pasado

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Lápis abrazo a la pequeña tras caer al suelo por el impacto de la contraria al lanzarse sobre ella.

-hace mucho que no te veía -se sentian unas lagrimas -solo te pude reconocer por tu cabello tan unico -lapis sonrió levemente.

-bueno, han pasado muchas cosas y no había podido regresar -recostó su cabeza en el suelo -pero ya estoy aquí.

-zafiro y yo te extrañamos bastante -Ruby levanto la cabeza y miro a lápis con sus ojos vidriosos por las lagrimas que amenazaban seguir saliendo.

-perdón si hice que se preocuparan, igual extrañe mucho verlas -veía el cielo azul y las pequeñas nuves que pasaban por encima.

-supongo que regresaste por otro motivo, ¿no?.

-tienes razón, yo... Queria verla una vez más -las lagrimas que había aguantado al fin salian a la luz mientras abrazaba a Ruby.

-¡cierto! -se levanto de inmediato-¡¿como está eso de que Vaz a casarte?! ¿¡no habías dicho que no vivirías tras las reglas de tus padres!? -Ruby tenía razón, pero ella no era conciente de las razones que tenia lápis para aceptar.

-yo... Se que dije eso pero es algo de lo que no tengo opción -se levanto del suelo.

-¡¡claro que tienes opción!! ¡¡eres una persona independiente!! -Ruby seguia gritando y ahora lápis se estaba enfadando.

-¡no tienes idea de lo que estas diciendo! -tomo a Ruby de su playera roja -no... Tienes idea-la solto y siguio caminando.

•••

Matthew salio del apartamento con una ropa bastante casual de tonalidades gris y azul claro, que como era de esperarse, le quedaba bastante bien por su tono de piel.

Salio del edificio buscando a su joven acompañante, sobra decir que no la encontro. A unas cuantas cuadras, por buscar a la chica, choca con una chica al dar la vuelta en una esquina.

-que tonta -fue lo primero que se escucho decir de aquella chica. Matthew se levanto y le ofrecio ayuda a la joven, su mirada verde era hermosa, sus gafas redondas le quedaban perfectas, su cabello rubio era una tonalidad de felicidad, su estatura la hacia ver adorable -ah, lo siento mucho, no vi por donde caminaba -hablo aquella chica rubia.

-eso deberia decirlo yo -Matthew sonrió levemente.

-gracias, eres muy amable - tomo el pequeño libro que se encontraba en el suelo, libro que estaba leyendo y por el cual, no vio a Matthew acercanse.

-¡ah! -dijo de la nada el chico ojiazul haciendo que la chica se asustará un poco -disculpa, ¿donde queda este café? -enseño una foto donde mostraba un lugar, no habia comido nada así que al menos podria comer algo antes de seguir buscando.

-por supuesto -la rubia sonrio -yo voy al mismo lugar, si quieres puedes ir conmigo.

-espero no causarte problemas si acepto.

-claro que no, estos días son muy aburridos -parecia bastante alegre la chica -peridot.

-¿eh? -no lo entendio al inicio -¡ah! Un gusto peridot, Matthew, a tu cervicio -se sintio algo apenado por no haber entendido al principio.

-vaya, no eres de por aquí, ¿no? -comenzo a caminar la pequeña.

-ah... No, solo eh venido de viaje por unos meses.

-¿haz venido solo? Si es así, seria sorprendente -su gesto era gentil -una persona con tu apariencia no se ve soltero en estos días -comenzo a reir muy leve.

-bueno... Realmente es mi viaje antes de casarme -sonrio levemente -eh venido con mi prometida.

-creo que debes ser una gran persona, así que esa chica debe see afortunada.

Matthew no dijo nada, no podia decir que si por el simple hecho de haber aceptado la propuesta de su padre.

°°°

Cuando Matthew era pequeño, solia quedarse encerrado en su casa por cuestiones de salud, el era bastante enfermizo y tenia un problema cardiaco, en cambio, podía observar desde su ventana a su hermano menor jugar en el patio con una chica con hermoso cabello azulado. Ellos parecian pasarla bien pero Matthew no podia sentir lo mismo, el solo podía estar encerrado entre 4 paredes, en una cama, conectado a un cardiógrafo.

Unos años después, Matthew había empeorado, le daban ataques y tubieron que trasladarlo al hospital para tener mejores cuidados, realmente no le daban muchas esperanzas de poder vivir, solo le estaban causando más dolor con ese tiempo siguiendo conectado. Hasta que un día pudieron operarlo del corazón, uno que fuera compatible y pudiera ser de utilidad para el.

Después de su larga recuperación pudo regresar a casa, tenia tan solo 15 años en ese entonces.

-¡Noah! -Matthew estaba tan contento que gritaba el nombre de su hermano para verlo, tenia mucho que no lo veía -¡Noah! ¡eh vuelto!

-Matth, tu hermano no está -dijo diamante mientras tomaba su hombro.

-¿ah donde fue? Hace tiempo que no lo veo, por fin podre jugar con el -Matthew sonrió muy alegre.

-el ya no regresará -dijo el padre y diamante dejo caer unas lagrimas.

-¿de que hablan? ¿como que no regresará? -la condición y temor se hacian presentes.

-hijo -diamante lo puso frente a ella y lo tomo de ambos hombros -tu hermano murio en un accidente, el ah sido tu donador -las lagrimas se resbalaban sin parar.

Matthew se quedo afónico, ni una sola palabra podia salir, se quedo en silensio y subio a su habitación, cerro la puerta y pudo llorar al fin, así paso una semana entera. Despues de eso, la chica de color celeste, jamás regreso y Matthew jamas volvió a escuchar esas risas de ambos chicos corriendo como locos en el patio, la sonrisa que le daba su hermano al notar que los observaba por la ventana, los regaños de Garnet hacia ellos por hacer tanto desorden, esos dias realmente los extrañaba.

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Perdonden mi tardanza y por profundizar un poco mas en el otro personaje xD. Hasta la próxima ouo

Chica Celeste Pt2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora