Estados Unidos – Brooklyn – 3 Días después.
Era la tercera vez que me levantaba para ir al baño, en dos horas. Era frustrante. Estaba haciendo una solicitud para algunas de las universidades locales y mi vejiga no ayudaba mucho.
Aunque según mi doctora era normal. Había aumentado de peso, un poco, me dolían mis pechos, lo sé es mucha información, y mi vientre comenzaba a abultarse, estaba cambiando tanto por fuera como por dentro.
Al llegar a Brooklyn pensé que iba a costarme trabajo adaptarme, lo que fue un error, porque tan pronto entre por las puertas del complejo de departamentos todos fueron amables conmigo. Mi vecina del frente Jenna, tenía 20 años, estaba casada con un futuro medico y estaba esperando un bebé, aunque me llevaba por lo menos 2 meses. Por las tardes paseábamos por el parque y mirábamos a todos los niñitos del vecindario jugar en los columpios, y divagábamos por horas sobre como seria criar a nuestros hijos juntas. Pero por más que lo pensaba había otra cuestión, ¿Dónde estaría Bastean en todo eso?
Jenna tenía la ventaja de haberse casado con Henry tan pronto supieron que ella estaba embarazada, en cuanto a mí, sigo sin arrepentirme de mi decisión, al verla a ella, realmente pienso que era mejor esperar. Ellos tenían un apartamento, estabilidad económica, él estudiaba y ella también quería hacerlo. Yo deseaba estudiar educación, quería trabajar en una escuela local, quería que mi bebé asistiera al preescolar que había a dos cuadras de mi calle. Estaba haciendo toda clase de planes... pero aun se estaban formando sobre un terreno bastante inestable.
Sin embargo Lulú me alentaba a tener siempre un plan B, nunca están de más.
Con resignación baje las escaleras de mi nuevo departamento y fui hasta la cocina. Lulú había insistido en querer trabajar como asistente de odontología, aunque mi padre le había dicho que no era necesario, ella quería hacerlo. Algo curioso era que no sabía que Lulú hubiese estudiado alguna carrera, pues me equivoqué. Siempre la veía tan de llena en su trabajo en casa que no sospeché que tomaba clases por internet y que era una alumna excelente, las practicas las había comenzado tan pronto nos instalamos en la ciudad y era una de las más destacadas.
Mi padre le había pedido que se casaran, de hecho lo haría, según ellos cuando naciera mi bebé. Y para eso aun faltaba tiempo.
Rebusque en el refrigerador saque unas fresas deshidratadas y me senté en el sofá. El cansancio estaba haciendo estragos conmigo, las nauseas gracias al cielo se había ido y ahora quería comer fresas en las tres comidas del día. Y ni hablar del chocolate, pero si seguía así rodaría por las escaleras.
Mi celular sonó, mire la pantalla y conteste.
-Dime Cloe- Cloe se había instalado en casa de los Graham y había comenzado a estudiar en la universidad de Long Island. Aunque nuestros planes de asistir a una universidad diferente habían cambiado drásticamente. Valery también asistiría a la misma universidad, aunque su madre quería que estudiase en Portugal, ella insistió en quedarse en Estados Unidos. Kate y Matt tenían planes de ir a la Stamford, y Ty no quería hacer nada, pero estudiaría en Brooklyn también. En mi interior quería creer que se estaban quedando por mí, aunque las circunstancias fueran simplemente casualidad, me gustaba tenerlos cerca, eran mi apoyo y sostén, y claro, necesitaba a las madrinas del bebé conmigo.
-Amiga ¿Qué haces?- preguntó ella.
-Adivina.- respondí con fastidio.
-Deja de comer frutas deshidratadas y ponte algo lindo porque... – hubo un silencio - ¡iremos de compras!- esto último lo dijo junto con Valery en un chillido estridente que me hizo alejarme del teléfono para no quedar sorda.
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Entre Sapos y Diamantes
Novela JuvenilHabía una vez... Yo... Sí, yo... Está bien, no soy ninguna princesa. Pero en realidad conocí a un príncipe. ¡Y qué príncipe!.... creo que es como muchas chicas lo desean, rubio, de ojos verde como esmeraldas, un rostro que no tenía que envidiarle a...