Elsa

1.2K 64 1
                                    



Yyy.. bueno, me dieron ganas de subir esta historia por aquí. Gracias por entrar y me gustaría que dejaras tu comentario y votos. Saludos :)


-¡¿COMO ES POSIBLE QUE SE TE ESCAPE LA PELOTA DE ESA MANERA?!- grité.

Los Snowking, mi equipo de fútbol favorito, iban empatando contra los Gladiadores. Lo peor es que fue un gol absurdo del equipo rival, mi madre podría haber atajado esa pelota con los ojos cerrados. No quería que mi equipo empatara con ese grupo de tontos. Las cosas no pueden estar peor.

-¡Elsa!

Maldita sea ¿Para qué hablé?

Cerré los ojos y golpeé mi cabeza contra mi cama.

-¿Qué?- le respondí, con la esperanza de que no tuviera que moverme.

-Baja enseguida.

Refunfuñé y me levanté con mala gana. Mientras caminaba para ir hacia la puerta, mis pies se enredaron con la ropa que estaba en suelo y caí al piso. Demonios, en verdad este no era mi día. Solo al ponerme de pie me di cuenta de lo desordenado que estaba mi cuarto. Parecía un nido de ratas, estaba todo oscuro, ropa tirada por todos lados, cds, libros y la única luz era la pantalla de mi televisor. En algún momento iba a tener que limpiar todo este desorden o si no tendría que soportar los regaños de mi madre y eso es lo último que quiero. Mi estado tampoco era el mejor que digamos, llevaba un pijama de color azul que solo tenía estampado una pelota de fútbol soccer y estaba manchado. Y, aunque tenía el pelo atado a una trenza, igual estaba despeinada. Mierda, soy un desastre.

Salí de la habitación cuándo sentí la molesta voz de mi madre llamarme otra vez ¿en qué momento se volvió tan pesada?

Caminé hacia las escaleras, pero no pude bajarlas, ya que me quedé inmóvil.

-Oh, cielos- balbuceó mi madre para sí misma llevándose los dedos hacia sus ojos, al ver mi estado.

Yo apenas hice caso al comentario, estaba más concentrada en la bella joven que estaba a su lado. Me sonrojé al oírla reír ¿Cuándo fue la última vez que escuché ese hermoso sonido?

-Está bien señora Cold- dijo la joven con pecas y cabello pelirrojo-, nos conocemos desde los cinco años, la he visto en peores condiciones.

Bueno, al menos ella era más sensata que mi madre.

-Lo sé, Anna, pero ya no sé cómo decirle que tiene que poner a lavar ese piyama-mi madre se giró a verme-. Elsa- dijo sacándome del trance en el que estaba-, los padres de Anna salieron y su hermana no está, como estaba aburrida en su casa decidió venir aquí ¿Qué te parece?

Desvié la mirada para que no notara el rojo de mi cara llevándome una mano detrás de mi cabeza.

-Me da lo mismo, si no tiene cosas más importantes que hacer- respondí secamente.

Empecé a caminar en dirección a mi habitación. No me molesté en ver cuál fue su reacción, aunque estaba segura de que borré esa sonrisa que tenía en el rostro. De seguro mi madre se disculpó por mí y le dijo que había tenido un día difícil.

Entré a mi cuarto y cerré la puerta detrás de mí con fuerza. Después me acomodé en mi lugar, en el piso, y apoyé mi espalda contra mi cama para continuar viendo el partido. ¡Maldición!... iban dos a uno; los Snowking estaban ganando, habían cobrado un penal y Steve Tomson, mi jugador favorito, se había lesionado ¿Por qué tengo tanta mala suerte?... ¿Por qué tienen que interrumpirme en la parte más interesante del juego?

Tu amor, mi dolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora