Eldarya One-shots Zukulenthos 7w7 [TERMINADA]

#26. Desde Ahora

Su vida siempre dio giros inesperados, siempre estuvo en contra de la relación de amor-odio entre sus padres por el simple hecho de que se hacían daño tanto ellos mismos como la ella, llena de desilusiones, emociones, dolor, sufrimiento u otro tipo de emoción que la hacia desestabilizarse cada vez más.

Sus padres no notaban el daño que le causaban a su hija única a pesar de ya están en proceso de divorcio la joven tenía ya su propia mente hecha un caos total más sus nervios subiendo cada vez más, su propio autocontrol iba desapareciendo llevándola a cometer algo que jamás había pasado por su mente...

Ahí estaba, teniendo el pequeño filo entre sus dedos mirando el pequeño brillo que este emanaba al ser golpeado por la luz de su habitación.

La cama hecha un desastre con las almohadas y cobijas extendidas por el suave colchón al igual que en el frío piso de cerámica.

Su cabello totalmente despeinado, su ropa solo consistía en una camisa más arriba de su ombligo totalmente negra  y unas bragas blancas, sus ojos denotaban melancolía.

A simple vista su cara de tez pálida no daba casi ninguna señal de estar en ese lugar, solo se encontraba ensimismada en la pequeña navaja en sus finas manos mirándola como si realmente deseara hacer algo, pero por alguna razón solo miraba el filo sin hacer ningún sonido ni movimiento.

Los gritos de fondo llenando su habitación los cuales provenían de sus progenitores teniendo una de tantas discusiones como acostumbraban ya cada vez que sus miradas se cruzasen.

Sus piernas completamente desnudas ya se habían acostumbrado al frío del suelo bajo ella, recuerdos pasaban su memoria mientras unas lágrimas traicioneras salían de sus fríos, callados y sufrientes ojos los cuales anhelaban tranquilidad.

Su cabeza dolía sin parar, las gotas cristalinas cubrían su cara y sollozos pequeños escapaban de su garganta.

Por un solo segundo dudo antes de empezar a enterrar la pequeña navaja en su suave piel logrando ser visible un color completamente carmesí que empezó a salir en un chorro grande desde la vena que había sido cortada.

Como pudo tomó su celular con su mano izquierda colocando su canción favorita "Silent scream" De anablue dejando su celular a un lado se recostó en el suelo dejando de fondo la hermosa canción.

Sus ojos lentamente empezaron a cerrarse y una sonrisa sincera llego a aparecer aunque sea por unos segundos soltando de su cavidad bucal un "Adiós" Hacia sus padres que en ese momento no lograron escuchar.

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Sus ojos se abrieron de par en par, otra vez ese recuerdo la atrapaba en sus sueños, estaba harta de la idea equivocada que llegó a tener en ese tiempo... La idea de querer acabar con su vida.

En su mente volvían los recuerdos del día siguiente de ese incidente en el que por primera y última vez hizo su sangre correr por si propia cuenta...

Su padre entró a su cuarto seguido de la adulta que aún seguía gritando, estos al notar a la chica en el suelo se espantaron tanto al ver la gran cantidad de sangre que estaba esparcida al rededor de la jovencita.

Sin esperar el padre carga rápidamente a su hija corriendo hacia afuera, las escaleras se le hacían cada vez más largas, cada puerta lograba desesperarlo más, la mujer los seguía desde atrás.

Al ya estar en el auto los tres el hombre arrancó lo más rápido que pudo, su hija cada vez perdía más y más sangre sin parar, el camino hacia su destino parecía eterno mientras que la tensión era tanta que hasta podría ser cortada por el más pequeño filo.

El el hospital los atendieron de inmediato una amable doctora llamada ewelïn empezó a asistir a la joven de cabello castaño llevándola al quirófano lo más rápido posible Alejándola de la vista de sus padres.

Los segundos pasaron a minutos y los minutos a horas, solo escuchaban los llantos de algunas familias, el llegar de más heridos o lloriqueos de un recién nacido.

En ese momento llegó un doctor con un extraño cabello de color azul bastante Chillón hacia ellos.

“—¡Doctor! ¿¡Como esta mi hija?!”

Empezó la madre desesperada siendo secundada con el padre que solo miro el joven licenciado con una mirada de preocupación.

“—Me temo decirles que bastante mal, perdió muchísima sangre y se necesita más de un donante que estén dispuestos a dar una cantidad exorbitante de sangre sin olvidar que el riesgo que corren los donantes es bastante alta.”

El padre solo asintió para luego mirar a la que hasta ahora había sido su mujer, ella lo miro de igual forma era momento de dejar todo atrás, las peleas, decisiones y demás, todo Absolutamente todo.

Lo que estaba en juego era su hija, el fruto de lo que alguna vez fue amor entre un par de jóvenes enamorados que por muchos problemas terminaron en tantas peleas que los llevaron a esto.

Por sus miradas el doctor ya supo lo que estaban pensando, este solo les indica que lo sigan a una habitación.

Ellos estarían dispuestos a darlo todo por el bien de su pequeña a pesar de que por su culpa ella se encuentre en ese Estado.

Todos esos recuerdos lograron un gran escalofrío en su columna vertebral.

Gracias a esos errores del pasado ahora se arrepentía cada vez más de ellos, a su vida llegaron dos pequeños seres que aliviaron un poco su dolor jurando protegerlos como nunca logró hacerlo con sus padres y en su honor les puso sus mismos nombres, los cuales eran: Miiko y Nevra.

Desde ahora, su carrera de psicología la emplearía en ayudar a todos los jóvenes que sufren lo mismo que ella sufrió en un pasado que desearía no recordar.

☆✿☆

Este pequeño one-shot apareció en mi mente de la nada

Quisiera que todas esas personas que se cortan, quieran matarse o lleguen a pensar en eso, quiero que sepan que sus decisiones no sólo los afecta a ustedes, si no también a sus padres los cuales darían todo por ustedes,
En este momento quiero hacerlos reflexionar sobre que aunque tu vida tenga malos momentos siempre podrás contar con el apoyo de tus padres,
Porque a pesar de todo, ellos te aman y darían su vida por ti.

Un momento para poder reflexionar de lo que pensamos o de las decisiones que podemos llegar a tomar.

Sin más que decir:

Gracias por haber seguido este libro hasta el final y aunque haya terminado hace ya un tiempo quise hacer algo para hacer como un final que también pudiera darles de que pensar.

Gracias por acompañar a esta puberta de 15 años con sus ideas tan locas