Hoy no era una buena mañana. Desde temprano Chuck y Lucifer se levantaron de malas, peleando por las más mínimas cosas. La furia avanzaba lenta pero segura con el pasar del día. Hasta que finalmente exploto.
- ¡Sera porque eres el peor padre de todo el maldito universo! – Declaro Luci, las luces parpadeaban a su alrededor.
Chuck no solía contestar a los insultos de todo tipo que su hijo le profesaba, pero hoy era diferente. El infierno se había mudado al bunker Winchester.
- ¡Pues tú no te llevas el premio al hijo del año! – Reclamo.
Jack había intentado mantener a Cas lo más lejos posible de las discusiones. Pero el pequeño reclamaba por su biberón, y no iba a negárselo. Aferrado a los pantalones del nephilim para mantenerse en pie mientras esperaba su leche, Castiel escuchaba los insultos entre su hermano y su padre.
El más joven dejo un poco abierto el biberón por accidente, y mancho la mesada. Mientras el limpiaba el desastre, Cas aprovecho para caminar en paso dudoso hasta las voces que parecían tan enojadas.
- ¡No entiendo que haces aquí si solo eres un estorbo! ¡¿Acaso no puedes hacer nada bien por tus hijos?!
Dios ya estaba acostumbrado a todo esto, pero en esos días, el tema de sus hijos había sido lo principal. Con Castiel como bebé, era un recuerdo constante de aquellos a los que había abandonado. Y esas palabras dolieron.
- ¡Si tanto te molesta mi presencia, me iré! - Sentencio, dando por terminada la conversación.
Con un pie en las escaleras, se detuvo ante el repentino llanto de Castiel a sus espaldas. Se giró con un extraño miedo a ver lo que sucedía. El pequeño yacía en el piso, después de intentar correr hacia su papá y tropezar. Elevaba sus manitos hacia Dios, llorando ruidosamente.
Lucifer dio un paso, pero se detuvo, a sabiendas de que este era el momento de Chuck para hacer algo. Los demás habían acudido también, alertados por el sollozo del pequeño ángel.
- Papi... no... - Pronuncio Cas en su dificultoso y poco entendible hablar.
Dios corrió a levantarlo y apresarlo contra sí. Miles de recuerdos pasaron por su mente, y lágrimas los acompañaron. Recordó a cada una de sus creaciones, la forma en la que avanzaron, los errores que cometió, el daño hecho y... las veces que abandono a Castiel.
- Estoy aquí. Papá no se ira a ningún lado. – Juro, intentado calmar el gimoteo de su pequeño. – Jamás volveré a dejarte solo, ni a ti ni a tus hermanos. – El llanto seso dejando atrás algunos hipitos. – Te amo, Castiel.
Levanto de su hombro al bebé intentando mirar sus ojos, brillantes por las lágrimas. Limpio la suave carita y también las lágrimas propias. Cas seguía triste, pero papá sabía que lo haría sentir mejor. Estiro su brazo libre hacia Jack, y este le acerco el biberón.
Como cualquier bebé, Castiel olvido sus penas con el bendito biberón.
Con el ambiente calmado, tanto como el ángel; se sentaron a cenar en paz. Lucifer robo el lugar de Michael en un descuido del mayor, y se sentó a un lado de su padre que jugaba con el bebé.
- No me molesta lo que me hiciste, casi que lo entiendo. – Declaro ante la sorprendida mirada de su padre. – Pero estuve aquí adentro. – Señalo acariciando la cabecita de Cas. – Y sé lo que le hiciste a Cas, y a todos. –
Su mirada se llenó de recuerdos e intento con todas sus fuerzas proseguir.
- Había olvidado todos esos sentimientos. – Admitió. – Pero allí adentro, sentí todo lo que Castiel... dolor, abandono, sufrimiento, odio hacia sí mismo...
Buscaba entre todo lo que había pensado las palabras correctas para hacerse entender.
- Tal vez yo me lo merecía. – Acepto. - ¿Pero ellos? ¿Él? ¿Por qué Castiel? ¿Él que te amaba aún más que yo, y a tus estúpidos humanos los adoraba?
Lo entendía. Comprendía su error. Había puesto tanto peso sobre las rotas alas del ángel. Sabía que sería capaz de soportar, pero no tenía idea de cuando se desgarraría en el proceso. Miro al pequeño de ojos azules que jugaba con su camiseta y no pudo sonreírle...
- Estaba asustado. – Chuck giro su mirada para enfrentarla a la de Lucifer. – Falle contigo, pensé... pensé que haría lo mismo con el resto. – Luchaba para no llorar de nuevo. – De todas formas, falle de nuevo con Castiel.
Lucifer miro al roto Dios y su hermanito ajeno a la conversación. No lo entendía ahora, tal vez tampoco mañana, pero supuso que en su nueva posición de padre, tarde o temprano comprendería las acciones de Chuck.
- No fallaste con Cas. – Sonrió, dándole su mano al bebé para que jugara. – Él aun es inocente y puro. Realmente me sorprende, pero es así.
Sus miradas se centraron en el infante, en sus ojos grandes y su sonrisa radiante.
Michael y Raphael observaban la conversación padre e hijo al otro lado de la amplia mesa.
- Lo haz notado, ¿No? - Resto importancia mientras servía un trozo de pastel el mayor de los hermanos.
- Por supuesto. - Sentencio el otro. - Castiel llora casi por todo.
- Como si empezara a recordar... -
Raphael se chocó con la mirada de Lucifer que se percató de los dos observadores. Siempre hacían eso, analizarlo todo. Algo que Luci y Gabe se salteaban siempre.
- Algo se acerca... - Dijo sin bajar la mirada a su contrincante en esa guerra silenciosa. - Algo va a pasar con Castiel.
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Volviendo a ser familia.
FanfictionCuando Dean bajo las escaleras del bunker con un bebé de aproximadamente un año en brazos envuelto en la gabardina de Castiel, Sam no sabía por dónde empezar a preguntar. NA: Precuela disponible! "La Caida del Cielo"