Como empezó todo... (Chush)

Como empezó todo... Capítulo 23

Abro los ojos, y me quedo mirándole, incrédula. ¿Pero qué hago abrazada a él? No me acuerdo de nada... Me acuerdo de Rush, de sus besos, de las canciones... ¿Pero y de esto?

Me intento separar lentamente de él, pero entonces se abre la puerta.

- Oye Chus, ¿Estás despier...? - empieza a preguntar JP abriendo la puerta. Nos mira y prosigue.- ¿Pero qué está pasando aquí?

Me separo de Ruescas, que se acaba de despertar.

- Nada...- digo bostezando.- Dios, como me duele la cabeza.- digo cambiando de tema.

Salgo de la habitación, en pijama, hacia el baño. Observo la puerta de Rush. Por suerte, parece que sigue dormido. Entro al baño, hay bullicio en la planta de abajo de la casa. Al pasar me fijo en la pared donde ayer ocurrió todo... Sonrío estúpidamente, reviviéndolo todo en mi cabeza. "Nada es imposible", recuerdo su voz diciéndolo. Recuerdo sus labios, su sonrisa inquieta al separarnos para fundirnos en otro tierno beso... Un golpe en la puerta me saca de mis pensamientos.

- ¿Chus? - oígo la voz de Ruescas al otro lado.- ¿Estás dentro?

- Sí.- contesto saliendo.

Es curioso, ayer, fue Ruescas quien interrupió, ahora, mientras recuerdo, también... Parece que tiene un don para interrumpir en el momento justo. Salgo del baño, seria, hacia mi habitación. Me visto y bajo al salón, hay gente desayunando, aún medio dormida, con resaca.

- Hombre, la cumpleañera.- oígo a la gente decir al entrar al salón.- ¿Con resaca, no?

- ¿Desde cuándo salgo yo de fiesta y no acabo con resaca? - digo riéndome.

La gente se ríe y sigue a su rollo. Voy a la cocina y me tomo un ibuprofeno. Me echo leche en una taza, entonces veo a Rush bajar las escaleras.

- Buenos días.- dice entrando al salón feliz.

- Hombre, el niño de la casa.- digo sonriendo.- Buenos días.

- Anda, la princesa de la casa.- dice devolviéndome la sonrisa.- Buenos días.

Él se toma también un ibuprofeno, acompañado de un café.

- Como estamos todos, ¿Eh? - dice Christian riéndose.

- Si es que ya no aguantamos como antes.- responde JP.

- ¿Perdona? Yo aguanto como cuando tenía 20 años.- digo riendo.

- Chus, es que tú naciste para la fiesta.- dice Ruescas.

Acabamos de desayunar, me subo a la habitación a recoger, a buscar algo de tranquilidad.  Recojo un poco, la gente se empieza a ir y todo vuelve a estar tranquilo. Ruescas se va, junto con Christian y otros más. Me paso toda la mañana luchando contra la resaca, pensando en lo que pasó ayer...

Lo de Rush... No me lo puedo sacar de la cabeza. Fue tan... ¿Bonito? No, fue muchísimo más que eso. Pero después, en las canciones, ¿Qué pasó? Al cantar "Hooked on A Feeling", no podía parar de pensar en Rush y en Ruescas.

Me siento fatal... La cara con la que me miraba Rush... Era ilusión lo que veía en sus ojos. ¿Y cómo le pago yo lo que me hizo sentir ayer? Durmiendo con uno de nuestros mejores amigos.

Sufrí tanto por cosas como esa, y al final soy yo la que paga con esa moneda. Nadie se merece ser el segundo plato. ¿Pero por qué hago eso? Si pudiera controlarlo...

¿Pero cómo evitarlo si cada vez que les veo tengo la necesidad de abrazarles? ¿Si cada vez que les veo siento que mi mundo da vueltas? ¿Si cada segundo al lado de cualquiera de los dos es siempre el más bonito?