CAPÍTULO 1 : "El despertar"

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Esa mañana me levanté como todos los días a las 7:15 a.m., pero nada más despertarme supe que no iba a ser un día más, tenía como una sensación extraña en mi ser, como si algo nuevo flotara en el ambiente...

Salí de casa a las 8:00 de la mañana como era habitual en mí para dirigirme al trabajo, solo tardaba unos 15 minutos en llegar y no entrabamos hasta las 9:30 a.m. pero tenía por costumbre llegar la primera, me gustaba la sensación de tranquilidad que había en la oficina antes de empezar la jornada.

Esta vez no sé porque razón, pero no fui por el camino habitual, en lugar de coger el camino más corto decidí tomar el más largo, también era el más bonito pues atravesaba un puerto de montaña y ese día me apetecía disfrutar de la vistas un poco.

Al pasar por la carretera que iba paralela al rio me entraron unas ganas enormes de parar, tenía que acercarme a la orilla, estaba precioso a esa hora de la mañana, así que sin pesarlo dos veces entré por el camino que llevaba al rio y aparqué el coche, todavía tenía tiempo de sobra para empezar mi jornada laboral.

Me dispuse a pasear por la orilla del rio, no sé cuánto tiempo llevaba andando cuando de repente apareció de la nada una luz muy potente que me cegaba los ojos, no podía ver de dónde venía aquella luz, no oía ningún ruido extraño, solo el agua fluyendo por el rio, así que no tenía ni idea de lo que estaba provocando una luz tan potente y no podía relacionarla con nada familiar. De repente tal como vino se fue, sin más, como si no hubiera pasado nada. Por supuesto yo continuaba sin poder ver nada a causa del deslumbramiento que me había provocado la luz, además empecé a sentirme un poco mareada, cuando por fin pude ver algo me percaté de la presencia de un hombre que estaba sentado tranquilamente en las rocas que habían justo delante de mí, parecía ausente mirando el agua y me acerqué a el.

-Perdone, ¿usted sabe que fue eso?--le pregunté aun frotándome los ojos por la ceguera que me había provocado aquella luz--

Cuando se giró para mirarme y pude ver sus ojos me embargó un sentimiento de familiaridad hacía su persona, era una sensación de paz muy rara, no recordaba haberla sentido desde que era pequeña, cuando volvía a casa buscando la merienda para salir a jugar con mis amigos después del colegio.

El hombre era moreno, alto, cabello castaño con las facciones de la cara finas y marcadas, tenía los ojos grandes de color avellana con una mirada muy amable, no parecía tener más de 30 años. Recuerdo que pensé en lo extraño que era ver a un hombre como el a esas horas contemplando el rio, pero también podría pensar el lo mismo de mí.

-¡Hola!--me dijo--un día precioso...

-Sí, es verdad. Pero usted ¿a visto que ha pasado?, ¿de donde venía esa luz?

-¿Que luz?

-¿No la ha visto?, ¿de verdad?, no puede ser, tiene que haberla visto pues me ha dejado ciega más de 30 segundos...

-No, lo siento. ¿Se encuentra bien?, creo que necesita sentarse un poco.

-Sí, estoy bien. Bueno, eso creo...

-Vamos, siéntese un poco y tranquilícese.

La verdad es que estaba muy confundida, no entendía lo que había pasado y necesitaba tranquilizarme un poco. Normalmente no suelo ir por ahí hablando con extraños y mucho menos sentándome con ellos a contemplar el rio, pero no se muy bien por que razón me senté a su lado sin pensarlo.

Estuvimos allí sentados sin pensar en nada, al menos yo, sin decir ni media palabra. Perdí la noción del tiempo lo que yo hubiera jurado que fueron horas, en realidad, cuando me acordé de que tenía que ir a trabajar, miré el reloj y solo habían pasado 40 minutos desde que había salido de mi casa. Tenía el tiempo justo para llegar a la oficina, así que me levanté y salí corriendo hacia mi coche sin despedirme.

Mientras conducía solo podía pensar en que ni tan siquiera nos habíamos presentado. Había pasado tan solo unos minutos sentada a su lado, pero habían sido suficientes para despertar en mí un sentimiento de familiaridad hacia aquel hombre y no podía olvidar lo bien que me había sentido estando a su lado, siendo un completo extraño para mí...

¡Era todo muy subrealista!

Estuve todo el día dándole vueltas a lo ocurrido, primero la luz, ¿de donde había salido?, luego el extraño hombre, ¿Por qué me había sentido tan bien a su lado? y finalmente yo, ¿Cómo pude sentarme al lado de un completo desconocido sin ni siquiera habernos presentado?, eso no era algo que yo hiciera normalmente....cada vez estaba más confundida con todo.

No paraba de revivir los momentos pasados al lado del desconocido, esa sensación de plenitud en mi ser, de paz, como si no existiera nada más en el mundo, solo nosotros dos y el agua fluyendo por el rio.

Cuando llegué a casa todavía con la cabeza en lo que había ocurrido, solo saque en claro que tenía que volver al día siguiente al rio, era mas que una idea una necesidad de volver a sentir esa paz, tenia que verle otra vez...necesitaba saber quien era aquel hombre.

El Camino  #PremiosAwards2019#CarrotAwards2019#ButterflyAwards2021#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora