Capítulo I

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Ahí estaba ella otra vez. Levantándose a plena madrugada, con su cuerpo sudoroso, sus ojos llenos de lágrimas y mostrando miedo, su pecho subiendo y bajando por su respiración agitada. Como todas las noches, se quedaba unos cinco minutos sin moverse, tratando de controlar su llanto y respiración. No entendía por qué soñaba lo mismo cada madrugada. Ella había decidido dejar esa pesadilla atrás hace mucho tiempo, pero no. Aun la tenía, y su miedo aumentaba cada vez más.

Sus padres le habían dicho que las pesadillas pasaban por alguna razón, y seguramente ella había hecho o dicho algo de lo cual se arrepentía. Y era claro que en esa pesadilla ella no se portaba bien. Aun podía recordar esa mirada, llena de angustia, miedo, dolor. Sentimientos que aumentaron y se mostraron a través de sus ojos. Como retrocedía por cada palabra que ella decía, como si se tratara de estacas atravesando su corazón. Intentaba acercarse pero sus palabras se lo impedían, lo cual la obligaron a salir de la habitación corriendo y con lágrimas en sus ojos.

Cerró sus ojos fuertemente y pasó sus manos por su cabello en forma de frustración. Estaba cansada, estaba cansada de que pasara todas las noches impidiéndole dormir adecuadamente. A veces hasta tenía que tomar pastillas para poder conciliar el sueño y poder descansar.

Sacudió su cabeza y respiró hondo. Necesitaba dormir, en la mañana tenía clases y no podía quedarse despierta toda la madrugada, aunque ya lo había hecho. Se acomodó dentro de las sabanas y cerró sus ojos. Ya estaba algo tranquila, ya que después de esa pesadilla lograba dormir las horas que tenía que dormir. Ya en la mañana tendría tiempo de hablar con su mejor amiga y tratar de pensar en el asunto del porque esas pesadillas.

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- ¡LAUREEEEN! – Se levantó de golpe al escuchar su nombre tan cerca de ella, causándole un chillido en su oído derecho.

- ¿Pero que demon...? – Miró hacia todos lados hasta que se detuvo en una figura pequeña escondida al lado de su cama. - ¡Voy a matarte Sam! – Los ojos del niño se abrieron como platos y su cara mostró horror al ver a su hermana mayor levantarse de la cama para ir hacia donde él. Salió disparado de la habitación y bajó corriendo las escaleras. Soltó una carcajada leve al escuchar el quejido de su hermana al haberse golpeado con algo que al parecer era el suelo. - ¡Vuelve aquí Samuel! – El niño llegó hasta la cocina en donde estaban todos y rápidamente se colocó detrás de su madre.

- ¿Ahora qué pasa Lauren? – Lauren frenó de golpe al ver a su madre cruzada de brazos. Abrió la boca para decir algo pero nada salió, sabía lo mala que podía ser su madre. Sus ojos fueron hacia una pequeña figura que estaba detrás del cuerpo de su madre intentando no morir de risa.

- Yo no hice nada, esa pequeña bola de pelos me despertó. – Hizo un puchero y su padre rápidamente la abrazó.

- Hay mi pequeña, ¿arruinaron tu sueño? – La ojiverdes asintió aun con su puchero. – Hay mi pequeña.

- Y después dicen que no hay preferencias en la familia – Dijo Taylor pasando por al lado de su padre y de Lauren. Traía en sus manos una maqueta que debía entregar en clases.

- No seas celosa mi princesa. – Mike se acercó a su hija menor y la abrazó por la cintura fuertemente. Taylor al principio se resistió pero ya después soltó una pequeña risita y se dejó abrazar.

- Lauren, ¿Si sabes que tienes que estar en clases en media hora? – Chris se cruzó de brazos y se recargó en la pared al ver a su hermana aun en pijama.

- No tenía idea hermano mandón, digo, mayor – Dijo son una sonrisa burlona, a lo cual Chris solo ignoró rodando los ojos.

- Laur, vete a cambiar, tu desayuno ya está listo asique no te tardes – Clara se acercó a su hija para depositar un beso en su mejilla – Apresúrate.

Nunca Me Olvides (Camren) {Borrador}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora