Capitulo IX

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Bien hecho tarado, me reprendí a mí mismo, ¿Cómo fui tan estúpido? Era claro el desprecio que Mía sentía hacia su hermanastro ¿Y yo había creído que existía algo entre ellos? El tono gélido en el que me dijo que jamás besaría a Peter, fue como una ducha de agua helada, ¡CLARO QUE NO LO BESÓ! Pero la pregunta seguía siendo ¿Qué sucedió entonces? No me atrevía a tocar su puerta y preguntárselo, solo me abofetearía y me daría una patada en el culo, lo que realmente me merecía.

Y nada de eso me importaba.

Yo sí la había besado. Primero lo hice impulsivamente, solo para castigarla y darle a entender que yo era por mucho mejor que ese imbécil. Hasta que ella correspondió a mi beso y... eso simplemente me abrió los ojos. Había sido dulce y... totalmente indescriptible. Es como saltar de un paracaídas, todo el vértigo corriendo por tus venas a mil por hora y luego al llegar te reciban con el más dulce de los helados, delicioso. Y yo me había comportado como el más estúpido y patán de todos los hombres.

No había corrido tras ella, ni gritado un "lo siento" que se estaba convirtiendo en una costumbre desde que llegue al país. Era algo que no podía controlar, era adictivo y me encantaba.

Quería vengarme en un principio por lo que creí había pasado, pero la verdad era otra, y me arrepentía, pero no tenía otra escapatoria.

El baile de primavera era la semana entrante y, quedé con Britt para llevarla. Claro que eso fue cuando me sentía molesto y todo eso, pero no tenia excusa alguna. No tenía escapatoria pues era un hombre de palabra. Mía no iría al baile y eso me atormentaba más aun. Ella se quedaría en casa mientras que los demás disfrutaban y yo aparentaba estar divirtiéndome con una maníaca.

Eran las 6:30 pm cuando le pedí a Bernard que me subiera la cena, no estaba de ánimos y ya tenía tarea de biología y literatura. Una hora después, había dejado las cosas pendientes a un lado y salí al pasillo, me mataba estar solo en medio de mi depresión, así que fui y toque la puerta de la habitación de Matt. Toque una vez más y la única respuesta fue un gruñido y un golpe sordo en la puerta. Lo había olvidado, todos salieron la noche anterior a un lugar... Rick's Dance y regresaron a eso de las 4 am. Él no se había molestado en salir en todo el día.

Supuse que Tyler estaría en las mismas condiciones, pero lo intente de todas maneras. Toque la puerta con el puño, escuche un clic y Ty abrió. Llevaba una camisa de algodón con la imagen de Mario Bross en ella, pantalones cortos y estaba en medias.

-Escuche el zapatazo de la puerta de junto, supuse que lo intentaron despertar- él hizo señas para que pasara. Su habitación estaba inmaculada. La cama perfectamente hecha, su escritorio en forma de C estaba organizado. Tenía un monitor de 42" y cornetas en los rincones del cuarto. Estaba decorado de la manera más sencilla, un tono celeste en la mitad inferior de la pared y en el superior color blanco. Si me hubiesen preguntado si la habitación parecía de una persona como "Él" respondería con un rotundo NO. No era masculina la verdad, pero ciertamente no era amanerada en lo absoluto.

-Sí.- reí bajito- gracias al cielo estaba esa puerta de por medio.

-¿Qué te trae a mi humilde morada?- pregunto Ty extendiendo los brazos para hacer énfasis.

-Estaba...

-No me digas-dije él- Estabas pensando en lo... ¿Cómo lo digo sin que te ofendas?- se toco la mejilla con el dedo índice en acción de estar pensando la palabra. Esto no me gustaba- ¿¡¡EN LO ESTÚPIDO, TARADO, RETRASADO MENTAL, CABERNICOLA QUE HAS SIDO!!?

-Algo así. ¿Ella te comento algo?- dio un suspiro.

-No, pero los escuche.-en una esquina de la habitación habían dos pufs, los reconocía de la pelea entre Tyler y Matt, ellos evitaron que el golpe fuera mayor. Él se tendió en uno de ellos, el azul, y me hizo señas para que ocupara el rojo.

Entre Sapos y DiamantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora