Volviendo a ser familia.

Una familia muy épica.

Castiel no salía de su sorpresa al ser recibido por un doble abrazo de Lucifer y Jack. Cuando los rubios lo liberaron, se sonrojo ante la ternura de la situación. Sam y Dean aparecieron en el pasillo, comandando el grupo de criaturas sobrenaturales. El mayor traía solo la parte inferior de su pijama y los cabellos del menor de los hermanos eran un desastre.

Todos saludaron al recién llegado con euforia. Allí fue cuando Michael y Lucifer se percataron de la presencia de aquella muchacha de ojos miel bajando por las escaleras. Castiel se liberó del abrazo protector de su padre y se acercó a la muchacha.

- Creo que debemos dar un par de explicaciones, Castiel. – Sonrió la joven.

Entonces todos escucharon la historia con curiosidad. La chica era Hestia, la diosa de la familia y el hogar. Antigua amiga de Cas desde hace bastante tiempo. Se conocieron en una misión y la ayuda del ángel fue una constante deuda para ella.

- Al saber la situación familiar de mi querido amigo, no podía dejar las cosas así. – Explico ella. – No suelo hacer cosas como estas, pero Castiel me necesita.

Relataron como ella lo hechizo en aquella forma de bebé y sin sus recuerdos para poder dar un llamado de atención a su familia, y permitir ese retroceso al pasado que tanto anhelaba Cas.

- Sigo sin entender cómo es que no pudimos romper tu hechizo. – Dijo Raphael con su característico análisis de los detalles.

- No era un hechizo en realidad. – Eso explicaba porque Rowena no pudo detectarlo. – Es un deseo desde el fondo de su corazón, no puede romperse una vez concedido. – Sonrió con dulzura hacia el ángel. – Yo solo muevo los hilos para que las cosas sucedan.

Castiel agradeció nuevamente a su gran amiga y la despidió prometiendo mantenerla más al tanto de su vida en una próxima reunión. Hestia se marchó entre un brillo amarillo dejando un silencio en la sala.

- ¿Podemos volver a dormir? – Pidió Dean entre bostezos.

Nadie se opuso a la proposición. Jack se adueñó del ángel, obligándolo a dormir con él, aunque Cas no dormía. Todo a su alrededor eran cosas de bebé. Sus recuerdos de aquellos momentos se aclaraban poco a poco, y solo podía sonreír. Su familia era enorme ahora, y estaban más unidos que nunca.

Al día siguiente todo era un desastre. El desayuno a lo grande, era una mesa rodeada de seres extraños y ruidosos. Rowena y Crowley discutían porque ella había dicho que si seguía comiendo así iba a engordar otra vez, y él respondió que si seguía siendo así de molesta le iban a salir más arrugas. Gabriel y Dean tenían una guerra por ver quien comía mas donas glaseadas. Sam, Michael y Raphael intentaban unir las evidencias de un caso que el menor había encontrado. Jack escuchaba embelesado las historias de Chuck sobre la creación y sus inconvenientes. Lucifer y Balthazar molestaban a Castiel con chistes que él no entendía, con explicaciones que lo dejaban aún más confundido.

Cuando Mary entro al bunker y vio aquel espectáculo... su cara de espanto merecía una foto.

- ¿Hogar, dulce hogar?

                                                                             ~ Fin ~