Doce

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Una nota pequeña sólo para agradecerles todo el apoyo que le han dado a estos dos libros. Tanto Ojos Cafés como este. Jamás pensé que tantas personas llegarían a leer mis historias. Nunca lograré expresar mi gratitud hacia ustedes por permitirme hacer las cosas que más me gustan. Se los agradezco y no tienen idea cuánto.

Gracias por los 2.24k en Ojos Cafés <3 <3

-¿Susan?¿Qué haces aquí?

-Estaba muy preocupada por ti, Melissa. No sabes cuánto.- respondió la susodicha con un tono de alivio y preocupación. ¿Susan, la Reina de Las Sombras, preocupándose por mí? Sí claro, y luego viene Dylan O'brien y me da un abrazo.

Bufé internamente, mirándola con los ojos entrecerrados. Analizándola.

-Ya estoy bien, gracias por preocuparte- dije sin emoción.

-Me había dado el susto de mi vida en el pasillo- suspiró- la primera clase había terminado y cuando salí, te ví. Estabas frente tu casillero, sentada en el piso. Murmurando balbuceos extraños... tus ojos estaban abiertos, como si habías visto un fantasma. Era una imagen muy terrorífica, la verdad- soltó una risita nerviosa- lo único de tu balbuceo que logré entender era "Susan... encontrar casillero... no...". Pensé que estabas teniendo una clase de pesadilla extraña y llamé al director.

-¿Fuíste tú?- dije sorprendida mientras asimilaba toda esa información.

-Sí, estaba muy asustada y al parecer nadie se había dado cuenta de lo que pasaba. Te llevaron al hospital y le insistí al director para poder acompañarte.

Me quedé en silencio, asombrada y un tanto confundida por el comportamiento de Susan. ¿Desde cuándo ella era tan ambable conmigo?¿Por qué decidió ayudarme?¿Tendrá algo planeado?

Mientras miraba el suelo, atónita por la información dada, me quedé pensando. Y todo a mi alrededor paró, ya no escuchaba nada, ni veía nada. Era sólo yo y mis pensamientos. Trataba de buscarle la razón a su ayuda, pues ella no es de esas buenas samaritanas que quieren ayudarte porque sí. No. Yo conozco a Susan. Ella te ayuda porque quiere algo de tí o porque tiene algo tramado. Y la verdad de todo esto era que me parecía muy extraño que ella se haya rebajado a ayudarme en un momento como ese, aunque una parte de mí quiere agradecérselo, porque si no me hubiesen llevado al hospital... no sé qué hubiera pasado.

El silencio se extendió entre nosotras, más por mi parte que la suya, yo aún no entendía porqué me había ayudado. Todo esos pensamientos se devanecieron en un segundo, trayéndome de vuelta a la realidad.

Susan me abrazó.

Así como lo leen, Susan Pritch, Señora de Las Sombras, señora oscura para sus amigos, me acaba de abrazar.

-Sé que esto que está pasando debe ser difícil- comenzó a hablar- pero no me cabe la duda de que eres capaz de sobrepasarlo. Tú tienes la fuerza suficiente para lo que sea Melissa, creéme- me soltó después de haberme abrazado un poco más fuerte. Al ella separarse de mí, pude ver en su rostro una preocupación y seriedad que jamás he visto- Han habido muchos problemas entre nosotras, y no te estoy pidiendo que me perdones justo ahora, sólo que... quiero cambiar, ¿sabes? Lo que hice con la foto de tu casillero estuvo mal, y ahora lo sé. Por eso, quiero disculparme.

¿Qué rayos?

Seguía paralizada mientras ella esperaba una respuesta, sabía que tenía que decir algo, pero me había quedado buscando alguna señal que estaba mintiendo. No pude encontrar nada, así que sólo asentí. A lo que como respuesta, ella sonrió, asintiendo.

Antes de Tus Ojos Cafés [DETENIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora