Capítulo 10

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Nigel

Vi desde lejos a mi hermana riendo con su grupo de amigos corruptos, si así era en el receso ¿cómo sería en el aula?; no tenía arreglo, terminarían por volverla una niña rebelde, y no me preocupará tanto eso, me preocupará más papá a la hora de reprocharnos.

¿Por qué molestarse conmigo también?. Muy simple, estudiamos en la misma escuela, obviamente mi padre espera que aconseje a mi hermana hacer las cosas bien, soy el mayor, el del ejemplo.

Suspiré.

«¡Me resigno!. Mi hermana terminará en convertirse en una chica rebelde. ¡Tantos modales para nada!». Pensé, eso es una de las cosas que diría mi padre, a menos de que mi hermana se guardara su conducta para todas las clases.

—Hola Nigel.

Volteé mi vista encontrándome una chica castaña y sonriente, sostenía un libro apegándolo a su pecho con ambas manos. Me intrigaba su forma de ser. Desde que evité el golpe que hubiera recibido por la pelota, me saluda constantemente; es extraño.

—Hola, ¿cómo estás?.

Saludé de forma casual.

En receso no me juntaba con nadie, a excepción de que el único que se acercaba mayormente a mí era Luis. Hermione no me trataba tanto como Trixie y Luis, que posiblemente diría que a más de la mayoría le caigo mal. No soy tonto, y el sentimiento es mutuo, no me agradan para nada. Se pelean con los profesores, creen que ellos tienen razón y los adultos no, pero no puedo justificar nada, apenas llevo tres semanas aquí.

Mi padre y madre me reprochan por eso, es decir, no me exigen que haga amigos, sino que por lo menos me lleve bien con ellos.

—Bien, ¿y tú?

—Podría estar mejor.

—Me parece que alguien no está de humor —sonrió divertida. Las tres semanas que llevaban viéndose o escuchándose en clases, no habían sido conforme para ya tener un poco de confianza con él, apenas si lo saludaba—. ¿Te gustan los deportes? —se acercó más a él. Invitarlo a que conozca a algunos chicos, sería una gran idea para que lo inviten a jugar fútbol seguido, y antes de que él abriera su boca respondió por él —. Me parece que sí, ¿por qué no vienes conmigo a la cancha?. Te presentaré a un grupo de chicos.

—Me gustan los deportes, pero como ya mencionaste, no estoy de humor.

—Sólo será un momento —él no dejaba de observar donde se encontraba su hermana Helena, era demasiado observador. Ella lo miró extrañada, quería buscar lo que él veía —. ¿Qué pasa Nigel?

—No creo que importe, no quiero jugar —el rostro de ella estaba nada feliz, ella sólo había estado siendo atenta con él, ofreciéndole para hacer amigos, y así lo agradece, rechazándola —. ¿Estás molesta?

—No, sólo que me pareció grosero de tu parte rechazar de esa forma mi oferta.

—No es una oferta, y no fui grosero, sólo sincero, es muy diferente —le contradijo poniéndola más testaruda de lo que ya estaba

—Ok, ya entendí —si, estaba totalmente disgustada con él. Era increíble lo que quería hacer por él, hace un momento le propuso hacer amigos para que no se sintiera incómodo, porque cualquiera haciendo nada, y estando sólo tendría era vergüenza de su situación, pero ella no sólo le dio aquella opción, le había preguntado porque estaba tan molesto, quería ayudarlo, y él de nuevo rechazó su ayuda —. No quieres nada ni de mí, ni de nadie de esta escuela, creí que eras diferente a los demás chicos. Quería ayudarte, quería conocerte para llevarnos mejor, como compañeros, pero ya veo que mi afecto es bien rechazado —él confundido la miró, ya que en ningún momento la había estado mirando, de quien estaba más pendiente era de su hermana —. Que tonta soy, lo sé. Querer ayudarte a relacionarte conmigo y con los demás fue una mala idea, si eres así conmigo, ¿cómo será con los demás?

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