Como empezó todo... Capítulo 32

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Me separo, avergonzada. Me pongo la camiseta, imitándole, entonces me tapa con las mantas y me abraza.

- Wendy teñida...- dice serio.- Recuerda que te quiero.

- Por supuesto.- contesto cerrando los ojos.

- Y recuerda que todo lo que hago, lo hago por ti. Aunque no lo entiendas.

- Vale...- bostezo.

Y medio dormida, oígo sus últimas palabras:

- Recuerda, por muy lejos que esté, por muchos errores que cometa, por muchas cosas que pasen...- me besa la cabeza.- Siempre seré tu Peter Pan.

Me levanta el despertador a las 7 de la mañana. Rush no está a mi lado, sino en la otra cama. Tiene la cabeza hundida en la almohada. Se mueve, está despierto.

- Buenos días...- murmuro.

- Buenos días.- me responde levantando la cabeza.

Entra al baño, sin mirarme. Agarro el móvil y veo varios mensajes de Ruescas.

"Hoy nos vemos, mi musa."

Sonrío, nerviosa, pensando en como sería el reencuentro. "Estás jugando a dos bandas", recuerdo las duras palabras de Ro.

"¡Ya queda poco!", le contesto, emocionada.

Cojo ropa de la maleta, guardo algunas cosas y paso al baño. En la ducha, medito sobre todo lo de ayer. Intento alejarme de él y acabo así, penoso... Me visto rápido, y al salir, encuentro a Rush esperándome.

Bajamos a desayunar con la parejita. Ro sigue un poco seria, y JP tiene su habitual buen humor. Miro a Rush a los ojos, brillantes, que se posan sobre los mios y muestra una sonrisa tímida. Agacha rápido la cabeza, como si mirarme fuera un placer prohibido. Tiene ojeras, apenas abre la boca en todo el desayuno.

Al acabar, paseamos por los largos pasillos, por última vez, antes de recoger las maletas y volver a Madrid. Las cogemos, nos aseguramos de dejar todo en orden y salimos a la puerta del hotel.

JP paga la cuenta del hotel, mientras nosotros guardamos las maletas en el maletero del taxi. Cuando sale, sonriente, nos metemos dentro y vamos dirección a la estación de trenes.

Tenemos que salir corriendo para no perderlo. Me siento al lado de Rush. Apoya la cabeza en el asiento, cerrando los ojos, ignorando todo el alrededor.

Me siento muy tonta. Ayer solo quería dejar claras las cosas con él, y al final acabé disfrutando de un festín de besos, cortesía de Rush Smith. De hecho, si no me hubiese parado... ¿Hasta dónde habría llegado?

- ¿Todo bien? - me saca la voz de JP de mis pensamientos.

- Sí.- susurro, señalando a Rush.- Vamos a dejarle dormir.

Se revuelve dormido, tendrá frío por el excesivo uso del aire acondicionado en estos trenes. Me vibra el móvil en el bolsillo. Me acaba de llegar un mensaje de Ruescas.

"No sabes como te he echado de menos..."

Saco una mueca de frustación, y contesto:

"No es bueno depender tanto de alguien... Aunque debo admitir que te he echado tanto de menos..."

Me acomodo en el gran asiento gris. Tiene los brazos cruzados, y la cabeza ligeramente girada. Le acerco la mano, lentamente, acariciándole. Esboza una sonrisa, dormido, arrugando la nariz.

Entonces descubro unos azules ojos que nos observan entre los asientos de delante.

- ¿Hola? - pregunto sonriendo.

Los misteriosos ojos, se abren, sorprendidos, y se esconden.

- ¡Hey, no te vayas! - me río.

Una cabecita rubia emerge de los asientos de delante, alegre.

- ¡Hola! - exclama la niña. Se lleva las manos a la boca, al darse cuenta de que ha gritado.- Perdón... No quiero despertarle.

Tendrá unos ocho años. Tiene una larga melena rubia, rizada. Es muy pálida. Tiene un acento extraño que no logro identificar.

- Me llamo Helena.- se ríe con esa risa tierna que tienen los niños.- Pero, Helena con H. ¡Qué es diferente!

- Hola, Helena con H.- sonrío.- Tienes un nombre precioso. Yo me llamo Chus.

- ¿Chus? ¡Qué nombre más raro! - se sorprende.- Pero es muy bonito.

- Gracias.

- Oye, siento haberos espiado.- gira su sonrisa, poniendo ojos de cachorrito, mostrándome una dulce expresión de arrepentimiento.- ¡Pero mucho, mucho!

Mueve la cabeza, suplicando mi perdón, agitando sus rizos rubios.

- No pasa nada. ¿Vas con tus papás?

- Sí, con mamá...- me muestra de nuevo su sonrisita, mientras se aparta el pelo de la cara.- Pero está dormida, como tu novio.

- ¡No es mi novio! - me carcajeo, noto como mis mejillas se sonrojan.- Solo somos amigos.

Rush gruñe, inmerso en sus sueños.

- Jo, lo siento otra vez...- se muerde el labio, apretando las manos en su jersey.

- ¡Helena! - chilla la madre enfadada, despertando a Rush. Agarra a la niña del hombro.- Deja de molestar a esta señorita.

Tras dejarle bien claro a esa mujer que su hija no nos ha molestado porque es un encanto, miro por la ventana y descubro que en apenas un rato llegaremos a casa. Ruescas no me ha contestado al mensaje, y Rush sigue girado, mohíno.

- ¿Estás enfadado? - murmuro agarrándole del hombro.

Me mira sorprendido, y musita, volviéndose a girar:

- No, ¿Por qué lo dices? - hunde las manos en los bolsillos.

No contesto, me limito a apoyarme en la ventanilla, con los auriculares puestos.

A las 12:30 llegamos a la estación, entonces me veo rodeada de gente con maletas, abrazándose como si no hubiera mañana, y voces que anuncian por los altavoces las llegadas de trenes. Entre todo ese barullo, veo en el fondo, apoyada en la columna, a una figura alta, con pelo rubio. Ruescas.

Me mira, a lo lejos, entonces corre hacia mi.

- ¡Chus! - me abraza, levantándome por los aires.- Joder, no sabes como he esperado este momento.

- Ruesquis...- le aprieto entre mis brazos, hundiendo el rostro en su cuello.

Los demás nos miran fijamente, sin decir nada. Nos separamos. Rush me dirige una mirada feliz, satisfecha, la cual no acabo de comprender. JP levanta una mano, emocionado, a la vez que proclama:

- ¡Septiembre13 ha vuelto a casa!

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¡Hasta pronto! ¡Infinitas gracias y besitos!

Como empezó todo... (Chush)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora