Capítulo 13 2a temporada

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Ella despertó con los rayos del sol que entraban por la ventana. Eso significaba que no iban a salir de la mansión. Se quedarían ahí. Al abrir los ojos, vio que Edward estaba sentado a su lado, leyendo un libro de medicina. Su espalda estaba apoyada contra el cabecero de la cama.

Al sentir que se movía, la miro y le sonrió.

-Buenos días, amor. ¿Cómo te sientes?-Se preocupó él.

-Buenos días, Edward. Creo que mejor. Hoy no podemos salir fuera. El día es soleado-comentó Ella.

-No te preocupes por eso. Te haré el desayuno. Mientras aséate y arréglate con algún atuendo-dijo Edward.

Y dejó un beso en su frente. El vampiro salió de la habitación para entrar en la cocina y comenzar a preparar un zumo de naranja con unas tostadas con tomate natural.

Estaba tan concentrado en esto que ni si quiera se enteró de lo que estaba pasando arriba hasta que escuchó gritar a Ella. Subió a velocidad vampírica y lo que vio, lo dejó petrificado.

Ella estaba medio inconsciente en brazos de Esme. Emmett estaba guardando un pañuelo y una botella en su bolsillo del pantalón.

-Vale, vámonos-comentó Esme.

-¿Qué estáis haciendo aquí y que le habéis hecho a Ella?-Preguntó Edward apretando los puños.

-¡Anda, mira! Mi hermano se ha unido a la fiesta-comentó Emmett sarcástico.

-¡Edward¡-Llamó Ella intentando abrir los ojos.

-Ya, ya. Solo estás soñando con él. Duérmete, niña-habló Esme.

-Largaós de aquí, YA-ordenó Edward preocupado.

-En eso estábamos cuando has entrado por la puerta, Edward. No te preocupes, a penas la hemos tocado-dijo Esme.

-¡Dejadla en paz! No os ha hecho nada para que estéis todo el tiempo detrás de ella-siguió Edward.

-En realidad, ha hecho mucho. Te ha apartado de nuestro lado-comentó Emmett en desacuerdo.

-Eso no es del todo así. Yo he tomado mi decisión, y esa es estar al lado de Ella. Si la aceptáis como es, vosotros y yo estaríamos unidos, siendo la familia que éramos antaño. En cambio, vosotros mismos os habéis empeñado en hacerle daño y en apartarla de mi vida. Eso ha conllevado que prefiera estar con Ella antes que con mi familia de sangre-explicó Edward-. Y ahora, marchaós y dejad tranquila a mi amada.

-No hasta que estemos juntos de nuevo, Edward. No permitiré que te manipule a su antojo como un títere-gruñó Esme.

-No me está obligando a nada, ni me manipula. Nosotros somos felices así como somos y como estamos. Nadie lo cambiará nunca, ni si quiera vosotros. Habéis actuado mal, y eso ha ocasionado la separación de mi familia. Os tiene miedo, por eso huíamos de vosotros-siguió contando Edward.

-¡Mentira! Eso es lo que te quiere hacer creer. Es una maldita bruja, Edward, lo hemos visto-gritó Esme con furia.

-Dejarlo ya. Sea como sea, ya tenemos lo que veníamos buscando, mamá. Podemos irnos-interrumpió Emmett cogiendo el cuerpo de Ella.

-¡Emmett, no te atrevas a hacer eso!-Rugió Edward.

-¿O qué? Mamá, vamos-insistió Emmett.

Y a velocidad vampírica, saltó por la ventana. Esme lo siguió, y Edward los imitó. Era el vampiro más rápido de todos los Cullen, y lo demostró cuando adelantó a Esme y Emmett sin a penas esfuerzo. Esto hizo que ambos frenaran.

-No os lo voy a permitir. Además, el día está soleado. Llamaríamos mucho la atención-rugió Edward.

-Ya la tenemos Edward, y ni si quiera te habías enterado-se mofó Emmett.

-No me digas, imbécil. Igual que lo habéis hecho, yo puedo evitar que os la llevéis-gruñó Edward enseñando sus colmillos.

La furia lo invadía completamente. Ella se movió en brazos de Emmett. No pasó desapercibido para los tres vampiros.

-Edward...-llamó Ella.

-Ella, estoy aquí. Despierta, por favor. Tienes que impedir que consigan lo que vienen buscando-insistió Edward.

-Cógela, mamá. Ya me ocupo yo-dijo Emmett.

Dejó a Ella en los brazos de Esme y se puso de manera amenazante frente a su hermano. Edward lo imitó.

-Yo que tú, no lo haría. Por si lo has olvidado, tengo mis propios trucos para ganarte-dijo Edward.

-Puedes ser el más veloz de nosotros, Edward, pero yo soy el más fuerte-contradijo Emmett.

-Nadie ha dicho que yo hablase de fuerza. A veces, es mejor emplear otros métodos más inteligentes-siguió Edward.

Sabía que Emmett no lo entendía. Por esa sola razón, lo hacía. Para confundirlo y tratar de evitar el enfrentamiento.

-¡Emmett, date aire! Quiero llegar con los demás-insistió Esme.

-¡No! Antes muerta si lo haces, mamá. Aunque me pese-negó Edward muy enfadado.

Emmett se lanzó contra Edward, pero este, al poder leer su mente, evitó todos los golpes y supo dónde dar los suyos.

-¿Estabas diciendo algo, Emmett?-Preguntó Edward-Te he vencido y exijo que me entregueís a Ella. No pienso dejar que la lastiméis.

-Eso son solo palabras. Volveremos a vernos, hermano. Quiero la revancha, Edward-exigió Emmett.

-Cuando quieras, Emmett. Pero Ella se queda conmigo-aceptó Edward.

Ella se despertó finalmente. Se dio cuenta de que estaba todavía en los brazos de Esme. Utilizó sus poderes para hacer que Esme se chocara con Emmett y ambos cayeran al suelo. Ella elevada con su magia, se acercó a Edward y él la abrazó. Ella puso los pies de nuevo en la tierra.

-Vamos a casa, Edward. Tengo que desayunar todavía-dijo Ella sonriendo.

Edward la besó tiernamente en los labios.

-¿Estás bien, Ella? ¿Qué te hicieron?-Preguntó Edward con una mano en su rostro.

-Nada grave, tranquilo. Solo me aturdieron para que no pudiese defenderme, creo recordar-respondió Ella.

Los dos pasearon hasta la Mansión. Una vez allí, Edward condujo a su amada a la cocina, donde estaba la bandeja con su desayuno listo.

-Muchas gracias, se ve delicioso-sonrió Ella.

-A vista de que eres híbrida, es entendible. Pero, desde mi punto de vista y siendo vampiro completo, me da mucho asco. Lo único que me agrada es la sangre, mi único alimento-bromeó Edward-. De nada. Por cierto, saldré esta noche a cazar. ¿Me acompañarás?

-Por supuesto, Edward. No tengo nada más que hacer-sonrió Ella asintiendo.

Y el resto del día estuvieron viendo películas y haciendo el amor.

Continuará.....

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