Gaga

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Hoy era el turno de Gabe de cuidar al bebé. Los demás tenían una pista muy importante que seguir. El arcángel se paró en medio de la habitación de Jack, observando al pequeño Cas jugar con su oso-ángel sobre la alfombra.

Era muy bueno "cuidando" mujeres, pero había olvidado un par de sus habilidades con los bebes. Castiel levanto la mirada y rió, gateando hasta donde estaba Gabriel. Inconscientemente el mayor retrocedía un paso cada dos gateos de Cas. La pared no le permitió seguir alejándose y el ángel se prendió a su pierna.

- Hola, Cassie.

Los ojos azules se llenaron de curiosidad y estiro sus bracitos hacia el más alto, casi perdiendo el equilibrio logrado.

- Gaga. –Suplico.

Yep. Su nuevo sobrenombre era el mismo que usaba una cantante reconocida, estaba avergonzado. Levanto el bebé como quien levanta una bolsa de basura, lo más lejos que sus brazos le permitían. Yep. El pequeño no estaba tan limpio como cuando Jack lo cambio esta mañana. Luci y Balthy habían estado jugando con él afuera, y de alguna forma que ambos hermanos decían desconocer, termino lleno de barro.

Jack le había dado como primer tarea, cambiar y bañar al pequeño. Pensó en usar un simple chasquido y dejar como nuevo al bebé. Pero Jack se lo prohibió, temiendo que Cas reaccionara mal, como lo había estado haciendo cada vez que alguien intentaba curarlo.

Dejo al pequeño nuevamente sobre el suelo y le quito su enterito. Pensó en lo turbio que era esto, si lo mirabas desde el punto en que estaba desnudando a su hermano menor que ya era todo un hombre. El Cas que conocía tampoco iba a inmutarse, solo pondría aquella cara de intriga, intentado averiguar porque Gabriel hacia eso. Rió ante la ficticia imagen. El bebé voltio a verlo, con la misma mirada que Cas-adulto lo haría.

Yep. Aunque su hermano fuese un anciano o un bebé, él era adorable.

Sosteniendo al infante con un brazo, probaba la temperatura del agua con su mano libre. Estaba ensuciando de lodo su camisa, le cobraría al ángel cuando volviera a la normalidad. Finalmente pudo alejar al bebé y ponerlo en la bañera. Reviso la camisa, ya la había perdido.

Cas rió con su patito de hule reflotando cada vez que lo hundía en el agua. Gabe miro entre los productos de bebé del estante, había mil cosas. Perfume, talco, aceite. ¿Cuántas malditas cosas necesitabas para el aseo de un bebé? En el último intento, encontró el Shampoo.

Castiel intento alejarlo con sus manitas cuando buscaba lavarle el cabello. Fue salpicado hasta la cara por un inquieto bebé durante todo el proceso. ¿Cómo demonios hacia Balthazar para estar impecable cada vez que bañaba al bebé?

Cuando logro salir del baño con el pequeño envuelto en su toalla de abejas y su camisa totalmente arruinada, no estaba seguro de cuál de los dos estaba más mojado. Totalmente frustrado dejo a Cas en la cuna, mientras buscaba entre su ropa algo que ponerle. Vistió con otro enterito de Winnie Pooh al infante y volvió a colocarlo en la cuna con todos sus juguetes.

Entro al baño viendo el desastre con cansancio. Chasqueo los dedos recomponiendo el pequeño cuarto y secando su ropa. Sonriendo ante el logro, escucho por primera vez aquel llanto que le estremeció el alma. Corrió donde Castiel, maldiciéndose por dejarlo solo. Pero en cuanto cruzo miradas con el pequeño, el llanto desapareció. Ok. Hora de comer.

La leche ya estaba lista en su calentador o lo que sea. Apretó el botón. Y miro a su hermano entre sus brazos, jugar con un sonajero. Ruidoso, pensó.

Dejo a Cas en el suelo, y este se equilibró sobre sus piernas un rato, pero luego empezó a gatear. Gabriel rió, sip, Cas era un holgazán cuando Michael no lo estaba viendo. Siguió el camino de su hermanito hasta la sala, donde se perdió bajo las sillas. El click de la "maquina calienta leche" sonó. Dio media vuelta y volvió a la cocina revisando el biberón.

Aquel llanto que le erizaba la piel, volvió a romper el silencio. Corrió de nuevo a buscar a su hermano. Tal vez se había golpeado o algo. Estaba bien. Sentado en el medio de la sala, sin golpes, solo llorando. Nuevamente se detuvo cuando vio a Gabriel.

Gabe alzo al pequeño y le entrego su biberón. Los celestes y aguados ojos lo miraron fijamente. Había estado demasiado lloroso hoy, y no parecía enfermo. Tal vez era porque Michael no estaba cerca, y se permitía ser más quejoso de lo normal.

Castiel se durmió entre los brazos de su hermano mayor y este lo llevo a su cuna. Gabe se quedó un rato en la cama de Jack, navegando por internet desde su celular. Pero se aburría, y se le ocurrió molestar a Dean. Se escabullo en su habitación y mientras pensaba si el rosa quedaba bien en todas partes; un escalofrió le recorrió la espalda. Cas lloro como nunca antes al no verlo cuando despertó. Al llegar, el pequeño era un mar de lágrimas parado contra la barandilla de la cuna.

- ¡Gaga! – Grito estirando sus bracitos.

Tomo al bebé, buscando tranquilizarlo entre sus brazos, pero Cas solo seguía llorando. Gabriel no tenía claro que más hacer.

Mientras entraba en pánico, un recuerdo se impuso en su mente. Cuando se fue del cielo, nunca tuvo las agallas de despedirse del pequeño ángel. No quería verlo llorar, y no podría negarse cuando le suplicara que se quedara. Aun así, escucho los rezos de Castiel durante años. Cada noche Cas se tomaba el tiempo de suplicarle que volviera, o al menos le dijese donde estaba. Pero Gabriel jamás contesto. Podía escuchar el llanto del ángel, y la forma quebrada en la que sonaba su voz mientras le rogaba que no lo dejara solo. Una noche, Castiel no volvió a rezar nunca más. Jamás volvió a tan siquiera pronunciar el nombre de su hermano mayor.

- No estás solo, Cassie. –

Los sollozos del pequeño cesaron. Ahora podía entenderlo, entender porque Cas no quería estar solo ni lejos de su hermano. Supuso que aun siendo bebé, sus traumas continuaban allí.

Durmió al pequeño nuevamente, y no se separó de él hasta que volvió a despertar. Jamás pensó que fuese tan importante para alguien. Se sentía tan culpable por romper el corazón de alguien que lo amaba con esa intensidad. Sonrió viéndolo dormir... tal como lo recordaba. 

Volviendo a ser familia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora