disfraz, pero en ella se veía realmente bien. Estaba casi eufórica, pues decía que jamás encontraría nada que le gustara, y ella fue la primera en hacerlo.

Los chicos no tardaron ni 30 minutos en comprar los trajes, zapatos, y corbatas, por lo que nos encontraron fuera de la tercera tienda, donde compramos el vestido de Kate.

El rostro de Kate estaba radiante. Estuvo hablando sobre como Matt le había pedido que fuera con él al baile, en las tiendas que habíamos entrado. Ellos estaban sentados el uno junto al otro, pero eran los únicos que no participaron en la conversación con los demás. Hasta que Ty sugirió asaltar el mini bar de Bastean y descubrieron por desgracia una botella de champan. Todos estaban muertos de risa gracias al alcohol, pero en eso Matt tomo las manos de Kate y le pidió que lo acompañara al baile. Le regalo un ramillete de rosas, color negro obvio. A los presentes casi les daba un infarto y esta vez no por la bebida. Ty sabia de la sorpresa por lo que había reaccionado realmente bien. Las chicas bueno... gritamos a todo pulmón.

En las siguientes dos tiendas no tuvimos tanto éxito. Todos los vestidos tenían exagerados armadores, intrincados bordados, colores chillones, exagerados escotes, o todo lo anterior.

Caminamos unas calles más, y vimos lo que parecía una liquidación. Si era hermoso y estaba en liquidación, digan siempre "me lo probare" nunca se sabe.

Revisamos de arriba abajo los percheros en busca de algo, pero todos eran exactamente como "no lo queríamos"

-¡¡Mía!!- grito Valery a mis espaldas. Estaba sosteniendo un vestido color rojo, lleno de bordados y una enorme rosa en el hombro- ¿Por qué no te lo pruebas?- Los chicos estaban muertos de la risa mientras que nos espiaban por el vidrio del exhibidor. Valery les hizo una grosera señal con el dedo, una que Bastean conocía muy bien, por lo que me sonroje y él en especial río más fuerte.

-Jamás-dije rotundamente.

-¿Qué tal este?- pregunto Cloe, con un vestido más en las manos. Era de color azul, con un escote en forma de corazón y los bordes adornados con cristales, no tenia tirantes y tenía la parte de abdomen entre cruzado al frente. La parte de la falda era en forma de rosa invertida. Era uno de los vestidos más hermosos que había visto.

-Cloe, es bellísimo –dije sinceramente- Pruébatelo. -Ella asintió y fue hasta los vestidores. Un momento después ella reapareció con el vestido puesto. Le quedaba como anillo al dedo. Sus ojos parecían faros incandescentes, y su figura, alta y esbelta parecía la de una modelo de revistas. Los chicos tenían sus bocas abiertas, hasta Bastean, cosa que me causó cierta punzada de celos. ¿Cómo reaccionaría conmigo? La tarde avanzaba y yo no había tenido nada de suerte. Un gritico me sacó de mis cavilaciones.

Entre Sapos y DiamantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora