❝You didn't see that coming?❞
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Todos los personajes pertenecen al mundo de Marvel a excepción de los creados por mí.
Todos los derechos reservados.
Inicio: 22/07/2018
Finalización:
advertencia: ninguna, pero sí drama y un Peter de último año (17-18 años)
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Lo siento si es difícil captar mi vibra. Necesito un amante en quien confiar, dime que estas de mi lado ¿Estas listo para el viaje? No es fácil para que alguien me atraiga Pero he estado esperándote toda mi maldita vida Por toda mi vida.
Jamás había logrado permanecer en más de un sitio a causa del trabajo de sus padres. Cada seis meses, un país nuevo, un idioma nuevo, una escuela nueva. Eni jamás sostuvo una amistad realmente duradera debido a la distancia que la separaban de todas las personas que había conseguido querer.
Era por eso que su actitud era tan fría y dura, causando que se convirtiera en una persona introvertida y muy tímida.
Su nueva parada: Queens, Nueva York.
-¿Midtown High School? -preguntó mirando el folder que su padre le había prestado para ver los datos de su nuevo instituto. -Esto es para cerebritos, papá. Yo no encajaré ahí. ¿no pueden enviarme simplemente a la estatal? así me será más sencillo ignorar a las personas y pasar desapercibida. -dice devolviendole el folder a su padre y empujando el pedazo de bistec que había en su plato.
Llevaban tres días en la nueva casa y si bien era espaciosa y lujosa gracias al prestigio de sus padres en su trabajo, jamás sabría lo que se siente un hogar. Miraba el plato de porcelana con su cena y suspira.
-Eni, tu promedio es de nueve con cuareta, encajarás perfectamente allí. Empiezas mañana, sin de la discusión. -dictamina su madre, sí, precisamente no era la mujer más comprensiva o pedagógica, pero estaba acostumbrada.
-Elena -la reprende su padre mirándola. En cambio, su padre era mucho más cariñoso y afectivo, siempre quiso que a pesar de su dificil trabajo, mantener una linda relación con su única hija.
-Está bien, mamá, papá. No tengo apetito. Me iré a dormir -susurra Eni y deja sus trastes en el lavabo para lego subir a su nuevo cuarto.
Blanco, espacioso, con un genial balcón e inclusive un baño en suite. No podía quejarse, pero sin embargo las vacías paredes le causaban un poco de angustia. Colgó unos posters hechos trizas por las mudanzas en las paredes y pegó una que otra foto que tenía con personas con las que no tenía contacto alguno.
Suspira y se recuesta, durmiéndose a los segundos, intentando no pensar en toda la situación.
A la mañana siguiente, su padre la dejó en la puerta del instituto. No importaba lo que costara, siempre la llevaba a sus primeros días en la escuela.
