22-Arrepentido
**Jugram**
-Así que....le has visto....- observo sentado desde mi trono la mirada desesperada de Kouga mientras asiento con la cabeza levemente.
-Mura está vivo....y aquí, en Japón...-
-Más concretamente en esta ciudad. En el barrio rojo- Kouga abre los ojos de par en par y yo suspiro levantándome para acercarme a él.
-Ve a por él. No eres samurái que pueda vivir sin su vaina-
-Jugram.... ¿estarás bien?-
-Por supuesto. Soy el Rey de todo este imperio...y cumpliré mi deber hasta el día de mi muerte.-
Kouga se despide de mí acariciando por última vez mi rostro y le veo marchar de mi castillo justo cuando siento la presencia de Urahara a mi espalda.
-Parece que ya no tengo nada más que hacer aquí ¿no es cierto majestad?-
-No. Puedes volver con los Kuchiki o ser libre-
-¿crees que un brujo como yo puede vivir a salvo en estos tiempos?-
-Te concedo la inmunidad. Nadie te pondrá una mano encima, ni a ti, ni a tu joven inquisidor. Te doy mi palabra- Urahara se queda maravillado ante mi dictamen y me hace una reverencia de agradecimiento.
-¿de veras no necesitas que te ayude en nada más...Jugram?- sé a lo que se refiere y no dudo en negar con la cabeza.
-Todo está bien....yo mismo acabaré con "eso"-
Urahara se despide también abandonando la sala y yo regreso a mi dormitorio pidiendo a mis guardias que se mantengan al margen. Dentro, tumbado sobre la cama, Yhwach delira ya entre fiebres por el maltrecho estado de su cuerpo. Me siento en la cama a su lado oyéndole jadear y abre los ojos para observarme.
-Jugram....- cierro los ojos cuando pasa sus dedos temblorosos sobre mi cabello y al abrirlos me sorprende con una mirada serena en su rostro. ¿Cómo un hombre que aterrorizó durante años a tanta gente puede acabar así? Siento un odio infinito por él, pero en el fondo me parece ilógico saber que va a morir.
-Dime, cardenal.... ¿has decidido arrepentirte de tus actos?-
-Nunca....-
-Maldito....te irás a la tumba siendo un pecador repugnante...-
-No merezco ascender a los cielos....por todo lo que he hecho – abro los ojos de par en par ante su confesión y noto como agarra mi mano con fuerza tensándome.
-algún día....regresaré...-
-Tú fe no admite la creencia en reencarnaciones-
-Pero la tuya sí....y sabes....que te encontraré.....-
Suspiro profundamente al pasar mis dedos por los ojos de Yhwach para cerrárselos cuando da su último aliento de vida. De inmediato me pongo en marcha para realizar los preparativos de su traslado a España y no tardo en recibir la visita de uno de sus hijos, Rojuro. Ha desmejorado con el paso de los años ya que escapó de la inquisición y se ocultó como un exiliado durante todo este tiempo en diversos países, incluido el mío.
-Jugram-sama....- Rojuro toma mi mano para besarla haciéndome ver cómo han cambiado totalmente los roles. No hace mucho era yo el que tenía que llamarle con respeto y obedecer sus órdenes.
-Incineraremos a tu padre para que puedas llevártele contigo. Puedes regresar a este país cuando desees, no serás juzgado-
-Gracias....muchas gracias....- siento compasión al ver el dolor y la humillación en sus ojos. Rojuro termina confesándome todo lo que ha hecho durante este tiempo, incluso que cuando una vez la Inquisición dio con ellos, vendió a su hermano para salvarse él.
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"Vaina"
Fiksi PenggemarLas diferencias de poder han existido durante siglos. Hay hombres que sirven para luchar, otros que sirven para liderar, otros que son usados para servir y aquellos ocultos que sirven solo para dar placer... En una época antigua de constantes revuel...