Chocolate

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Ángeles, brujas, arcángeles, cazadores y un nephilim estaban revueltos entre libros, archivos, hechizos, etc. Castiel miraba a todos correr de un lado a otro buscando información e investigando, mientras en sus manos tironeaba el cabello de Balthazar. El Ángel mayor había sentado al pequeño bebé sobre sus hombros y ahora se arrepentía, nadie podía ayudarlo a quitárselo.

Michael y Sam revisaban las cámaras de seguridad que podían haber tomado a Cas antes de aparecer en la puerta frente a Dean. Para Sam era un poco raro trabajar con alguien que tenía la cara de su padre pero no era tal, aunque se empezaba a acostumbrar. En la grabación Castiel se detenía no muy lejos del bunker, bajaba del auto y eso era todo. La estática interrumpía todas y cada una de las pistas que podían ayudar.

- Gabriel, Raphael. – Llamo Michael. – Necesito que vayan ahí e investiguen el lugar en todas las direcciones en las que Castiel pudo haber ido.

Raphael asintió desapareciendo y Gabe lo siguió, no sin antes hacer una señal militar exagerada.

Por otro lado Dean y Rowena revisaban libros tras libros. Dean estaba harto de leer, esto no era lo suyo. Miro hacia su hermano suplicando ayuda, y fue ignorado por una sonrisa divertida. Esto no era divertido, no para Dean.

Jack y Lucifer revisaban los archivos. El mayor se sentó en el suelo agotado y tapado en estúpidos archivos.

- No hay nada aquí, Jacky. – Se quejó. – Es como si Cas fuese el único ángel convertido en bebé del mundo. – Exagero alzando sus manos.

- Hay que seguir buscando. – Insistió.

Balthazar apareció con el bebé a cuestas aun. Cas se había ensuciado con chocolate por toda la cara solo con un trocito que Gabe le dio. Jack entro en pánico al verlo.

- Los bebés no comen chocolate. – Regaño a Balt. – Es malo. – Tomo al pequeño y lo limpio con su propia camiseta.

- Es un angel aun, no le hara daño. – Se defendió el hermano. – Ademas, ni siquiera se lo comió, solo lo derritió con sus manos y mancho su cara y mi cabello. – comento con pesar, señalando el marrón en su cabello.

Lucifer rió ante la imagen de sus hermanos cubiertos de chocolate y Balt lo miro con odio. Jack levanto al bebé para verlo bien, y tenía chocolate por la cara, su ropa y hasta su cabello. Era hora de un baño. Pero estaba demasiado ocupado para eso ahora.

- Oh, yo puedo hacerlo. – Se ofreció Balt con entusiasmo. – Después de todo también necesito un baño.

Jack lo miro con desconfianza pero termino por ceder y darle las indicaciones que debía seguir para la seguridad del bebé.

Gabe y Raphael regresaron pronto pero sin nuevas noticias. No había nada interesante en kilómetros. Michael comenzaba a frustrarse.

- Creo que necesitamos un descanso. – Recomendó Sam a todos.

Gabe apareció un montón de hamburguesas, pizzas, cervezas y demás en la mesa. No era la forma en la que los arcángeles mayores estaban acostumbrados a trabajar, pero un descanso no los mataría.

Balthazar y Cas llegaron últimos, con el cabello algo húmedo aun, por mucho que Balt se hubiera esforzado en secarlo. Cas volvió a vestir otro de esos disfraces pero de oso panda esta vez.

Lucifer tomo al bebé y lo sentó con él. Esto era extraño, todo lo era. Cas bebé pegado a él y jugando con sus dedos, sus hermanos en una cena familiar, su hijo y los cazadores compartiendo juntos, incluso con la bruja a la que había asesinado. Ya no había miradas aterrorizadas o acusatorias hacia él, solo una charla sobre temas casuales. Si le hubieran contado un par de años antes que esto pasaría, se reiría a carcajadas de tal estupidez. Jack a su lado hizo una cara graciosa y Cas rió de aquella forma que enamoraba. Todos rieron contagiados por las risitas del pequeño. Lucifer se sorprendió deseando que el tiempo se detuviera en este momento, justo así. Donde nadie pensaría que estas personas habían luchado entre si hasta la muerte un millón de veces. Michael y él cruzaron miradas, sabían que algo faltaba... alguien faltaba. 

Volviendo a ser familia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora