Capitulo 4

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Narrador POV 

Cuando las personas importantes tienen la agenda copada de cosas, es un poco imposible que el tiempo para el ocio sea probable, quizás no se trata de personas famosas, pero si de un bailarín y un prospecto de cantante frustrado que tenían una vida laboral con la que lidiar.

Era sábado y quizás en dos semanas, era el primer día donde el despertador no sonaba en ninguna de las dos habitaciones, tanto Hernán como Andrei dormían plácidamente y a sus anchas en sus amplias y cómodas camas, ignorando que fuera de ese espacio personal había una persona que descontaba los días en el calendario para que su vida cambiara radicalmente.

El bailarín fue el primero en dar indicios de vida, abrió un solo ojo para mirar el reloj, iban a ser las once de la mañana, suspiró estirándose en su cama ruidosamente, miró el techo y como venía haciendo hace días, lo primero que hizo al sentarse en la cama fue buscar su calendario de escritorio, hizo una cruz y suspiró, ya solo quedaban quince días, y la verdad es que sentía que a pesar que el tiempo se le hacía eterno, habían sido días productivos. Andrei había estado dándole tips solamente, a veces se quedaban unos minutos luego de la cena -si es que coincidían- de lo contrario, siempre le estaba mandando algún que otro artículo de revista sobre seguridad en sí  mismo y demaces, luego simplemente lo repasaban con una cerveza o comiendo algo.

El sonido de la guitarra fue el que hizo dar cuenta a Hernán que no era el único despierto ya, se preguntó cuanto tiempo llevaría despierto Andrei y como no era de quedarse en dudas, se bajó de la cama y a pies descalzos emprendió camino a la habitación contigua a la suya, golpeó un par de veces antes de abrir la puerta, Andrei aún con cara de somnoliento escribía ciertas cosas en una hoja y comenzaba de nuevo luego de quitarse la uñeta de los dientes

  — ¿Me recuerdas el motivo que te frena de presentar algo de lo que cantas en la productora donde trabajas?— preguntó el bailarín, dejándose caer en la cama y cubriéndose con las mantas de Andrei, les tomó el aroma tratando de tomar nota mental de comprar luego aquel aroma de suavizante, olía particularmente bien

  — Porque no tengo la voz que ellos buscan y potencian.. Más de una vez me han dicho que canto como un gato lamentándose.. Así que no, tengo una reputación que cuidar.. Mi música no vendería y yo ya lo tengo asumido— dijo encogiéndose de hombros sin dejar su tarea de lado, Hernán rodó los ojos mirando el techo

— Yo pagaría por oírte cantar.. Y estoy seguro que muchas personas lo harían— dijo encogiéndose de hombros, los ojos de Andrei se despegaron del papel y lo observaron con diversión

— Lo harías porque eres mi mejor amigo y te creo capaz hasta de sobornar gente con tal de llenar un auditorio para mi.. Lo cual agradezco, pero prefiero que sigas siendo uno de los pocos que deben sufrir con mi voz— ambos sonrieron y Hernán se sentó en la cama de golpe

— ¡Claro que no!.. Imagínate el Movistar Arena, lleno de personas.. Y un presentador diciendo "Y ahora con ustedes.. La excepcional voz de gato lamentándose, de Andrei Hadler"— rió haciendo que Andrei arrugara la nariz negando— Y la gente aplaudiendo y gritando las típicas cosas de fans; "Andrei te amo".. "Andrei hazme un hijo".. "Andrei yo te vuelvo hetero"— sonrió moviendo las cejas— Y yo atrás, haciéndote los coros.. Me sé la de caballito blanco, mira.. Caballito blanco, llévame de aq...— su canto se interrumpió de golpe producto de la almohada que aterrizó en su cara, se la quitó frunciendo el ceño mientras su mejor amigo mantenía la sonrisa

— ¿Te he dicho que siento que ves mucha tele?.. Esas cosas no pasan en el mundo real— rodó los ojos aún divertido con todo aquello, realmente agradecía que al menos su mejor amigo siempre tuviera su fe puesta en él, así fuera la cosa más bizarra del mundo— Y con tu versión del caballito blanco, ya entiendo porque eres un excelente bailarín

Lecciones InesperadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora