Capitulo XVI

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-Dije que no chicas, no insistan- grite por... ¿Cuántas veces lo había repetido? ¿500 veces tal vez?

-Mía, eres una tremenda aguafiestas- se quejó Valery otra vez. ¿Es que esas mujeres no entendía lo que es un NO?

El viernes siguiente seria el baile de graduación. Y YO NO QUERÍA IR...

¿Cómo competir con tus tres locas amigas? Era imposible...

En cualquier caso me estaban acosando (otra vez) para que fuese al baile, argumentando que ahora ellas tenían parejas, yo tenía novio, y sería la mejor noche de nuestras vidas. Kate lagrimeaba histérica que ella se iría y nosotras tres seguiríamos juntas, que yo no podía hacerle eso bla bla bla... Cloe fruncía el ceño molesta porque al fin Zac Coleman la había invitado y ella obviamente estaba más que feliz... pero no sería capaz de dejarme atrás. ¡¡Mierda!! La manipulación era extraordinariamente irritante, y sin embargo las amaba por ser como eran, aunque quisiera matarlas en algunas ocasiones no las cambiaría por nada del mundo.

Luego de que las chicas salieran echando chispas de mi habitación me senté en el sillón de la esquina y atraje un libro conmigo, mi pequeña e improvisada biblioteca contaba con unos veinte libros, entre novelas románticas, históricas y paranormales. Ok, no era pequeña, pero había leído más que eso así que sí... me parecía pequeña. Una vez más comencé a leer Orgullo y Prejuicio, amaba esa historia. Me puse cómoda y comencé a leer.

- Señorita Elizabeth, he luchado en vano y ya no lo soporto más. Estos últimos meses han sido un tormento. Vine a Rossins con la única idea de verla a usted. He luchado contra el sentido común, las expectativas de mi familia, su inferioridad social, mi posición y circunstancias, pero estoy dispuesto a dejarlas a un lado y pedirle que ponga fin a mi agonía.
- No comprendo.
- La amo, ardientemente.

Cerré el libro con fuerza. Hay estaba de nuevo ese miedo demoledor que ensombrecía mi corazón. ¿Cómo era posible que todo me recordara que Bastean y yo no éramos de las mismas clases sociales? Había tantas cosas que nos separaban... ¿acaso yo era la única que lo notaba?

Al parecer él no le daba importancia, o quizás no se le paso por la cabeza o... ¡Basta! , me reprendí mentalmente, no podía vivir en la incertidumbre, y mucho menos dejar que mis miedos absurdos arruinaran la felicidad que me embargaba cada vez que estaba con Bastean. ¿Era mucho pedir un poco de paz?

Escuche un golpe en la puerta y agradecí infinitamente al cielo un poco de distracción, cualquier cosa para devolverme la cordura que estaba perdiendo. Arroje el libro al sillón y me encamine hacia la puerta. Un Tyler extremadamente sonriente entró como si lo hubiese invitado a pasar, pero era Ty, que se puede esperar de él.

-Amiga, adorada, adorada amiga- dijo de manera tan... dulce, que algo en mi interior se activo.

-No tengo dinero Tyler- él rió y en seguida me abrazo. Ok... algo estaba pasando y definitivamente no iba a gustarme.

-Hay...- se quejo y luego se sentó en mi cama, o debería decir... ¿salto sobre mi cama?- vengo a hablarte de algo...

-Si es sobre el baile- le corte de inmediato- te diré lo que les dije a los demás... No... Iré...Al Baile.- ¿Hasta cuando iban a insistir? La cálida sonrisa de Ty me ponía nerviosa, era la que siempre tenía cuando salía a relucir un "Tenemos que hablar"

Él tenía la capacidad de sacarte hasta los más oscuros secreto, quisieras o no hablar de ello, ¡y casi nunca querías hablar de ello!, pero era inevitable no hacerlo. En cualquier caso necesitaba a alguien con quien conversar y pasarle algo de mis temores, porque yo sola realmente no podía.

Entre Sapos y DiamantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora