Hermanos al rescate

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Balthazar fue llamado la mañana siguiente. Y en cuanto apareció, no despego su mirada de su pequeño hermanito. Cas vestía un disfraz de osito, muy suave al tacto, que Dean había comprado para días fríos como hoy. Ojos grandes lo miraban con extrañeza pero con confianza implícita.

- Es súper cute. – Tomo al pequeño ángel y lo abrazo contra su pecho. – ¿Me lo puedo quedar?

- No. – Sentencio Dean. – Necesitamos que nos ayudes a que vuelva a la normalidad.

- Pero así está mejor. – Reclamo Balthazar con enojo, apretando los cachetes con una de sus manos, desfigurando de forma tierna el pequeño rostro. - ¡Esta vestido de osito! – Remarco, como si eso evidenciara que debía ser suyo y un bebé para siempre.

- Necesitamos al "verdadero" Castiel. – Sam intento explicar.

Balthazar miro con extrañeza a los hermanos y luego al bebé. El pequeño Cas imito su ceja elevada.

- ¿Y yo que tengo que ver? – Interrogo.

- Pues... pensamos que podrías ayudarlo. – La cara de los Winchester mostró casi pánico.

- ¿Cómo? – Cas tomo su rostro y beso su mejilla llenándolo de baba, Balt no se quejó.

- Con tu... magia... información... algo. – Dean esperaba una respuesta positiva desesperadamente.

Ambos ángeles ahora miraban a los Winchester con extrañeza.

- ¿Creen que soy Dios o qué? Yo solo se cosas que no debería saber.

- No puedes... - Sam se lamentó casi para sí mismo.

- No. – Comento con obviedad.

El bebé osito se retorció inquieto, y comenzó a torcer su expresión en una advertencia de llanto.

- Hey, ¿Qué pasa, osito? – Balt intento calmarlo balanceándolo suave, pero sus lagrimitas comenzaban a agolparse.

- Creo que ya es hora del biberón. – Anuncio Dean con presura en su voz hacia su hermano.

Sam corrió a la maquina rara que calentaba el biberón apretando un botón, solo tardaría un minuto. Balthazar se acercó a la máquina y junto al bebé escuchaban el ruido extraño que hacía. Eso calmo a Cas durante el rato que debían esperar. Y Sam observo que Castiel y Balthazar poseían una extraña similitud en sus miradas.

- Sé a quién podemos llamar. – Dijo de la nada, aun con Castiel en sus brazos bebiendo leche. –

Balthazar miro al techo con algo de malhumor, no estaba muy feliz de hacer esto, pero era necesario.

- Gabriel, hermanito... - Las palabras salían de su boca con un extraño tono a falsedad. - ¿Serias tan amable de venir a ayudar? Es Cas. – Pronuncio el nombre de su hermano convencido de que aun provocaba algo en el arcángel.

No paso mucho para que Gabe apareciera en el marco de la puerta de la cocina, con una paleta en una mano.

- ¿Alguien suplico por mi honorable presencia...? – recito de forma demasiado teatral.

- Mira. – Balt levanto a Castiel enfrente del arcángel. – Es Cas. – sonrió desde detrás.

Gabriel levanto una ceja con desconcierto. Prosiguiendo a reír con todas sus fuerzas. Balthazar arropo en sus brazos al pequeño que parecía muy asustado, al igual que él.

- No puedo... creerlo... - Intentaba fuertemente parar de reír. - ¿Es Cas? ¿Quién demonios hizo algo tan genial?

Mientras los hermanos intentaban explicar lo que había pasado por segunda vez en el día, Gabe tomo al "osito" de ojos azules. Cas bostezo, acurrucándose en el cuerpo del mayor. Sus ojos no resistirían mucho abiertos, y aquel aroma a caramelo lo relajaba aún más.

- Ok. Entonces... - Analizo el arcángel. – no tenemos nada.

- Bueno, te tenemos a ti. – Se esperanzo Sam.

- Nop. – Admitió. – No tengo idea de que hacer.

Los Winchester miraron a los tres hermanos con pesadez. Gabriel aun sonreía, Cas dormía y Balthazar revisaba sus uñas, de los tres no hacían ni medio cerebro.

- No me miren así. – Reclamo Gabe. – Mis hermanos son los nerds, no yo. – admitió.

Y Sam volvía a tener esperanza otra vez, como siempre. Tal vez Michael o Rafael podían hacer algo.

- ¿Puedes llamarlos?

- No. – Sentencio. - Por cierto, ¿Dónde está mi sobrinito? – Intento cambiar el tema de conversación.

Dean saco la navaja de Arcangeles y amenazo a los dos mayores.

- Estoy harto de ustedes. Llámalos, no te estoy preguntando. – advirtió con fuego en sus ojos.

- Ok, si me lo pides tan amablemente. – Intento calmarlo Gabe.

Jack apareció por el pasillo muy confundido con la situación. Además que no había dormido nada por cuidar a Cas. Bostezo, tomo al bebé dormido sin decir nada, y volvió a la cama evitando preguntar qué demonios pasaba.

Volviendo a ser familia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora