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Conforme más se acercaban a la ubicación de la fiesta, más fuerte era el sonido de la música. El auto giro en un camino que se formaba junto a la carretera, la casa usada para las fiestas de Jin era la que utilizaban para descansar en verano, situada a las afueras de la ciudad junto a la carretera nacional. El auto siguió el camino unos cuantos metros y llegaron al portón de la gran mansión, Yoongi asomo un poco su cabeza por la ventana para que la cámara en el muro lo captara mejor, a los pocos segundos el portón comenzaba a abrirse dejando el paso libre al coche.

Estacionó el auto en cualquier lugar del jardín junto a los demás coches esparcidos por doquier, bajaron del Impala y Jimin quedo perplejo ante la imagen que daba la impotente casa, las bonitas fachadas de piedra se veían opacadas por las fuertes luces que se colaban entre las ventanas. Las puertas del recibidor de la casa estaban abiertas de par en par dejando que cualquiera entrara o saliera sin problemas. El jardín principal estaba repleto de jóvenes que iban de aquí a allá con vasos rojos o cigarrillos en sus manos y se situaban a lo largo de las escaleras del pórtico.

Al no ver reacción alguna en su amigo, Taehyung lo tomó del brazo y arrastró a la entrada de la casa con Yoongi siguiéndolos.

Toda esa gente fuera era solo un octavo, si acaso, de toda la que se encontraba dentro. Pasando la puerta principal de la casa se encontraba el recibidor, un gran espacio con una mesa circular de madera en el centro que era adornada con un bellísimo centro de mesa con flores en él, pero que apenas y se veía entre tantas botellas de licor y vasos. Al fondo, tras aquellas puertas blancas que se abrían al empujar y quedaban balanceándose de adelante hacia atrás, estaba la cocina, chicos y chicas vestidos elegantemente salían y entraban con bebidas preparadas y aperitivos.

A los costados de la mesa central del mostrador había dos escaleras que se curveaban al segundo piso, en estas las parejitas, y unos que otros perfectos desconocidos, se besuqueaban y tocaban de más subiéndolas de poco a poco hasta llegar a arriba. Junto a las escaleras dos grandes entradas dejaban ver, del lado izquierdo, la sala principal y la del otro lado el comedor.

-¡Yoongi!- un chico de cabellos rosados bajaba las escaleras del lado derecho, era alto y delgado, era muy guapo y ya lo había visto por la facultad rodeado de chicas.

Esos hombros podrían ser fácilmente dos yo.

Pensó el pelinegro al verlo bajar más rápido los escalones y así quedar frente a Min y tomar sus hombros.

-Pensé que no vendrías- dijo entusiasmado para después abrazar al rubio- Nam y Hoseok dijeron que no vendrías por un inconveniente.- volvió a decir después de separarse del abrazo.

-¿Inconveniente?- preguntó incrédulo.

-Sí, dijeron que tiene nombre y apellido ¿me estoy perdiendo de algo acaso?- le cuestionó el pelirosa al mismo tiempo que levantaba sus perfectamente bien definidas cejas y sonreía pícaro.

-Cierto, no te he contado- una sonrisa se dibujó en los labios del chico de piel blanquecina.- Lo he traído de hecho, me ha costado convencerlo y me ha ayudado su mejor amigo, pero aquí andan los dos, están...- siquiera pudo terminar la frase cuando al girarse no había rastro alguno de Jimin ni de Taehyung, un gesto de confusión y miedo se creó en su rostro al no verlos.- Estaban aquí hace un momento ¿dónde se pudieron haber metido? Yo tengo las llaves del coche y no conocen a nadie más, así que deben seguir aquí- dijo más para sí mismo que para quien estaba a su lado.

-Tranquilo, no les pasará nada, es solo una fiesta- le dijo Jin en tono despreocupado pasando su brazo por los hombros de Yoongi

-Nunca habían ido a una fiesta y ahora están en una mansión de tres pisos con más de treinta habitaciones rodeados de alcohol, drogas y sexo ¡¿Qué tan malo es eso?!- gritó en pánico el rubio a su amigo.

One OpportunityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora