Capítulo 5. 2a temporada.

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Se sentó en el sofá. Esperaba que Edward llegase pronto. Su tardanza la empezaba a extrañar. Estaba sumida en sus pensamientos cuando el timbre sonó. Era la mujer que menos deseaba ver en ese momento. La madre de Edward.

-¡Rata de alcantarilla! ¿Dónde está mi hijo?-Empezó ella furiosa.

-No lo sé. Esta mañana me dejó una nota y desde entonces no sé nada de él, se lo juro-dijo Ella.

-¡No me mientas!-Ordenó Esme.

-No lo hago-negó Ella.

La puerta se abrió y entró la persona más ansiada por parte de Ella. Edward estaba allí observando a la joven y a su madre.

-¿Qué haces aquí?-Preguntó Edward en tono seco.

-He venido a saber de ti. Me he enterado de lo ocurrido en la tienda del pueblo y temía por ti, así que vine a verte-respondió Esme.

-Pues estoy perfectamente, como puedes ver-dijo Edward.

Y se acercó a Ella. La abrazó por la espalda y le dio un beso en la frente.

-Sí, ya lo veo. Me marcho. Y que sepas, hijo, que las puertas siguen abiertas para ti. Vuelve cuando quieras-terminó Esme.

Y salió de la casa.
-¿Dónde estabas?-Preguntó Ella.

-Lo siento. Fui al pueblo vecino. Tenía que resolver algo relacionado con lo que te hicieron los hombres contratados por mi madre y mi hermano-respondió Edward.

-¿Qué era?-Preguntó Ella.

-Nada de lo que debas preocuparte. Realmente acabé pronto y pensaba venir cuanto antes, pero el temporal me sorprendió y debido a la alerta que han puesto, he tenido que permanecer allí. Lo he hecho hasta que no he podido más y entonces he venido contigo-comentó Edward-. ¿Qué ha ocurrido en la tienda del pueblo a todo esto?

-Se ha derrumbado. Estaba toda destruida por el fuerte viento y unos temblores en el suelo, al parecer-explicó Ella.

-¡Dios mío! ¿Has comido algo?-Preguntó Edward.

-No, pero no te preocupes, no tengo hambre-negó Ella.

Se abrazaron y Edward cocinó para que ambos comiesen. Al acabar, Edward se acostó en el sofá y Ella se puso a leer un libro.

La noche cayó sobre el pueblo. Ella se estaba duchando y Edward se estaba poniendo su pijama. Iban a acostarse cuando ambos sintieron una sacudida.

-¿Qué ha sido eso?-Preguntó Ella.

-Un temblor muy fuerte-respondió Edward.

Ella se acercó a la cama. Ambos dormían juntos, por simple protección según Ella. Estaba más segura junto a él. Se notó otra sacudida exactamente igual a la anterior y el viento empezó a soplar mucho más fuerte.

La ventana se abrió por el viento y volcó varios objetos situados en las mesitas de noche de la habitación. Esto hizo que Edward se despertara. Ella seguía dormida profundamente.

-Ella, despierta. Vamos-pidió Edward moviéndola.

Ella no reaccionaba lo que empezó a preocuparlo. El fuerte viento seguía soplando. Se volcaron los jarrones, los pocos libros que tenía en una estantería, sus hojas se estaban rompiendo. Entre todo este caos en la habitación, los animales que tenían en el establo se alteraron y empezaron a hacer ruido.

Narra Ella.

Estaba en la cama entre los brazos de Edward intentando dormirme. El viento no me dejaba. Entonces, empecé a sentirme mareada y todo empezó a dar vueltas a mi alrededor. De un momento a otro, todo se volvió negro.

Narrador externo.

Edward se asustó. Le escuchó la respiración.

-¡No puede ser!-Negó Edward.

Todo indicaba que su final había llegado. Ella estaba muerta ante sus ojos. Una pregunta importante rondaba por su cabeza. ¿Podría seguir con su vida habiendo perdido a la chica de sus más entrañados sueños? Estaba super seguro de que la amaba. Y ahora no estaría a su lado.

Continuará...

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