Helena
Mi hermano cree que no tengo derecho a divertirme y de hacer amigos, pues está equivocado si cree que voy hacerle caso. Y ni que mamá o papá se fueran a dar cuenta. Además, es mi vida, no la de él, ni la de mi padre. ¡Viviré como sea y com yo quiera!, nadie va a controlarme. Y cuando digo nadie, es nadie. Empezaré a tomar mis propias decisiones.
Ya había pasado una semana, y todo parecía marchar bien. Buenas notas, profesores halagando a sus buenos alumnos, y soy una de ellos. No sólo por ser la mejor de la clase, sino porque era una chica con buena conducta.
Y era normal, no todos somos iguales, hay personas más tranquilas que otras, hay personas más groseras que otras, y hay personas más amables que otras, todos tienen su método de ser; y eso no es malo, cada quien es como es. Pero mi familia o más de la mayoría tiende a pensar que sólo los de mi clase y buena conducta me convienen como amigos.
Nat era un chico inquieto pero tenía un gran corazón, sobre todo que tiene un gran don para meterse en problemas. A Scott, Shaw, Carlos y Chris les gusta acompañar a Nat en sus locuras, y eso fue lo que a mi mejor amigo Kevin le gustó, tal vez fue el primero en meterse al grupo de los mala conductas. Si uno se metía en problemas los demás también, eran en realidad como una familia, o eso era lo que decía Sara. Sara también le gustaba divertirse, solo que su límite no pasaba a más si era que no le acordaban que tenía padres, mientras que Isabella era más tranquila, pero si se metían con ella era más que obvio que no se quedaría callada.
Simón, Sam y yo éramos los más callados. No nos gustaban muchos los problemas, eso me ponía tan nerviosa, hasta perdía la capacidad de hablar.
La mayoría de los profesores eran exigentes, y se notaba que algunos eran unos malos educadores. Sólo lanzaban indirectas de que más de la mayoría eran unos tontos, y al parecer la dirección pensaba en cierto sentido que sólo estábamos aquí porque nuestros padres pagaban una cierta mensualidad. Eso no estaba para nada bien, aunque entiendo que exijan porque quieren lograr que seamos capaces de triunfar en un futuro, pero si el salón o más de la mayoría del instituto tiene una falla en la materia ¿de quién crees que es la culpa?
—Chicos, ¿y si vamos hoy a la plaza a tomar un helado? —preguntó Isabella con ganas —. Desde que volvimos a clases, no nos hemos sentado ni una vez en donde siempre.
—Verdad —afirmó Nat —. Yo voy entonces.
—Si ustedes van yo voy.
Todos miramos a Sara con una sonrisa, pero creo que yo era la única que sonreía pasivamente, los demás se empezaron a burlar de ella.
—Sara, tu siempre quieres hacer lo que hacen los demás —indaga la rubia burlándose de su mejor amiga, quien luego rodó los ojos nada sorprendida —. ¿Hasta cuando tú?. Amiga, sé original.
—Original voy a ser yo cuando no te ayude en los trabajos, o en los exámenes —la aludida abrió los ojos con arrepentimiento. La rubia salió del salón seria, tomándose en serio lo que su mejor amiga había dicho. Diría que su cara nada divertida fue lo último que pude ver cuando salió del aula —. ¡¿Te dolió?!
Vi a Nat tapándose la boca con sus manos para poder reírse.
—A ella nadie la mandó hablar —terminó de reír —. ¿Quién la busca? —todos intercambiaron miradas en forma de respuesta, pero nadie al parecer contestó —. Como siempre tengo que ir yo.
—Claro, el más idiota es el que termina haciendo las cosas —el rubio miró al azabache con asombro. Scott le agarró juego a Sara, mientras Nat iba a salir donde Isa desconcertado—. ¿Te dolió? —sonrió en forma de burla

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Lo Trivial
RomantizmMi vida es diferente a la tuya, y la tuya es diferente a la de él, y la de él a la de los de ellos, y la de ellos a la de los demás; no todos vivimos del mismo modo. Para mi la vida es confusa, para ti es horrible, para él es lo mejor, para ellos es...