Clases de vuelo

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Después de las primeras semanas en el castillo, los alumnos de primer curso empezaban a acostumbrarse a la rutina escolar. Algunos progresando en las clases más rápido que otros, parte tomándoselo más en serio de lo que deberían, y otros todo lo contrario. Cuando Azalea Potter por fin llevaba el curso encarrilado, una nueva destreza se interpuso en su rutina: las clases de vuelo.

— ¡SÍ! ¡Al fin clases de vuelo! Con Gryffindor... Pero por lo menos vamos a poder volar.

Era sábado por la mañana y todos los de primero estaban ya levantados para bajar a desayunar. Se habían encontrado con la noticia en el tablón de anuncios, suscitando distintas reacciones en cada uno de ellos.

— Yo no tengo ninguna gana, Draco. Por fin me había hecho a la rutina, y ahora esto...

— ¿Clases de vuelo? ¡Bien! Tenía muchas ganas de que empezaran. No te quejes, suficiente han tardado en comenzarlas, Lea.

— ¿Por qué la llamas así Nella?

— ¿Por qué la llamas Aza tú?

— ¿Celosa?

— Basta ya - intervino la aludida - La verdad es que no me gustan los motes, y los dos os habéis empeñado en ponerme uno. Si seguís así os obligaré a llamarme como el resto.

— No te enfades Aza - contestó Draco enseguida - sólo bromeábamos. Para una amiga tuya que me cae bien...

Nella le devolvió la sonrisa a Draco. Sin duda, a pesar de que el rubio congeniaba mejor con la pelirroja, también se había hecho muy amigo de la castaña.

— ¿Por qué dices eso? - inquirió la ojiazul - Mejor dicho, ¿por quién aparte de Harry?

— Pues no sé, quizás por el estúpido de Weasley o por el Ravenclaw con el que ahora pasáis tanto tiempo...

— ¿Celoso? - intervino Nella en el momento oportuno.

— ¿En serio chicos? ¿No podéis dejarlo ya? Vayamos a desayunar...

El grupito que habían formado los de primero en Slytherin se dirigió al comedor. Estaba compuesto por Draco y sus dos secuaces: Crabbe y Goyle; Theodore Nott, quien apenas hablaba y si lo hacía era para ser mezquino con alguien de otra casa, lo que disgustaba a Azalea; Blaise Zabini, el único aparte de Draco a quien toleraba la muchacha; y Pansy Parkinson, cuya única preocupación era llamar la atención de los chicos y ser la más popular entre las féminas. Los únicos a quien consideraba Azalea amigos de verdad del grupo eran Draco y Nella, aunque era demasiado pronto para saber si acabaría entablando amistad con alguno de los otros, estaba dispuesta a conocerlos antes de encasillarlos. No le gustaba juzgar a primera impresión a nadie, ni para bien ni para mal.

Esa mañana, los Slytherin estaban demasiado pesados con las clases de vuelo, así que Azalea decidió ir a saludar a su hermano en el desayuno a pesar de que estaban enfadados.

— Chicos, luego nos vemos. Necesito hablar con mi hermano.

Nella asintió arregañadientes, igual que Draco.

Harry Potter se encontraba desayunando tranquilamente con sus dos mejores amigos cuando su hermana llegó a molestarles.

— Hola Harry. Hola chicos. ¿Puedo sentarme?

— ¿No estabas enfadada? - preguntó su hermano.

Mal empezaban la conversación si querían arreglar la situación de alguna manera.

— Ven Azalea, siéntate conmigo. A veces estar entre chicos es asfixiante.

Azalea sonrió a Hermione, la mejor amiga de su hermano. Le agradaba la chica. Era buena alumna y hasta ahora parecía también buena amiga de los muchachos, aunque parecía que Ron no terminaba de aceptarla en el grupo.

Azalea Potter y la Piedra FilosofalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora