Sin mirar atrás

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Parecía que mi tiempo para disfrutar de mi nuevo, pero a la vez viejo yo, se hacía cada vez más y más corto. ¿Por qué no me sorprendía enterarme que Mecha era mi hermana Eterna? Habíamos estado siempre juntas, nunca discutíamos por nada y, cuando lo hacíamos, ella siempre estaba dispuesta a ceder su postura con tal de verme sonreír. 

Todavía era de noche, pero la luz débil y brillante del amanecer comenzaba ya a hacerse presente. Me apoyé sobre la ventana y me quedé allí, mirando la nada por horas. ¿Podría Eterna ayudarme a liberar el poder concentrado en el anillo? Lo saqué lentamente de mi cuello y lo sostuve en lo alto para que se bañara en los primeros rayos de sol del día.

Nunca me imaginé qué, probablemente, sería el último amanecer que vería. De haberlo sabido, me habría gustado correr y despertar a Azariel, abrazarlo y decirle todo lo que llevaba en mi interior, que todos mis sentimientos, tanto los buenos como los malos, desbordaran de mi alma y llegaran a él. Sin embargo, ahora es tarde, y en estos últimos instantes de luz solo quiero grabar en mi corazón su calidez, sus brillantes ojos azules y su dulce sonrisa.

Azariel me encontró por la mañana recostada sobre la ventana con el anillo entre mis dedos. Me sostuvo entre sus brazos y me llevó a la cama. En realidad, me desperté en cuanto abrió la puerta, pero mantuve mis ojos cerrados para saber qué es lo que haría si me encontrara durmiendo. Suspiró y dijo con tono burlón mientras corría el cabello de mi rostro: «Espero que nunca nadie, además de mí, te vea dormir así. No deberías dejar que ningún chico te vea en pijamas, pero creo que está bien, lo atesoraré en mis recuerdos».

Pronto noté cómo se había alejado de mí y se dirigía hacia el escritorio. Supuse que había encontrado la carta, pero no pude oír nada más, ya que cuando él deseaba no emitir ningún sonido, lo hacía con una gran maestría.

No tuve más opción que abrir los ojos para saber qué tipo de expresión estaba poniendo. 

—Ya sabía que te estabas haciendo la dormida— confesó sin voltearse. Todavía tenía la carta en sus manos y la estaba leyendo con mucha atención—. Vaya, realmente era alguien cercano. Esto nos ahorra una gran búsqueda.

—Ella me dijo que lo abriera mientras estuviera sola, ¿por qué no querría que estés presente?— abracé la almohada a la vez que solté un gran bostezo— Creo que no confía en ti.

—Yo tampoco confiaría en alguien que se llevó a un ser querido por dos meses y regresó como si nada, dando la cara y tirándose en el sillón a ver esa caja rara por horas hasta caerse dormido— volteó a verme. Sus ojos brillaban y esbozaba una hermosa sonrisa—. Será mejor que te vistas, tu madre ya preparó el desayuno y lleva varios minutos viéndome como si quisiera matarme.

Nos sentamos en la cocina y comenzamos a tomar el que sería nuestro primer y último desayuno juntos. Todo se sentía natural y cotidiano, sin embargo algo en el ambiente nos hacía notar que pronto toda esta paz desaparecería y volveríamos a las tinieblas. Teníamos que derrotar a Merbiteras, Azariel debía asumir su papel como rey celestial y restablecer el orden de ambos mundos. Ya había pasado mucho tiempo alejado de sus deberes y probablemente faltaba poco para que ambos mundos se desmoronaran. 

Encendí la televisión y puse el canal de noticias. No lo había visto por semanas, así que no comprendía del todo los hechos que se estaban narrando. Una noticia captó mi atención mientras le untaba un pan con mermelada a Azariel para que probara:

"—En los últimos días hemos estado recibiendo muchos videos de fenómenos relacionados con el agua. Hubo miles de peces muertos en las costas de Macao, las aguas del río Nilo han estado decreciendo considerablemente en Egipto, el mar Egeo ha cambiado su color por uno rojizo que recuerda a la sangre y han habido avistamientos de formas misteriosas saliendo de las aguas del Amazonas"— terminó de decir la presentadora.

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⏰ Última actualización: Aug 25, 2023 ⏰

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