CAPÍTULO DIECISÉIS

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Ciertamente, no me esperaba esto; que Erick volviera a dar señales de vida no cambia nada, aunque me gustaría tenerlo todo claro, ni siquiera me he atrevido a indagar más a fondo sobre toda esta situación. Estoy tan confundida y no me refiero solo a lo originó todo el problema, más bien tiene que ver con lo ocurrido en el museo.

Hay tantas cosas detrás de esta historia que yo no sé, por ejemplo; cómo fue que Gustavo unió las piezas del rompecabezas que Erick creó. Todos nuestros encuentros fueron por lo menos fuera del punto de vista de mi jefe; salvo por ese día en la fiesta de la empresa y hasta eso terminó en tragedia, conmigo en el hospital. Desearía poder descubrir la verdad, creo que la merezco.

Quizás deba dejar de darle vueltas al asunto y renunciar a mi empleo. No me atrevo a mirar a Gustavo a la cara, por no decir que todavía siento el escozor de la vergüenza por todo lo ocurrido entre nosotros y eso que no sabe todo el meollo de la historia. Eso sería doblemente vergonzoso.

Pero lo hecho, hecho está y no puedo cambiar ni retroceder el tiempo por más que quiera. En realidad no tengo nada de lo que arrepentirme, no soy la primera mujer que entrega su corazón a quien no lo merece. Me duele obviamente, pues no soy de acero, tengo mis debilidades por lo que debo confesarles a mis amigas sobre el mensaje de Erick. No quiero, pero necesito que me ayuden a ser fuerte.

Lo sé, Erick pone mi mundo de cabeza literalmente, descubrí que es como una adicción, mi kryptonita. Sí, muy friki nerd de los cómics, pero oye me gustan y es una buena asociación.

¿Alguna vez has tenido miedo de caer? Pues la sensación que tengo es muy parecida a eso y yo no estoy segura. Nunca he sido adicta a algo que me haga daño, pero con Erick estoy muy cerca de caer. Me dejé deslumbrar, no lo niego, es un buen amante después de todo.

Sé que me costará olvidarlo, aunque si habláramos... no, no vayas por ese camino Samanta. Tienes que ser fuerte y no flaquear, pues en algún momento tendrás que enfrentarte a ellos. ¿Y qué hago si mi corazón no logra salir intacto de ese encuentro? A veces, la vida te presenta fallos que te cuesta superar y eso es en estos momentos Erick para mí, soy demasiado cobarde como para enfrentarme a él, lo sé. Lissa y Susana también lo saben y por eso es mejor que se hayan llevado mi celular, así consigo evitar cualquier tentación.

― ¿Qué se atrevió a hacer qué?― exclama Susana enfadada.― No puede esperar que le creas, seguro por su demora tiene que tener preparada una muy buena mentira. Quizás que, habrá inventado. No me digas que no te extraña su actuar. Qué saca con buscarte ahora

― No lo sé.

― Samanta, no me dirás que estás pensando, reunirte con él.― preguntó Lissa, intercambiando una mirada con Susana.

― ¡NO!― digo.― Bueno... no sé qué pensar.

― Simplemente dile que pasas de cualquier cosa que pretenda decirte. No, mejor dile que se vaya al infierno.― indica, como si fuera tan fácil decirle que no. Acaso no recuerdan la forma en la que me abordó, siempre que tuvo oportunidad.

― Como puedo decirle eso, después de todo también es mi jefe. No niego que me encantaría decirle unas cuantas verdades, pero no puedo. Aparte como me niego a verlo, si por el medio que sea, lo va a lograr tarde o temprano.

― Pues muy fácil, sólo debes juntar estas dos letras N-O.― dice Susana.

― Chicas, me cuesta reconocerlo y se lo que van a pensar de esto, pero estoy realmente confundida. Siento que mi pobre cabeza está toda vuelta patas arriba.

― Eres muy blanda con ellos.― anuncia Lis.― Debes ponerte firme y tomar una decisión con respecto a tu futuro. ¿Quién te conviene más?

― Lo sé. Espera... ¿Qué? ¿A qué te refieres?

Mi Primera Vez? (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora