Tomé mi helado con una sonrisa de niña pequeña, emocionada porque, literalmente, hacía años que no probaba un helado, y más aún de este parque.
Sonriente caminé hacia la banca que yacía oxidada, parecía que la habían olvidado tal y como yo estaba olvidando lo bien que se sentía despejar la mente un rato. Me senté en ella y una brisa de aire cálido me envolvió. Por un segundo me sentí como aquella niña indefensa sentada junto a su madre, con una sonrisa dulce en su cara, un helado en su mano y sus ojos sobre todos los niños que jugaban y se reían. Recordé a mi madre, con una hermosa sonrisa en su rostro, que aunque era enorme no lograba llegar a sus ojos, esas grandes manchas bajo sus ojos me demostraban lo cansada que se encontraba de la vida. Ahora me reprendía por no haberle sonreído lo suficiente, o por todas las ocasiones en las que la tuve enfrente y no le dije lo mucho que la amaba; me lamentaba tanto por haber sido tan ilusa como para no darme cuenta de todo lo que pasaba a mí alrededor.
Sonreí a la nada al recordar lo hermosa que era mi madre, al pensar en lo feliz que era mi padre junto a ella, el rememorar todas las veces que me senté junto a ella en la sala para contarle mis penas mientras lágrimas rodaban por mis mejillas y ella en un gesto dulce, cariñoso, amoroso y maternal sobaba mi espalda con el objetivo de que me tranquilizara y le contara acerca de todo lo que pasaba en la escuela.
La extrañaba más que a nada en este jodido mundo.
Desde que ella murió mi padre y yo nos habíamos distanciado un poco de alguna manera, ya no era lo mismo.
-Eres muy extraña, ¿Sabes?- dijo Jayden a mi lado- no me quejo, ni te juzgo ni nada, al contrario- hizo una pausa- me gusta que seas así.- dijo logrando sacarme de mis pensamientos.
-Gracias- susurre mientras mis mejillas se teñían lentamente de rojo.
Después de mi contestación nadie dijo nada más, provocando así que un gran silencio se creará entre nosotros, no era incómodo ni nada por lo común.
Cuando terminamos nuestros helados nos levantamos y regresamos al auto.
Estiró su mano y encendio la radio, en la cual comenzó a sonar la canción "Perfect" de Ed Sheran, ambos comenzamos a tararear.
El semáforo se puso en rojo provocando que nos detuvieramos.
Mi mirada recayó en las aceras, viendo así a la gente caminar por esta, unos caminaban sonrientes, otros llevaban prisa y observaban sus relojes de vez en cuando, pero entre tantas caras sonrientes y las alteradas, había quienes parecían devastados, la razón no la sabía pero un sentimiento de tristeza me invadió.
Un chico en específico fue quien me provocó el sentimiento, parecía de nuestra edad tal vez uno o dos años más grande, su rostro podía demostrar lo abatido que se encontraba, me pregunto si todos tenemos esa expresión en el rostro cuando estamos tristes, un intento de sonrisa estaba en sus labios. El chico se quebró en los brazos de una chica, lágrimas corriendo por sus mejillas, los brazos de la chica los abrazaban por su cintura, el por su lado la abrazaba aferrándose a ella como si tuviera miedo de que en cualquier instante se desvaneciera, un instante tardó en bajar sus brazos y demostrar lo débil que se encontraba, sin importar quien estuviera a su alrededor lloró en el cuello de la chica mientras está sobaba su espalda.
Sentí una lágrima recorrer mi mejilla; por alguna extraña razón me sentía familiarizada con el chico, tal vez la pérdida de mi madre provocaba ese sentimiento de vacío en mi ser.
Rápido y despistadamente limpié la lágrima rebelde que había llegado a mi barbilla.
Perdí de vista al chico debido a que el auto comenzó a moverse de nuevo.
El recorrido fue corto y a pesar de eso, no sabía en donde me encontraba.
Parecía que había salido del pueblo en el que vivía, pues me encontraba rodeada por árboles y eso indicaba que estaba por entrar a el bosque.
-¿En dónde estamos?- espere unos segundos eternos viendo el perfil de Jayden sin intención de responder, desesperadamente pregunte- ¿Qué hacemos aquí?-
-No te preocupes, no te haré nada que tú no quieras- su voz sonó áspera, ronca; sin saber el porqué me encogí en mi lugar, asustada por su contestación.
Su voz áspera me recordó a la noche en la que todo sucedió, la noche en la que fui testigo del peor suceso que había vivido; el día en que los sueños y las pesadillas comenzaron a hacerse realidad.
Ese día que en mi memoria se encontraba en blanco.
Todos los doctores con los que había asistido decían lo mismo, el acontecimiento tan terrible que precensiaste es el causante de tu bloqueo mental; no podrás recordar nada hasta que tú cerebro decida que eres lo suficiente madura como para soportar ese echo.
-Cass, llegamos- dijo Jayden extendiendo su mano caballerosamente para ayudarme a bajar del automóvil.
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¡Holaaaaaa!
Aquí está el nuevo capítulo, lamento la tardanza la verdad es que he estado muy ocupada y no he tenido oportunidad de subirlo antes. Perdón :(Preguntas:
✓¿Quieren maratón? →
✓¿Les gustaría que interactuaramos más? Si es así dejen ideas de cómo. →
✓¿Cómo podemos hacer que más personas conozcan LSSC? Ideas →Hasta aquí el capítulo de hoy.
Gracias por leer.
Los quiero.
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Los Sueños Se Cumplen...? #Wattys2019
Teen FictionLa vida es cruel, suele hacerte tropezar y justo cuando crees que todo está perdido llega alguien y te dice que aún existe esperanza, que confíes en él y se encargará de que tu vida mejore, pero en lugar de mejorar tu vida solo la pone patas arriba...