Capítulo 7

313 38 15
                                    

POV Klaus

Abrí la puerta de mi apartamento y dejé que la rubia ebria a mi lado pasara primero.

—¿Por qué me trajiste a tu apartamento...?—volteó a verme pícara y sonrió levemente.

—Porque no quiero que tu padre me golpee por llevarte en estas condiciones—la miré hacer un puchero y se quitó sus tacones, los acomodó a un lado del sofá y sentí sus ojos sobre mí.

Me sonreía mientras se acercaba a mí.

—Tenemos algo pendiente, Mikaelson— pasó sus manos por mi pecho y aflojó mi corbata.

—Estás muy ebria, dudo que quieras esto —la miré y relamí mis labios. Su aroma a alcohol me embriagaba, y aún estando con apenas conciencia de lo que hacía, se veía demasiado sexy y adorable.

—Oh, Klausie—la miré sorprendido ante el mote—No lo quiero, lo deseo—dijo y me besó con desesperación.

Seguí el beso de la misma forma tomando su cintura y mandando al carajo mi conciencia o pensamiento racional

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Seguí el beso de la misma forma tomando su cintura y mandando al carajo mi conciencia o pensamiento racional. Si ella lo quería, no sería yo quien se negara. Jugué con su lengua mientras nuestros cuerpos aumentaban la temperatura, sentía que nos completábamos a la perfección. Disfruté de sus besos y sus caricias pegándola a mí.

Sus manos quitaron torpemente mi saco y yo la cargué haciendo que su vestido rojo se subiera. La llevé a la habitación y la acosté, empecé a besar su cuello y mis manos las subí por su cadera, bajando lentamente el cierre de su vestido.

Escuchaba sus jadeos y besé su cuello acariciando sus piernas, pero de repente dejé de escucharla y ella dejó de acariciar mi espalda.

Alcé la mirada y sonreí divertido al ver que había caído dormida. Sí que estaba ebria, y yo tenía una erección un tanto dolorosa.

Me acomodé a su lado y la cubrí con las finas sábanas. No sabía cómo reaccionaría mañana, pero estaba seguro de que esta rubia me encantaba más de lo debido...

•••

POV Damon

Miré mi celular nervioso por décima vez en dos minutos. Le había dicho a Caroline que quería saber todo sobre anoche y su fiesta, pero ya eran las once de la mañana y no contestaba a mis mensajes o llamadas.

Caminé y entré a una tienda, miré a Elena tomando unas cosas y me acerqué tras ajustar mi chaqueta.

—Hola—dije sonriendo y ella volteó con un respingo.

—Oh, hola—ella seguía en lo suyo, pero qué grosera.

—Cancelaste nuestra cita—la miraba atento.

—Sí, no soy tonta—me miró y tomó sus cosas—Me han dicho cómo es Damon Salvatore, y pues mejor olvídalo—ella caminó a la caja y fruncí mis labios. Qué perra. Sabía que tenía fama de mujeriego, y lo era, pero no lo consideraba motivo para tratarme como la mierda sin conocerme.

Contrato con satanás. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora