Como empezó todo... (Chush)

Como empezó todo... Capítulo 27

Bajamos al vestíbulo del hotel, donde están Ro y JP ya listos. Rush y yo nos mantenemos en silencio, sin dedicarnos apenas ninguna mirada, como si nos estuviera prohibido. Y algo así es lo que siento con este amor.

Salimos los cuatro del hotel, mientras fingo que nada de esto me importa. Ro y JP se lanzan miradas preocupadas, como no, más personas preocupándose por mi cuando solo quiero soledad. Cogemos un taxi, Rush se sienta a mi lado, mientras yo miro por la ventana, pensando en como estará Ruescas.

Rush me intenta coger la mano, con delicadeza, y yo se la aparto, cogiendo el móvil. Veo varios mensajes de Ruescas, preocupado.

- ¿Te pasa algo? - leo.- Recuerda que si tú estás mal, yo lo estoy...

- No me pasa nada, rubito.- le escribo sin que lo vea Rush.- ¿Qué haces?

- Echarte de menos.

Sonrío al leer el mensaje, pero eso solo hace que la espina que tenía clavada en la conciencia, se me clave más.

- Ya será para menos...- le escribo.- No soy el centro de tu vida.

- Claro que no.- leo.- Tú eres mi vida.

Me muerdo el labio, todo esto es culpa mia. Ya es hora de dejar de poner de excusa "es culpa del amor". 

- No digas eso.- le escribo.

- ¿Por qué? Solo digo la verdad.

- Tú te mereces a alguien mil veces mejor que yo.- escribo, después guardo el móvil.

Llegamos al centro de Oviedo, por la zona donde hay sitios de copas. Finjo una sonrisa, mientras Rush no esconde su tristeza. Entramos a un sitio grande, lleno de gente de todas las edades. Varios chavales me miran al entrar,  pero yo solo tengo ojos para ellos dos.

Miro a Rush, incluso callado, una simple mirada suya me hace temblar. Pedimos unas copas, mientras miro a varios chicos, pero ninguno como él...

Bebemos un trago y nos miramos. A Rush le da un ataque de tos y nos reímos. Me mira y sonríe dulcemente, pero sin decir nada.

Tras un rato, me doy cuenta de que un chico no para de mirarme. Intento evitarle, tendrá unos veintitres años. Pero entonces, se nos acerca.

- Hola, me llamo Pablo.- dice tocándose el pelo, es alto y rubio, con los ojos verdes.- ¿Cómo te llamas, preciosa?

- Chus.- digo sin mirarle a los ojos.

- ¿Me permitirías invitarte a una copa? - dice sonriendo.

- No, gracias.- digo girándome.

- Es una pena.- dice.- Yo que deseaba que una belleza como tú me permitiese tener una conversación con ella... Hombre, la chica más bella se merece algo más que yo.

Me giro, y digo mirándole a los ojos:

- Bueno, creo que acepto esa copa.

Nos dirigimos a la barra, es guapo, pero no quiero nada con él.

- Bueno, cuéntame más de ti.- dice con la mano en el bolsillo.

- Tengo 28 años y soy de Madrid.- digo seca.

- Anda, de la capital.- dice sin dejar de sonreir.- Ya decía yo que no parecías de por aquí... Bueno, yo tengo 22 años y estudio económicas. Ah, ¿Y te había dicho que tengo delante a la chica más guapa del local?

- ¿No te parece que soy un poco mayor para ti? - digo separándome un poco de la barra.

- La verdad, no.- dice con una sonrisa socarrona.