(k.s.j) 30; TERMINADA.

10; segunda parte

Me reí tanto escribiendo está cosa.

Capítulo diez; segunda parte.

{🌷}

— La respuesta es tan obvia, digo, ¿Quién no quisiera ver películas con su crush?

— ¿Quién no querría ver películas conmigo? — Levanté mis dos manos en un señal de que aquello era obvio.

— Ya. — Me tomó de mis hombros y literalmente me arrastró hasta su auto. Cuando quise abrir la puerta de este nuestras manos chocaron, yo lo miré, esto parecía una escena cliché.

— Quítate.

— No, tú. — Ahora mismo los dos nos fulminabamos con la mirada, cómo si fuéramos dos infantes peleando por plastilina.

— Saca tu mano.

— No, tú.

— Fuera..

— No, tú.

— ¿Tú vocabulario se limita a eso? — Alcé una ceja, obviamente sin soltar la manija de la puerta del coche, dónde ambas de nuestras manos se encontraban, una a cada lado.

— No, tú. Quiero decir.... — Tocó su cabello con sus dos manos dejando mi espacio libre. — Agh, me pones tan nervioso.

Abrí la puerta del auto y entré a este, SeokJin me observaba tanto que daba miedo.

— Oye.

— ¿Si? — Sacudió su cabeza, probablemente alejando sus pensamientos.

— ¿Vas a subir o prefieres que te cargue?— Un color carmesí se posó sobre sus mejillas

— Oh, cierto. — La ternura que radiaba este chico era hermosa.

Antes de ir a su puerta cerró la mía con suma delicadeza. Cuando los dos nos encontrábamos arriba del automóvil Jin arrancó y nos dirigimos a nuestro edificio, suponía. Me fije en los detalles que no había visto en el trayecto de nuestro edificio a este "parque de diversiones" pues estaba demasiado dormida. El pequeño adorno que antes colgaba de su espejo retrovisor ahora parecía olvidado pues se encontraba tirado debajo de los pies de Jin. La curiosidad me invadió y pregunté por tal acto, mejor dicho me quejé por tal acto.

—  ¡Hey! — SeokJin dió un pequeño salto en su asiento al oir mi queja tan ruidosa, yo solo me disculpe en voz baja con sucesivos "Lo siento". — ¿Qué hace MI osito en tus pies? — Recalque el "mi".

 — ¿Hablas de Chimmy? 

— No lo sé, dímelo tú.

—   No se que hace tirado allí.... ¿Podrías levantarlo?

— Paso. —  No me agacharia a las piernas de SeokJin.

— Entiendo. — Empujo el osito hacia mis pies, ahí fue cuando me digne al levantarlo, lo observe atentamente. — Siempre ese peluchito se lleva toda tu atención. — Se quejó.

— No es su culpa que sea mas interesante que tú.

— Auch. —  Si no estuviera conduciendo estaba segura que pondría sus manos en su pecho.