Capitulo XXIII

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Ver a mi tío nuevamente fue lo que se diría "una patada en el hígado"

Siempre había desconfiado de esos ojos azul hielo, siempre vigilantes, siempre atentos, a cualquier fallo de mi parte, cualquier cosa que pudiera utilizar para afirmar que yo no era más que un chiquillo y por lo tanto no estaba preparado para asumir mi posición como rey. Él en cambio... era el heredero legítimo.

William McDragon sería considerado rey de Vera, si no fuera porque el abuelo Gregory lo tachó de irresponsable, mujeriego, ambicioso y... otros adjetivos despectivos. Mi padre por su parte, había sido el hijo bueno, responsable, generoso con su pueblo. Ambos tenían diferencias significativas, en cuanto a carácter y opinión sobre el dominio del país. El tío William había sido un joven dado a los excesos, mientras que mi padre se concentraba (en esa época) en conquistar el amor de mi madre. La nana me había contado muchas historias de cuando ellos eran jóvenes, siempre en competencias por la admiración del abuelo, mi padre no hacia el menor esfuerzo, solo era él mismo, pero mi tío intentaba en cada ocasión demostrar su valía, sin resultados.

Cuando él heredero del trono llega a los 19 o 20 años es perfectamente capaz de asumir su puesto, siendo guiado por las enseñanzas de su padre o tutor. Mi tío enfureció cuando cumplió 19 años y el abuelo le informo que no heredaría todavía el titulo, mi padre ya se había comprometido con mi madre y estaban próximos a casarse. El tío William pensaba que era culpa de mi padre, e intentó en todo momento hacer que todo le saliera mal, éste enfurecido por la traición de su hermano se lo informó al abuelo y al darse cuenta de que sus sospechas eran ciertas nombró a mi padre el único heredero, y que el primer hijo del mismo seria legalmente su sucesor. Tal vez parezca algo complicado, pero es simple, mi tío envía a mi padre, y mi padre por ser tan considerado no abandonó a su hermano.

El abuelo falleció cuando Monique tenía dos años. A los nietos que conoció en vida y a los futuros les dejaría unas propiedades que tenia por todo el continente. Mi madre ya tenía tres hijos, y el tío William ni siquiera se había casado. Era un ser infeliz, siempre lo había sido. A estas alturas no se había comprometido, ni si siquiera por conveniencia. Además de ser una molestia constante para mi persona. Y ahora estaba "siendo cortes" con mi novia. Eso me daba mala espina. Mía lo miró como todos, con cierta desconfianza.

-Igualmente –dijo ella educadamente.

-Temo que no escuche el nombre de esta dulce jovencita- el tío William aun no había soltado la mano de Mía y notaba el malestar en su cara, deseaba ser educada, pero quería recuperar su mano.

-Su nombre es Mía, tío, y es mi novia- dije mientras la atraía con ademan posesivo. Los ojos fríos del panzón se posaron sobre mí desafiantes.

-Vaya, que rápido te olvidaste de la hija de Guillermo Whitehouse, ¿Cómo es que llama? A sí, sí, Marie Elizabeth.

¡El muy canalla! Claro que sabía el nombre de Marie Elizabeth. El padre de la chica era su compañero de juerga, un adicto al juego igual que él. Ahora que lo pienso, si el reino estuviese bajo el dominio de William ya estaría en la total ruina. La mano de Mía se tensó un momento ¡Mierda! Ahora tendría que disculparme por esa incómoda situación.

-La Srta. Marie Elizabeth pertenece al pasado- dijo mi madre con voz clara. Estaba bastante cambiada, definitivamente saldré con más frecuencia.

-Por supuesto, de eso me doy cuenta querida cuñada, veo que están festejando, ¿Cuál es la ocasión?- él miró alrededor como si estuviese buscando una señal de lo que sucedía.

-Mía cumpleaños- dijo mi pequeña hermana Monique inocentemente.

-Eso es maravilloso, entonces al mayor de las felicitaciones jovencita- el hombre hizo una reverencia de lo más cínica y luego se disculpó- Bueno, tendré que retirarme, tengo asuntos que atender- hizo otra reverencia, esta vez a mis padres, muy burlona por cierto. ¿Asuntos? Claro, claro, pensé con ironía, el asunto sería una exuberante rubia en el Bella's Rose, o una botella del whisky más caro y muchos dólares que apostar en el Maxxi. El sujeto salió por la puerta dando tumbos ¿y a esté qué? (Una expresión que aprendí de Ty)

Entre Sapos y DiamantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora