Mi Primera Vez? (Terminada)

CAPÍTULO CATORCE

Me despierto desorientada con el brillo del sol en los ojos, no tengo idea de donde estoy. Entonces lo recuerdo, Erick... sonrío como nunca antes, la noche fue maravillosamente mágica. Intento escuchar algún sonido en la habitación, pero no se oye nada. Giro mi cabeza y en la otra almohada hay una nota con la letra de Erick.

¿Dónde está? Porque saldría sin despertarme y además dejándome una nota para informarme que puedo quedarme hasta el mediodía si así lo quiero.

¿Cómo es que se ha ido a trabajar? No había nada en la agenda que incluyera un viaje a Santiago, lo recordaría, soy la secretaria de su hermano. Lo dejo pasar, necesito encontrar mis cosas para llamar a mis amigas.

Al salir de la cama me da un pequeño escalofrío, como cuando tienes un mal presentimiento y no logro sacarme esa extraña sensación. ¿Qué es lo que me pasa?, no debería estar saltando en un pie por haber encontrado un hombre que me diera lo que necesitaba. Erick es todo cuanto soñé, fue excelente. Me visto rápidamente y busco otra vez mi bolso con la mirada, lo necesito para tomar mis medicamentos, al ver mi celular en el suelo lo recojo y veo que tengo cinco mensajes de mis amigas.

Lissa Jue, 17 ene 2013 07:00

¿Sigues viva?

¿Llevabas tus pastillas?

¿Dónde estás? Llámame

Sussy Jue, 17 ene 2013 07:00

¿Y saltó la liebre? O solo te quedaste a dormir como la otra vez?

¿Cómo fue? Fue bueno contigo.

Decidí volver andando al departamento, para aprovechar de aclarar un poco mis ideas, por lo que pude apreciar ayer, solo eran tres cuadras. Siempre imagine que cuando tuviera relaciones sexuales se me notaria en la cara, por lo visto estaba en un error, no veo nada diferente. Solo mi sonrisa tonta.

El inconfundible sonido de Call Me Maybe comienza a sonar en mi bolso.

― Lis, te iba a llamar justo en este instante.

― Samanta ¿dónde estás?

― Voy caminando hacia el departamento. ¿Qué pasa? Empiezas a asustarme.

― Tu jefe está aquí.― susurra.

― ¿Qué? Espera ¿quién?

― Gustavo; y por lo visto parece que quiere matar a alguien.

― ¿Cómo supo dónde estábamos? Olvídalo ya me imagino cómo.― Respiro hondo y cierro los ojos.― Bien estaré allí como en media hora, ten un vaso de agua helada para mí.

― Apresúrate. Parece que es serio.

¡Esto es el colmo! Que ni en mis vacaciones me deje tranquila. Aunque esto es raro, otra vez está ahí esa sensación extraña, tengo está leve sospecha de que algo no cuadra en todo esto. Cuanto antes termine con esto, antes podré salir con mis amigas. Sé que estarán ansiosas para que les explique todo lo que pasó con Erick, me estoy sonrojando solo con pensar en él.

Claro, tendremos que esperar a que mi jefe se vaya, pero quizás no sea necesario y se ha ido antes de que yo llegue, esas dos eran más listas que el hambre y son muy capaces de intimidar al más audaz, soy yo la siempre que tiene que intentar fingir.

No sé qué propone el Sr. Samaniego presentándose en nuestro departamento, pero está claro que ya ha sobrepasado con todo esto cualquier relación profesional que un jefe y su empleada deben tener.

Llegó literalmente muerta hasta el quinto piso, sacó la copia de la llave que llevaba en mi bolso y me preparo para lo que sea; que haya hecho venir al mismísimo león Samaniego hasta Santiago, desde donde quiera que estuviera vacacionando.