— Necesito hablar contigo, ven.
Fred Weasley agarro con decisión la mano de Azalea Potter y comenzó a correr y arrastrarla por los pasillos hasta que llegaron a unos baños poco transitados que se encontraban en las mazmorras. Una vez allí, la muchacha tiró sus cosas contra un lavabo para empujar al susodicho enfadada.
— ¿Qué crees que estás haciendo?
— No podía dejar que Snape me viera, mocosa. No he ido a mi última hora para poder esperarte, y lo último que quiero es otro castigo por tu culpa...
— ¿Mi culpa? Te los buscas tú, maldito pelirrojo. ¿Para qué me quieres?
Azalea estaba muy enfadada con el muchacho, y se notaba por su actitud altanera, y sus brazos cruzados bajo el pecho a la defensiva.
Aún con esas, y con lo que le molestaban las palabras del idiota que tenía delante, no podía evitar enternecerse al pensar que había faltado a una de sus clases para ir a hablar con ella. Aunque pensándolo bien, quizás estuviera más acostumbrado a esa práctica de lo que a ella le parecía...
— Azalea, yo... Verás, esque... En fin, que no soy bueno pidiendo disculpas, pero sé que me pasé durante el castigo, y... Y...
Azalea estaba sintiendo incluso vergüenza ajena del apuro que estaba pasando el muchacho. Tenía las mejillas del mismo color que su pelo, y era difícil alcanzar ese tinte de rojo.
Azalea era pelirroja, aunque sólo gracias a los destellos caoba que su pelo irradiaba. No era tan evidente como la rojez del muchacho. De hecho al lado de Fred, Azalea parecía prácticamente castaña, pues el pelo de él era mucho más intenso que el de ella. Decidió, aunque con reticencias, perdonarlo.
— Mejor no sigas. Acepto tus disculpas Weasley, pero espero que hayas aprendido la lección.
— Claro - respondió el muchacho sorprendido - Pero llámame por mi nombre, moco. Sigues siendo más pequeña que yo - dijo mientras le revolvía el pelo a Azalea.
La muchacha lejos de molestarse le respondió el gesto, cosa que sorprendió al gemelo.
— Por lo menos el pelo revuelto me queda bien, tu pareces un gremlin - dijo ella entre risas.
Fred le devolvió una sonrisa sincera a la niña. Azalea cada vez le sorprendía más... No recordaba a ninguna chica que no se hubiera enfadado por estropearle el peinado. Y tampoco a ninguna que perdonara alguna de sus bromas pesadas con tan sólo unas disculpas. Y desde luego no recordaba que le hubieran devuelto una broma con humor, sin enfadarse con él o su hermano George, pues solían hacerlas todas juntos.
— Vayamos al Gran Comedor, seguro que tus serpientes están preocupadas por tí - le dijo mientras le cogía las cosas para ayudarla a llevarlas hasta allí.
Los dos muchachos fueron hasta el Gran Comedor juntos, gastándose bromas y pasándoselo bien. Resultó que el humor de ambos era muy parecido, y que cuando no se estaban burlando el uno del otro, congeniaban a la perfección. De hecho, Azalea sentía como si conociera a Fred de toda la vida y hubiesen sido amigos desde siempre. Quizás era el hecho de que el rebelde, además de su faceta bromista, estaba dejando entrever a la muchacha la que no le gustaba tanto compartir: que era una persona sensible a pesar de gustarle no tomarse la vida muy enserio.
— ... aunque incluso ellos acabaron riéndose.
— Fred, no tienes remedio - respondió la muchacha mientras entraban al Gran Comedor entre risas.
Una vez más, Azalea volvía a generar miradas de atención por su presencia a solas con un chico delante de todo el mundo. La chica no entendía el interés de la gente por un hecho así, pero tampoco le importaba.
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Azalea Potter y la Piedra Filosofal
FanfictionAzalea Potter es la hermana pequeña del muchacho más famoso del mundo mágico: Harry Potter. La noche del fatídico 31 de Octubre de 1981, Azalea era apenas un bebé de tres meses cuando se queda huérfana. Debido a la situación crítica de los hermanos...