D E M O N ☪ [국민 - Fanfic] RESUBIENDO

☪.-Red Eyes

Jungkook se despidió de algunos ángeles de la aldea, algunos temían de él y otros le saludaban cordialmente ya que "Un demonio entre ángeles podía ocasionar problemas", eso pensaban la mayoría, excepto Jin y Yugyeom.

Yugyeom es un ángel que se encarga de cuidar a los humanos, recientemente estaba viviendo allá y sólo iba a la aldea para informarle a Jin el como iban las cosas. También era el chico que se había encargado de Jungkook cuando este era pequeño, le tomó un gran cariño, aunque el menor jamás se dió a querer con él. Sólo hablaban muy poco y en ocasiones ni siquiera lo hacían.

—Jeon… —dijo el de ojos verdes—. ¿Qué haces por acá? —preguntó y una sonrisa se formó en sus labios—. Me alegra poder verte.

—Yugyeom… —Jungkook se cruzó de brazos y respondió a su pregunta—. Vine por que voy a aceptar mi misión —el mayor sonrió ante eso y acarició su cabello.

—¡Me alegra mucho, mi pequeño demonio! —dijo felizmente palmeando las mejillas de Jungkook—. Te extrañaré...

El ser oscuro hizo un gesto de disgusto y quitó ambas manos de su rostro.

—Ya no soy un niño, suéltame —dijo frunciendo el ceño—. Ahórrate tus felicitaciones —Su voz cambió repentinamente.

—Jeon, no entiendo porqué eres así conmigo, yo te cuide desde pequeño... —Yugyeom bajó la cabeza, pero el otro bufó molesto.

—Deja de fingir —dijo mirándolo a los ojos.

El mayor sintió esa fría mirada, los ojos rojos de Jungkook sobre los suyos, se sintió escalofriante, tanto que sus piernas temblaron.

—¿D-de qué hablas? —preguntó tartamudeando.

—Escucho tu asqueroso corazón —se acercó arrinconándolo—. Sé que estás enamorado de mí —su dedo tocó el pecho del otro y sonrió de lado—. No me importa, pero ten en cuenta de podría arrancártelo y te irías al infierno, maldito pecador —susurró en su oído.

—Jungkook… por favor —Yugyeom lo tomó de los hombros—. ¡Te he amado desde que tenías 18 años!, No me importa si eres prohibido —Lloró el ángel.

—¡Suéltame! —lo alejó rápidamente de él.

El mayor retachó sobre un árbol y Jungkook se acercó quedando a la altura de él.

—Soy un demonio que puede hacer lo que quiera, para mi no hay reglas y si no te quitas de mi camino, voy a matarte —le susurró con la voz gruesa y escalofriante. El mayor asintió rápidamente y Jungkook se levantó acomodándose bien la ropa y comenzó a caminar dejando a Yugyeom tirado sobre el pasto.

El ser oscuro atravesó el portal y la luz desapareció convirtiéndose en oscuridad, aún era de noche en el mundo humano.
Se elevó por los cielos, mirando la hermosa ciudad, luces y sonidos de autos por las carreteras, suspiró cansado y voló lo más rápido que pudo para ver a Jimin.

Y unos minutos después, Jungkook ya estaba sentado en el balcón, observando como el rubio dormía tranquilamente.
Emboscó una sonrisa ladina y abrió la ventana con cuidado para entrar sin hacer mucho ruido. Sus alas eran demasiado grandes para caminar por la habitación sin tirar algo, entonces decidió ocultar su forma demoniaca.
Sus alas negras fueron desapareciendo y sus cuernos también, se miró en el espejo y ahora tenía una forma más humana, excepto por sus ojos rojos brillantes que llamaban la atención en medio de la oscuridad.
Había aprendido a transformarse para ocultarse de los humanos e incluso mezclarse entre ellos.

La perilla de la puerta rechinó avisando que alguien estaba entrando y Jungkook se desvaneció al instante, haciéndose invisible ante los ojos del humano.
Observó cada movimiento y el como el mayor se acercaba sigilosamente a Jimin.

—Jiminnie~... —le susurró Hyunsik, sentándose en el borde de la cama mientras acariciaba las piernas del rubio—. Oh… de sólo tocarte me pones duro~ —le susurró en el oído y fue el momento en que despertó asustado.

Jungkook escuchaba cada pensamiento sucio de Hyunsik y su sangre hirvió de la rabia, ¿Por qué le hacía eso?
Jimin estaba demasiado asustado debajo de las sábanas, intentando protegerse a si mismo.
Pero el viejo tenía mas fuerza y de un tirón le quitó las sábanas de encima.

—¡Déjame! —le gritó Jimin intentándose defender.

—¡Ven aquí, maldición! —el rubio recibió una bofetada fuerte que lo dejó mareado y fue el momento perfecto en que Hyunsik se lanzó sobre él para arrancarle la ropa, dejándolo completamente desnudo.

Jungkook observó todo y se sintió excitado al ver a Jimin de ese modo, con las mejillas rojas y la frente sudada.

—Vamos Jimin, tócate o papi te castigará —Hyunsik le ordenó y el rubio se acomodó en la cama para empezar a masturbarse con sus manos mientras lloraba.

Jungkook sintió su fuerte erección apretar entre sus pantalones, estaba comenzando a perder el control...
Hyunsik acarició los pezones rosados de Jimin haciéndole gemir y eso le causó un escalofrío al ser oscuro.

—Voy a hacerte sentir bien~ —le susurró el hombre viejo en el oído y las lágrimas de Jimin comenzaron a salir sin parar—. No llores —le dijo en un tono fuerte—. O voy a golpearte, mocoso.

Esa fue la gota que derramó el vaso.
Jungkook fue apareciendo y se hizo visible, sus ojos rojos se encontraron con los de Jimin, mientras le pedía ayuda.
Jungkook tomó su forma demoníaca y se acercó rápidamente hasta Hyunsik, lo tomó del cuello y lo estrelló contra la pared con fuerza, sin piedad.
El sonido de los huesos rotos y el gemido que soltó Hyunsik satisfacieron la sed de sangre del ser oscuro.

El hombre viejo no creía lo que estaba viendo, era aterrador.

—J-jimin… a-ayúdame —pidió el viejo siento torturado por el pelinegro.

El rubio negó echándose a llorar, buscando las sábanas blancas para cubrirse. Jungkook estaba concentrado en Hyunsik, dejándolo sin aire hasta la muerte...
Hasta que soltó su cuerpo y cayó sobre el piso ruidosamente, el demonio sonrió sádicamente, sus largas uñas aparecieron y le arrancó el corazón con rencor, salpicando las paredes de sangre.

—Aaahg~, nunca más volverás a hacerle daño a Jimin, maldito —murmuró Jungkook con la frente sudada y las manos ensangrentadas. 

El cuerpo y la sangre fueron desapareciendo y los ojos rojos de Jungkook se posaron en Jimin, quién se mantenía con la cara oculta en las sábanas. Se acercó hasta él y habló:

—Nunca más volverá a lastimarte —le dijo en voz baja.

La mirada de Jimin buscaron los ojos del mayor y cuando se encontraron crearon una sensación extraña en el corazón de Jungkook.

—G-gracias... —murmuró el menor secándose las lágrimas.

El pelinegro emboscó una sonrisa, una llena de calidez...

Jungkook se alejó de la cama y fue hasta el baño para lavarse las manos.
Minutos después, regresó hasta el pie de la cama, Jimin seguía ahí, sin moverse, con los ojos llorosos y con miedo.

El corazón del ser oscuro sintió una punzada, sintió que debía protegerlo.
Se sentó a su lado y lo abrazó, su olor invadió sus fosas nasales y cuando se separaron miró el blanquecino cuello de Jimin con algunos hematomas y marcas de rasguños. Sus manos se pasearon por su blanco pecho lentamente y se detuvo, »¿¡Qué estoy haciendo!?« pensó alejándose inmediatamente.

—Jungkook —dijo el menor mirándolo hasta que sus ojos se encontraron—. Eres mi ángel...

Fue exactamente en ese momento, que el brillo de esa mirada café, se había clavado en lo más profundo de su corazón.

El corazón frío de un demonio.