12

410 45 35
                                        

Capítulo doce

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo doce.

HyeMin

- ¿Estás seguro de esto? - Pregunté parada en la puerta de mi departamento con SeokJin enfrente mirándome impaciente, vestido con una camiseta negra y arriba una camisa de jean desabotonada, unos lindos anteojos que resaltaban sus belfos brillosos. Simplemente perfecto, pero no estaba con el mejor humor.

Había llegado mi menstruación y cada vez que pasaba era frustrante, nunca me acostumbré a esto y era la primera vez que intentaba salir con un chico en este estado y con estos dolores, realmente no me importaría salir así con algún chico, pero oigan, estamos hablando de SeokJin, él no es de este mundo.

- ¿Por qué no lo estaría? Ya salimos bastantes veces Hye.

- Es que hoy justo toca el día para odiarme a mi misma. - Suspiré. Era cierto, cada vez que estaba en esta situación siempre pasaba lo mismo, el primer día me odiaba a mi misma por mi físico, el segundo me amaba, y así hasta que todo deja de fluir.


- ¿Que odias de ti? ¿Acaso odias tu naricita pequeña y tierna? ¿Tú personalidad cuando estás feliz? ¿Tu sentido del humor? ¿Tus senos? - Abrí la boca para recriminarle algo pero nada salió y él siguió hablando - ¡OH DIOS! ¡YA SÉ LO QUE ES! ¿¡SERÁ TU ABDOMEN PLANO!? - Tapó su boca tal cual niño que ve a alguien hacer algo mal, con su típico Oohh incluido.

- ¡DÉJAME EN PAZ! - Di un pisotón en el suelo gritándole lo más fuerte posible, haciendo que su mueca de burla se esfume.

El sonido de una puerta abriéndose nos asustó a los dos, era Jimin.

- ¡QUIEREN CALLARSE DE UNA PUTA VEZ! ¡PUEDEN GRITAR DENTRO DE SUS DEPARTAMENTOS SIN TENER QUE DESPERTAR A LOS DEMÁS! - Con eso y con la cara totalmente roja cerró la puerta de su departamento de un fuerte portazo haciendo que me sobresalte al igual que SeokJin quién me miró aterrado.

- Da miedo cuando se enoja. - Dijo el mayor mirando al piso.

- Parece un mochi rojo - Reí.

Luego de unos minutos rechazando la oferta de SeokJin para ir a desayunar juntos como habíamos acordado hace un día atrás, terminé aceptando, nada me impediría estar con aquel Adonis, siquiera los cólicos, cosa de demonios.

Cuando ya nos encontrábamos en aquel lugar, según SeokJin todo estaba bien, pero no lo estaba, estábamos en medio de un campo a las casi nueve de la mañana con un frío feroz y yo con unos cólicos por los cuales quería tirarme al piso y llorar para que la pastilla que había tomado antes de salir hiciera algún efecto. Todo estaba mal, nada estaba bien, esperen, me confundo, él era lo único que estaba bien.

De repente el auto hizo un ruido raro, cuando me giré vi a Jin abrir el maletero.

- Ayúdame con esto.

Me acerqué a su lado viendo el maletero aterrada.

Había un cuerpo.

Mentira. Había montones inimaginables de comida.

- ¿De dónde sacaste todo esto SeokJin?

Pregunté un tanto asustada, había imaginado varios escenarios dónde yo explotaba por comer tanto, y eso simplemente me aterraba, sinceramente no quería llegar a casa como Violet de Charlie y la fabrica de chocolates, sí, nunca me cansaría de esa película tan macabra.

- Como dijiste que mi comida se la dabas a los perros de la calle y nunca la probabas.

Reí tapando mi boca para que no se notara.

- Así que hice de mi comida especialmente para ti.

- Deja de hacer eso

Golpeé su hombro, él me miró confundido.

- ¿Hacer qué?

- Enamorarme....

Solté frustrada a tal belleza que se encontraba en frente de mi, muy imposible para ser real.

- ¡AAAAHH! - Gritó abriendo los ojos lo más que pudo para luego reírse con su típica risa limpiavidrios, haciéndome reír a mi por igual. Estábamos locos.

Luego de acomodar todo como se debía nos sentamos comer, como siempre que salíamos. Tenía mis piernas cruzadas mientras degustaba la rica comida hecha por SeokJin, un manjar sinceramente. Los dos sentados en una manta sobre la hierba amarillenta, el sol nos mantenía calientes pues casi parecía que íbamos a morir de hipotermia allí mismo, solo a SeokJin se le ocurría exponernos de esta manera a tales grados, pero lo aceptaba, aceptaba su forma de ser.

- Te diste cuenta... - Dije haciendo una pausa para saborear el rico bibim guksu en mi paladar. - Esto está delicioso SeokJin.

- Lo sé, muchos años de práctica. - Sonrió con autosuficiencia mirando el topper que contenía manduguk perfecto para combatir aquel frío dañino mientras yo comía aquellos fideos fríos, es que valía la pena saborearlos aunque después me encuentre enferma. - Sigue con lo que ibas a decir Hye.

- Que sí diste cuenta a que siempre que nos vemos o salimos comemos como cerdos.

- De eso se trata la vida MinMin.

MinMin.

- ¿Cómo me llamaste?

- MinMin, ¿te molesta?

- No.

- Que bien porque sí te molestaba lo seguiría haciendo.

- Eres mi sirviente, conviene que hagas lo que te digo, o si no te quedas sin paga.

- ¿Cuál es mi paga? Que todavía no me he enterado.

- Mimos. Tienes suerte, no suelo mimar tanto a las personas, sólo lo hago con los animales.

Acaricié su mano y dejé caer mi cabeza en su hombro mientras miraba al cielo, él tenía su mirada fijamente en mí, sonreía.

- ¿Hermosa la vista no?

- Ajá. - Contestó.

Y lo que pensé que iba ser una situación de mierda fue todo lo contrario, nunca me había sentido tan relajada desde hacía años.


Holaa bebés! Este capítulo hizo morirme de ternura, mi parte más melosa salió y quiero decir que sinceramente amo mucho a SeokJin y a HyeMin, por eso decidí darles un buen final, pensaba en que todo terminase en un tragedia pero di cuenta a que estos dos tortolitos merecen lo mejor, no esperen un final lleno de sangre y suspenso cómo tenía planeado, y sí, ya casi termina esta novela.

También quería pedir perdón por sí alguien se sintió incómodo, porque sé que la menstruación para muchos es algo del diablo y cosas así bien locas, lo cierto es que siempre hay que vivir sin tabúes, sentí que fui muy dura porque la mayoría de veces en fanfics cuando se presentan estas situaciones con la protagonista evitan decir la palabra "Menstruación" lo cuál es algo tan natural cómo lo son muchas cosas que consideramos "malas".

Sin nada más que decir y mucho agradecimiento por todo el apoyo que me dan y no merezco me despido con un beso en sus naricitas.

Y gracias por venir a mi ted talk.

- JuJu




(k.s.j) 30; TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora