Mi mirada se perdió al momento de escuchar esa frase salir de sus labios.
Mis ojos vagaron por toda la calle, viendo a mucha gente caminar por ella, a esta hora las calles siempre estaban abarrotadas.
Recuerdo que cuando era niña y estaba de vacaciones o no tenía clases mi mamá y yo salíamos a caminar por todo el pueblo, comprábamos helados en un parque y nos sentábamos a comerlos en una banca que solo usábamos nosotras, de vez en cuando mi papá nos acompañaba.
Mis pensamientos son interrumpidos en el momento que el exterior del auto de queda inmóvil.
El auto se detuvo.
Observé mi alrededor intentando identificar algo que me dijera en donde me encontraba.
Mis ojos se abrieron como platos al identificar el parque en el que pasaba las horas con mi madre.
De reojo observé cómo el asiento de mi acompañante se encontraba vacío alarmada por lo que estaría planeando lo busqué desesperadamente con la mirada, hasta encontrarlo recargado en el cofre de su automóvil, torpemente safo mi cinturón, abro la puerta y bajo lentamente del auto, peino mi cabello despistadamente.
Camino hacia donde se encuentra Jayden, y éste al verme de reojo se separa de su coche y comienza a caminar dándome a entender que quiere que le siga, así que eso hago, supongo que contra más rápido pueda ver que está bien más rápido me podré ir.
Camino lento tras él, pues sé que de vez en cuando me dirige su mirada de reojo, como asegurándose de que no he decidido salir corriendo y huir de él, que, pensando coherentemente no tengo oportunidad alguna de safarme de sus garras, me encuentro en desventaja, primero no conocía el lugar ya que desde el día en que perdí a mi madre deje de recorrer estos lugares, así que técnicamente si deseaba dejarme aquí para que me las arreglara yo sola me moriría en cualquier instante; y segundo (y más importante que lo anterior) Jayden era más grande que yo así que si mi opción era correr a un local, hablarle a Will para que viniera por mi, estaba muerta, en cuanto intentará correr el me alcanzaría y probablemente todo se volvería algo turbio.
Descarté ambas ideas.
Me distraje viendo a mi alrededor, como niños jugaban a que eran superhéroes y las niñas hacían una competencia para ver quién era la más bella de todas.
Caminé lento y seguro, hasta que choque con algo que provocó que me cayera de senton.
Sentía mi rostro arder por la vergüenza que estaba viviendo.
Me sentía ridícula, era el centro de atención de la mayoría de chiquillos y chiquillas a mi alrededor.
Todo estaba bien, hasta que el idiota de mi a acompañante soltó una sonora carcajada ronca, casi celestial; estoy segura de que si las circunstancias fueran diferentes estaría babeando por él, pero lo único que logró al reírse fue encender una chispa de coraje.
El muy gilipollas no puede parar de reírse; ha tenido que agarrarse la panza y retorcerse para así seguirse riendo de mi.
Yo por mi parte sigo en el suelo contando hasta un millón para no pararme y cometer un homicidio, del cual no me arrepentiré.
Cuándo voy a la mitad de mi cometido, estoy más calmada y creo que no tengo más deseos de matarlo.
El muy idiota sigue riéndose.
Algo molesta por su estúpida actitud me dispongo a levantarme.
Me duele todo, en especial mi trasero, que imagino más plano de lo que ya se encontraba en un pasado.
Mientras me comienzo a levantar veo como su mano se acerca a mi con la intención de ayudarme, pero la aparto de un manotazo. Subo mi mirada a su rostro que se encuentra fruncido por la confusión que le ha causado mi forma de actuar.
-Puedo sola- le espeto furiosa mientras termino de levantarme.
Con la atenta mirada de Jayden sobre mí me dispongo a sacudir mis piernas, en el proceso tomo mi celular que se encuentra en la bolsa trasera de mi pantalón. Deslizo mi dedo por la pantalla poniendo mi contraseña, seguidamente entro a la app de contactos y buscó el número de Will lo presionó y llevo mi celular a mi oreja.
Un tono, dos tonos, tres y - Bueno, princesa me tienes muy preocupado-
-Hola Will, lamento molestarte pero, ¿Crees que puedas venir por mí?- mi mirada se encuentra con la de Jayden, quién rueda los ojos en sinónimo de molestia.
-Clago que si hermosa, solo dime en donde carajos te dejo ese idiota- una sonrisa surca mis labios al ver la forma en la que se preocupa por mi, lo qué causa que Jayden frunza el seño y me observé muy confundido- si es ella quiere que la vaya a buscar- habla con alguien que imagino que es Elena.
-La verdad es que solo sé que- no puedo terminar la oración ya que el capullo de Jayden me arrebata el artefacto y se encarga de contestarle.
-No te preocupes cabron, no está sola, yo estoy aquí- y sin esperar respuesta alguna cuelga la llamada- mírala creía que eras más boba, bueno esto solo ocasionará más diversión para mí, - mencionó mientras se acercaba a mi- en cambio lo único que traerá para ti- susurro muy cerca de mis labios- será una enferma obsesión por mi, y yo dichoso te aceptaré-
-¡Por favor! Solo en tus sueños pasara algo así, ¿Sabes? Creo que será mejor que esperes sentado por ello- dije cabreada de todo, de la situación, de su forma de actuar y de su egolatría.
-No te preocupes, preciosa soy muy paciente, y todo lo que quiero- me dijo mientras me guiñaba un ojo- siempre lo consigo- cuando terminó la frase pego sus labios en mi mejilla derecha causando una corriente eléctrica que me recorrió por completo.
Se alejó de mi y camino hacia una heladería pidió dos helados y cuando regreso me tendió uno de estos.
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¡Holaaa! ¿Qué tal todo?¿Qué les pareció el capitulo de hoy?
Aun no supero el capítulo pasado creo que ha sido mi favorito. Bueno espero sus comentarios.
Preguntas:
✓ ¿Les gustaría que Jayden narrara más capítulos?
✓¿Quieren maratón?
✓¿Les gustaría que interactuaramos más? Si es así dejen ideas de cómo. →
✓¿Cómo podemos hacer que más personas conozcan LSSC? Ideas →Bueno eso todo.
¡Gracias por leer!
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Los Sueños Se Cumplen...? #Wattys2019
Novela JuvenilLa vida es cruel, suele hacerte tropezar y justo cuando crees que todo está perdido llega alguien y te dice que aún existe esperanza, que confíes en él y se encargará de que tu vida mejore, pero en lugar de mejorar tu vida solo la pone patas arriba...