Estoy completamente nerviosa, esperar que me llamen para que el doctor comience a atender a los pacientes en la consulta, me pone de los nervios y el que me hubieran cambiado mi hora como tres veces; influyó en el estado que me encuentro y yo definitivamente quería saber qué es lo que estaba mal conmigo.
Lo único diferente a cualquiera de otros de mis controles rutinarios, sería el nombre del médico: Doctor Cristian Rivera, alias el encuestador, soy muy consciente de que puedo ser un poco jodida, bueno quizás un poco loca suene mejor, me acostumbré a que mi doctor durante los últimos tres años sea una mujer, pero que ella asuma las mismas preguntas que tuve que responder ante otro médico y más aún darlas por sentadas me parece casi ilógico.
Sin embargo, el pobre y modelo de revista alias Doctor Rivera se ganó un premio por obtener la mayoría de respuestas negativas a preguntas tan simples como:
1. ¿Qué anticonceptivos toma? = No, no tomó ninguno.
2. ¿Tiene pareja? = No, estoy soltera.
3. ¿Cuándo tuvo el periodo? = No sé, no llevo un registro de eso. Creo que fue el 15, nunca he llevado un registro sobre mi periodo.
4. ¿Última vez que tuvo relaciones sexuales? = No... Soy virgen.
Nunca había pasado tanta vergüenza en mi vida y más cuando tuve que responder la última pregunta, cuando se produjo nuestro cruce de miradas ya que tenía la cabeza clavada en mi historial médico. Lo peor sin duda fue cuando me pregunto ¿cuántos años tiene? Mirándome de manera interrogante a mí y a mi ficha médica, mientras yo me ponía de un lindo color rojo tomate chillón.
Su cara no me dijo mucho, pero estoy segura de que su mente estaba preguntándose ¿de verdad? Veintiséis años y virgen ¿mujer de qué planeta eres? Juro que fue en lo único en lo que pensé y quería que me tragara la tierra en ese mismo momento ¿por qué me tiene que pasar esto a mí? No hay algún rincón donde pueda esconderme, todo por no esperar a que me atienda mi doctora. Ahora no me queda más que esperar a que me atienda sin ponerme roja tomate, ¡claro si es que puedo! ¿En qué diablos estaba pensando?, lo único bueno de todo este vergonzoso momento es que pase con dos estrellitas la revisión médica y puedo seguir mi vida normal. Claro que la parte impulsiva de mi mente no pudo evitar pensar "no te gustaría ser el primero, doctorcito", porque pucha que está muy bueno, como lo que me recetó el médico.
Diagnóstico: Tan sana como un Yogurt. Bueno tanto como puede ser alguien con un poco de taquicardia de vez en cuando.
Creo que desde ese día me quedó dando vueltas lo de perder mi virginidad, será que algo así puede influir en tu vida. Ahora volviendo de mi arranque al planeta de las vergüenzas, debo interrumpir nuevamente a mis amigas, odio cuando se enfrascan en una discusión como si no recordaran que yo estoy presente. Está bien, muchas veces yo misma me aisló en mis propios pensamientos que me pierdo, pero últimamente hasta ellas consiguen incluso que yo olvide que estoy presente en una conversación.
― Lis, Sussy ¿quieren dejar el tema? Ya tomé la decisión, me atenderé con la hermana de Susana ¡ya está! Finito, se acabó.
― Sí, pero con darme la razón en eso, no te libraras de explicarme porque quieres hacer las cosas a tu modo.
― Otra vez con el tema Susana. ¿De verdad?
― ¿Qué tiene de malo mi método Lis?
― Pues que es tu método ya te lo expliqué Sussy... Sam quiere hacerlo a su manera y eso debería bastarte, por lo menos no quiere desertar en su misión.
― Eso es verdad. Por lo general esta idea le ha durado más que las otras.
― Ves, tú solita has llegado al quid del asunto, si la sigues presionando puede que se arrepienta y te quedarás sin proyecto de salvación.
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Mi Primera Vez? (Terminada)
RomanceSamanta está cansada de seguir siendo virgen a sus veintiséis años, por lo que ha tomado una loca decisión y armada con sus dos mejores amigas iniciaran una campaña que le ayudara a dar el siguiente gran paso sin que le rompan el corazón en el proce...