Capitulo 3

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Andrei POV

Cuando tu mejor amigo te hace una lista de cosas que necesita para tener más seguridad respecto a la persona que le gusta, tienes dos opciones: Ser un hijo de puta y decirle que se las arregle solo, o hacer de tripitas corazón y ayudarle en su cometido, la verdad en mi interior habría optado por la primera, y no me mal interpreten, es solo que Hernán es lindo, dicen que para gustos están los colores, pero a mis ojos él era lo bastante guapo como para salir a una fiesta y agarrarse a uno o dos minos, meterse a redes sociales a buscar pareja por lo general termina siendo un fracaso, es decir, ¿Cuántos de los modelos de foto de perfil que escondían esas personas, realmente eran así en la vida real?, pero verle tan entusiasmado y decidido, me hizo optar por lo segundo, así que acá estábamos, con él tratando de salir de su estupor y yo esperando pacientemente

  — ¿Es necesario que utilicemos todo ésto?— preguntó mientras seguía mirando las cajas como si tuviera que comer algo desagradable, me senté suspirando y entrelacé mis dedos

— A ver.. Tienes que empezar a sacarte tabús de encima, ¿Si?.. Ésto es lo primordial, lo quieras o no, siempre tienes que andar precavido y además es escencial para todo— le intenté explicar mientras tomaba una caja y sacaba un consolador de tamaño normal, era morado y bastante flexible, lo agité en mi mano y él se hizo hacia atrás, sonreí evitando morir de risa en ese instante debido a su cara— Si pudieras sacarte el pene, te aseguro que estaría más flácido que ésto, ahora, tómalo y familiarizate con él— dije tendiéndoselo

— Andrei...— dijo quejándose, yo rodé los ojos negando, suspiró y con la mano temblorosa lo agarró, arrugó la nariz mientras lo presionaba, haciendo que se hinchara un poco, me mordí los labios porque en serio su cara era para grabarla—¿Qué se supone que haga con ésto?

  — Por lo general los gays usan juguetes, ¿Sabes?.. Para.. Estimular, o simplemente para jugar un rato, no hay nada de malo en ellos.. Ahora bien, ésto es un condón— le mostré con seriedad tomando uno de los sobrecitos— Te lo presento.. Hernán, el condón.. Amigo condón, acá el virgen Hernán

— ¡Ya poh!.. En serio quiero hacer ésto, pero no lo pones fácil— se quejó frunciendo el ceño, reí por lo bajo y tosí luego alzando las manos en señal de disculpa— Ya, ¿Qué hago con eso?

— Toma.. Vas a ponerlo en eso— dije dándoselo, cuando lo tomó volví a cruzarme de brazos mientras él dejaba el dildo en la mesa— Tienes que saber un par de cosas, el condón jamás puede venir abierto, siempre mira la fecha de vencimiento y si te las das de salvaje abriéndolo con los dientes, debes se cuidadoso porque puede romperse, y la idea es que no pase— sus ojos me miraron con algo de alarma— Nunca sabemos los arboles genealógicos de las personas con las que nos metemos.. Yo siempre cargo casi una tira completa, ¿Te imaginas me pegan algo después?.. Sexo responsable, siempre.. Eso como regla número uno, ahora bien.. Lo abrirás desde acá, vas a tomar el consolador y lo pondrás así— dije abriendo uno, tomé el consolador y deslicé el condón con cuidado y suavidad hasta cubrirlo por completo— ¿Ves?.. Luego le tomas la punta para cuidar que no quede aire, así evitaras que se rompa.. Así.. Y listo— me encogí de hombros mostrándole la cosa enfundada en el látex, se lo quité y le tendí el dildo de nuevo— Tu turno

  — Estas cosas son como globos— dijo sacando uno para tenerlo entre los dedos e inspeccionarlo de cerca— ¿Y el agua para qué?— preguntó haciendo una cara de asco al darse cuenta de que estaba errado, rodé los ojos negando— Espera no es agua.. ¿Es aceite?— asentí un par de veces— ¿Por qué traen aceite?

 —En realidad no suelen traer aceite, que en realidad es lubricante, pero compré de los más modernos, y yo los uso así, vienen listos para llegar y usar— comenté como si fuera obvio, él lo estiró hacia los lados y yo sonreí— No hagas eso, lo vas a romper— le advertí riendo, pero él pareció más entretenido estirando el condón como si fuera un elástico un par de veces, miró el dildo de nuevo y probó ponerlo a su manera, alcé una ceja ante su concentración y su ingenio, no tengo idea como mierda pasó pero de repente el condón se soltó de sus dedos yendo a parar directo a mi ojo— ¡Mierda, pero Hernán!

Lecciones InesperadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora