CAPÍTULO NUEVE

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Al fin he logrado escapar de la locura que les dio a mis compañeras, porque todas quieren saber algo sobre Erick, como les puedo explicar, si para mí no es fácil decirles que necesito un tiempo; que debo pensar cuál será mi siguiente paso ahora que sé quién es realmente mi sultán, aunque no es muy maduro estar escondida detrás de un pilar que está cerca de la cocina.

¿Qué debo hacer? Nunca he estado más confundida que hasta ahora y por el momento solamente se me ocurre que tengo que volver a ser yo misma, no la persona que estoy jugando a ser. Simplemente yo.

Ni siquiera soy capaz de ver la diferencia que hay entre este vestido ajustado y el disfraz que, acabo de cambiarme, sencillamente me volveré loca antes de lograr algún objetivo y lo más probable es que mis amigas me acaben matando. Seguro que presentarme completamente estresada al inicio de nuestro viaje no entra en los planes de Susana, aunque al parecer ya es oficial. ¡Estoy estresada!

Al cerrar mis ojos; siento un leve mareo, como si mi cabeza diera mil vueltas y mi corazón comenzó a latir aceleradamente, trato de respirar lentamente; llevar algo de aire a mis pulmones y calmarme un poco, ya que lo más probable es que tenga los nervios tomados.

― Samanta, ¿te sientes bien?― me pregunta Gustavo, mientras me examina fijamente. ― Te veo un poco pálida.

¿Cómo la había encontrado? No definitivamente no estaba bien, algo estaba pasando y no tenía idea de que, sintió unas manos tomarla lentamente y acercarla a un sofá ubicado cerca de allí, Francisca la chica de Recursos Humanos se acercó al escuchar a su Jefe pidiendo a un camarero un vaso de agua con azúcar.

― Creo que debemos llamar a un médico, no tiene buen aspecto.

― No es necesario, estaré bien en un momento; seguramente debe ser por el agotamiento.― dije esperanzada de que me dejaran sola, necesitaba pensar.

― Samanta, no creo que eso sea muy prudente.― respondió Gustavo.― Francisca puede pedirle a su compañera Fabiola; que pida al encargado de recepción; que traigan mi auto, iremos al hospital.

― Estoy segura de que no es necesario, quizás, sólo debo volver a casa y descansar.― intente levantarme, pero todo comenzó a girar, me costaba respirar cada vez más. Entonces vio que Erick se acercaba también, sus miradas se cruzaron y fue cuando todo se volvió negro.

Unas manos la acariciaban; quería abrir los ojos, pero estaba muy cansada. Tenía algo en su mano, un poco molesto. ¿Qué sería?, una aguja tal vez.

¡Odio las agujas!, no las puedo tolerar, nunca he sido capaz de ver una, siempre terminó desmayada. Algo hizo clic en mi mente y recordé lo que sucedió en el salón de eventos, no puedo creer que me desmaye prácticamente en los brazos de mi jefe. ¡Espera un momento! ¿Quién está acariciándome?

― Vamos, mi Latifa abre esos ojos para mí, sé que estás despierta.

Sabía que no debía sonrojarme, no estaba segura, podría haber alguien más allí, pero de alguna forma estoy convencida si hubiera alguien más, no me habría llamado así, él no la avergonzaría de esa manera, incluso sin abrir mis ojos lo sentí sonreír.

― Te dije que no me llamaras así.― respondí suavemente.― ¿Dónde estoy? Me lograron traer al hospital, acaso nadie sabe que odio los hospitales.

― Creo que desde hoy yo también los odio un poco mi Duendecilla, no sabes el susto que me lleve, por no decir que mi hermano se está comportando como un tigre enjaulado paseándose por el pasillo, el doctor ha dicho que es tu corazón, dice que sufriste una TSI.

― ¿Una qué?

― Perdón una Taquicardia Sinusal Inapropiada, es una arritmia rara que se caracteriza por un incremento exagerado en la frecuencia cardíaca asociado con demandas fisiológicas comunes. Tal vez debido al estrés de tantas reuniones, aún deben hacerte más exámenes para estar cien por cien seguros, pero el Doctor dice que tienes todos los síntomas.

Mi Primera Vez? (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora