Prólogo

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No soy la mejor tomando decisiones, quizás incluso debería ser honesta conmigo misma y asumir que soy una completa inadaptada social.

Bueno, quizás estoy exagerando un poco.

Después de todo es algo que suelo hacer. Me estreso fácilmente, por lo que suelo pensar demasiado en algunas cosas. Aunque aún no descarto la idea de que quizás un día, llegue a ser la mujer loca que vive encerrada en su casa con un montón de libros y gatos.

Si te estás preguntando qué me llevó a pensar eso, pues la razón es demasiado sencilla. No convivo mucho con la gente, quizás deba aclarar que no convivo con cierto resto de la población actual de la localidad, porque a veces la vida nos da unas pequeñas sorpresas, como por ejemplo tener amigas, y en eso, no soy tan incompetente después de todo.

Eso sería el punto número uno de mi larga lista de defectos. Créeme, puedo llegar a ser bastante irritante a veces o la mayoría del tiempo. No es que yo quiera ser así, sólo es parte de mi brillante personalidad. ¿En que estaba? Y por si no lo he mencionado, soy un poquito olvidadiza. Pero siguiendo con lo que estaba diciendo, no soy aventurera y no vivo el momento, diría que, soy tan predecible como una comedia romántica.

Obviamente mi vida no ha sido tan fácil como la de las novelas románticas, no es ficción y he vivido mis momentos, malos y buenos, pero si debo juzgar, no he tenido la mejor mano en el juego. Cada mala pasada, digámoslo de ese modo, ha dejado sus cicatrices.

Tengo veintiséis años, estoy a nada de cumplir mis veintisiete y sigo siendo tan pura y virginal como la virgen María, te preguntarás si es en serio, pues sí.

Hace unos meses, no diré cuantos, era la típica mujer que no pensaba en nada más que en su mundo de fantasía, rodeada de mis libros, familiares y amigas. Te preguntarás si no he tenido oportunidades para ocuparme de mi problema, y sí, las he tenido, pero las he desaprovechado.

Quien diría que perder la virginidad sería todo un problema. No es que sea tonta, quizás si ilusa, pero siempre he pensado que debería tener mi primera experiencia por amor y como verán; este aún no se ha presentado. ¿Es tan estúpido de mi parte seguir pensando así?

Mis mejores amigas tienen relaciones estables con sus parejas y yo sigo soltera, mi último beso fue hace como dos años. Desde entonces no he salido mucho que digamos.

A veces, me gustaría vivir la experiencia de las protagonistas de los libros que he leído, pero mi vida no es como una obra literaria, mi vida apesta, soy tímida, no se me da bien hacer nuevos amigos. No sé ni cómo he llegado hasta este punto.

Encontrarme en mi habitación, sin saber absolutamente nada sobre el sexo. Bueno eso no es tan cierto, digamos que teóricamente hablando; se bastante, pero finjamos que es más o menos así. Lo que es imposible de creer, es que he llegado a tal punto de pedirle ayuda a mis dos locas favoritas; mis mejores amigas: Lissa Valverde y Susana Dávila.

Ahora me pregunto ¿qué hago yo pensando en sexo?

Nunca antes me había importado tanto. Bueno, la respuesta es fácil, se acerca mi cumpleaños, sé que todavía faltan tres meses para eso, pero cumpliré veintisiete en marzo, esa es mi fecha límite.

Al menos mis amigas no se han burlado de mi descabellada idea. Aunque ahora que lo pienso con la cabeza fría, quizás, ya me estoy arrepintiendo de haberlo planteado en voz alta. Lo que haga o mejor dicho; lo que no hago con mi virginidad debería ser mi problema. ¿Verdad?

Que siga siendo virgen no significa que nunca haya tenido un novio. Siento que lo debo aclarar. Pero si hay que culpar a alguien por mi inexperiencia en el plano práctico de las relaciones sexuales, definitivamente es a los libros. Ellos tienen la culpa, absorben mi tiempo como una esponja, a quien intento engañar, estoy justificando lo injustificable, la culpa es mía, ya que leo bastante y no soy estúpida, aunque a muchos se los parezca.

Creo saber de qué van las cosas y mi imaginación puede ser bastante amplia en algunos términos. En resumen los libros son mi vida y por mucho que trate de culpar a alguien debo decir que la culpa es sólo mía o del destino.

Quizás, perder lo que todos llaman "virginidad" está sobrevalorado, la verdad es que necesito comenzar a tener experiencias en mi vida sexual, darle a mi cuerpo lo que le falta y a seguir con la vida. Seguir siendo virgen a los veintiséis años, es como decir que todavía creo en el viejito pascuero y definitivamente no me agrada como antes.

No sé cómo logré decirle esto a mis amigas, por lo general me cuesta sincerarme y francamente, decirles que me decidí a emprender este viaje sin retorno y alocado, fue lo más atrevido que he hecho en mi corta vida. Sin duda, el camino en la búsqueda del hombre perfecto para mis planes, será lo más arriesgado que he hecho. Encontrar un hombre que haga vibrar a mi cuerpo de placer, no está entre el tipo de conversación que suelo tener con ellas. Por lo general mis conversaciones siempre son sobre el último libro que he leído o cosas sobre el trabajo.

Ambas me apoyan en cualquier cosa que yo decida, por lo que podría decir que mi inexperiencia y mi virginidad tienen un tiempo de caducidad, cuando termine el año; encontraré a mi hombre ideal y adiós virginidad.

Soy Samanta Ruiz y he iniciado este nuevo diario, ¿por qué? Digamos que es la única forma en la que puedo expresarme y ahora me he planteado olvidar todo en lo que creo saber sobre el amor y a la vez, me he propuesto dejar de esperar al príncipe azul. Me he cansado de que me lastimen y sinceramente, mi inexperto corazón no puede tener un parche más.

No sé lo que saldrá de toda esta locura, pero de algo estoy segura, no tengo ni la más mínima idea en qué puede terminar.


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Hola!!

Si te ha llegado la notificación de actualización, es porque se me ocurrió actualizar desde el principio mi novela.

Me puse a releer y hice algunos cambios... gracias por leer y agregar en sus bibliotecas.

Os quiero :) 

Mi Primera Vez? (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora