Kyoko Kirigiri había contemplado a través del vitral de su oficina como la ciudad se había vuelto a alzar.
Solo había transcurrido 1 año desde que la clase 77 se había llevado consigo las últimas fuerzas de la desesperación definitiva, pero parecía una eternidad. Apenas eran unos meses, aunque equivalían a años de angustia.
Makoto una vez le había contado que tenía la vieja sospecha de que su mala suerte siempre venía de a montones.
Primero, la laptop que contenía la última copia de Alter Ego se había estropeado antes de poder comunicarles lo que había averiguado.
Y ahora, la prensa estaba sobre ella y sus ex compañeros, después de que algunos rumores desfavorables sobre los seis supervivientes se volvieran virales en las redes.
¿Qué más podía ocurrir?
Tal vez que los remanentes restantes se unieran para declarar una nueva guerra.
Casi se estremeció, intentando alejar aquel pensamierto al instante de haberlo generado.
Komaru Naegi, la hermana menor de Makoto y la única persona aparte de su vieja clase en la que se permitía depositar parte de su confianza, estaba en ese momento intentando alejar a los periodistas de la puerta de su oficina.
-Todo saldrá bien- dijo Togami a su lado, sin rastro de emotividad, de aquella manera tan peculiar que tenía de transmitir confianza.
Pudo escuchar a Asahina supirar desde el otro lado de la sala. Habían aislado aquella habitación en la séptima planta de la nueva Kibougamine, pero la prensa había procurado permanecer al borde de los límites establecidos.
Varias pantallas estaban dispuestas sobre el gran escritorio de madera en el centro de la sala, para que pudieran leer las últimas noticias. Sin embargo, aquello no cambiaba nada. Seguía siendo solo una habitación, con cuatro paredes que separaban a la detective de todo su trabajo inconcluso.
Kirigiri apartó los ojos del ventanal, volteando para ver a sus compañeros.
-¿Cuánto tiempo podemos ganar hasta que vuelva Makoto?- preguntó en voz baja, temiendo que pudieran oírla desde afuera.
Togami sacudió la cabeza -Días, con suerte.
Kirigiri sintió la mirada del resto clavada en ella, compasiva, pero también dura.
-¿Ellos no le habrán causado problemas a Naegi? Deben sentirse agradecidos por todo lo que él ha hecho. La mayoría de su clase no sobrevive para un juicio - susurró Asahina.
Fukawa desde una esquina sacudió la cabeza.
-¿Cómo pueden seguir viviendo sabiendo que el mundo está en este estado por su culpa?
Kirigiri bajó la vista. Makoto estaba muy lejos para con sus palabras calmar los rumores.
Una semana... un escalofrío le recorrió el cuerpo.
-Kirigiri...
Ella no contestó.
-Después de Naegi, eres la que tienes más influencia. Pronto tendrás que hablar frente a las cámaras. Debemos empezar a pensar que dirás. Ya lo hemos postergado demasiado tiempo.
Demasiado tiempo. Una semana. Ella fingió no haberlo oído.
Hagakure habló -Creo que sí Makoto estuviera aquí, diría que no debemos perder la esperanza o cosas por el estilo. Ya sabes que yo te ayudaría pero...- hizo una pausa -Lo vas a hacer bien.
-No. Yo no hablaré. Las acusaciones son demasiado serias como para afrontarlo a la ligera. Debemos esperar a Makoto. Ellos creerán en sus palabras, creerán en su talento de Esperanza Definitiva.

ESTÁS LEYENDO
𝕃𝕦𝕔𝕜𝕪 𝕒𝕤𝕙 𝕔𝕠𝕝𝕠𝕣
FanfictionCuando Komaeda y Naegi se vuelven a encontrar, el mundo aún sufre las secuelas de La Tragedia. Enfermedades letales que se propagan debido a la contaminación, familias destrozadas que buscan venganza, débiles pero supervivientes seguidores de Enoshi...