Magnetica

Capítulo 12:

Todos pasamos varios días, comiendo poco y hablando menos. Era difícil saber que alguien cercano a mí había muerto, saber que no volvería a ver a esa persona nunca más.

 Pero tampoco podíamos estar toda la vida lamentándonos, debíamos seguir viviendo.

Ya por la tarde escuché la risa de Tilo y de Dan en cubierta junto con el cesar del motor. James bajaba en ese mismo instante de la cubierta, escuchamos a alguien saltar al agua. Lin dio un salto bajando de la litera, ambas subimos.

Dan dejó de mirar al cielo para dirigir su mirada a mí durante apenas unos segundos que pasaron a detenerse sobre Lin. Ella mirando al azul mar se quitaba la camiseta y los shorts mostrando una delgada figura envuelta por un bikini de estampado floral. En su cuerpo se comenzaba a ver el complejo entramando en forma de mosaico que observé aquella noche en Tilo y saltó al agua.

Miré de reojo a Dan que no se había perdido ni uno solo de sus movimientos, era como un marinero hechizado por las curvas de una sirena. Sentí un dolor que me oprimía el pecho. Me di la vuelta para volver al camarote. A penas di unos pasos cuando me topé de frente con James que solo llevaba un bañador: Su torso bajo los reflejos rojizos el poco sol que quedaba del día hacía que sus miles de cicatrices se viesen doradas como el brillo del anillo que rodeaba sus ojos.

 Verlo así aceleró mi corazón- Me confundió con una tal "Clair"- Me hizo recordar. Solo pensar en que me estaba utilizando me hormigueaban las yemas de los dedos.

 Traté de evitarlo, pero me cogió por la muñeca y me arrastró hacia el borde. Miró hacia el suelo, después hacia el horizonte, al cielo. Menos a mí, era como... como si estuviera ¿nervioso? En todo el tiempo que había estado con él jamás lo había visto así. Él no era una persona que dejase ver su nerviosismo o mostrase abiertamente sus sentimientos, al igual que yo no era la típica chica que se echaría a sus brazos llorando y suplicando que me protegiera. Aunque tuviese ganas de gritarle que no me tratase como una inútil.

Era completamente autosuficiente para poder arreglármelas sola en casi cualquier situación.

Parecía querer decir algo pero... Me crucé de brazos mi impaciencia aumentaba por segundos, como no decía nada di un paso reduciendo la distancia que nos separaba al mínimo, él retrocedió un paso.

Ante mi cara de sorpresa coloqué mis manos en su pecho, noté como su corazón latía fuertemente y acercándome lentamente casi le susurré:

- Demasiado lento- Y lo empujé al agua.

 Bajar la guardia era un peligro en todo caso, escuché la risa de Tilo que desde el agua había presenciado la escena.

 En el camarote tanto Briam como Maiko dormían recuperándose aún de sus heridas, estaba cansada y, ahora que el barco se balanceaba menos decidí dormir.

 El Nautilos estaban bien provisto de una gran zona de almacenaje lo que nos dejaba un espacio reducido para vivir a seis personas. Convivíamos dosificando la comida y bebida, parábamos de vez en cuando controlando un rumbo incierto. Maiko mejoró en unos días y se centró por completo en Briam, el cual se recuperaba más lentamente. Ella se dedicó en cuerpo y alma en traerlo de vuelta. 

Según lo que me pude enterar en ese vagón trasladaban a los sujetos más peligrosos, o en mi caso a alguien que querían perder de vista. Pero tanto Maiko como Briam habían trabajado como agentes de seguridad, debido a la extraña resistencia que mostraba su piel, y tras revelarse contra sus superiores el plan era enviarlos a esa central de alta seguridad para volver a "instruirlos" con toda clase de torturas. Por suerte Maiko consiguió escapar la primera vez... Desde luego lo que sabía tuve que sonsacárselo a Maiko y a James que estaba de un humor de perros. Briam no hablaba, ni un ruido, nada. Dan se había encerrado en sí mismo mirando al cielo constantemente.