El amanecer poco a poco comenzó a aproximarse, y acá me encuentro escribiéndote una vez más sólo que, en esta ocasión, de una manera un tanto diferente. ¿Sabés? Detesto todo tipo de costumbres: a algo, a alguien... y yo estaba por tomarle costumbre a la poesía. Tal vez por eso es que ahora estoy dedicándote párrafos en lugar de estrofas, y alargando mis explicaciones como si no pudiese expresarme con la absurda ironía de un poeta enamorado. Pero no creas que prefiero regalarte líneas rectas y olvidar los versos, porque cualquier cosa me convence si se trata de vos. Aunque sí, acepto que es algo un poco nuevo, y me siento como una principiante que sólo vuelca letras sobre una página en blanco, con la ambición de que sus palabras puedan cambiar el mundo: Admito que no suelo escribir sobre amor en prosa, a menos que sean renglones repletos de nostalgia y alguna que otra lágrima, pero acá está la proyección de mí misma probando algo nuevo.
Me provocás la sensación de jamás haberle escrito poemas a nadie, logrando que me vea como una total inexperta en la acción de amar. Es que puede que también lo sea: Que haya amado mal todo este tiempo, que haya confundido amor con costumbre, con preocupación o con necesidad. Y no es una teoría irrefutable: Quizás todo este tiempo haya estado confundida, tanteando entre espacios y palabras, buscando la manera de ubicar mis puntos y mis comas en una historia sin corrección. Pero tu arte, o tu sonrisa, o tus ojos, o lo que sea que haya sido, me dio el golpe de realidad que tanto precisaba. Y ahora: ¿Cómo me explico a mí misma el pensar que la escala de grises es puramente perfecta, incluso sabiendo que yo sólo pertenezco a los extremos de la monocromía?Aún no sé cómo, creeme que busqué la respuesta, pero cada palabra que te doy siento que, por primera vez, vale la pena. Veo en vos la libertad de poder escribir sin miedo a aburrirte, a que prefieras no perder tu tiempo leyendo a una romántica como yo; miedo a que, cada punto y aparte, para vos sean puntos finales. Pero me cura un poco saber que con vos todo es diferente, que como vos no hay nadie más, que en vos puedo confiar y escribirte cuanto quiera, porque siempre vas a estar dispuesto a leerme. Sé, también, que mis oraciones no son las mejores que alguien puede brindarte, que tal vez en otro momento alguien te dedique más comas que puntos, que tal vez encuentres a alguien con quien no pertenecer a la escala de grises y, con seguridad, definirte como blanco o como negro. Pero sé, más que lo anterior, que nunca antes le había regalado a alguien tantos renglones cargados de inocencia, sin buscar una recompensa, con el único objetivo y deseo de sentir, y aquello es suficiente para convencerme de que esta vez es verdadero.
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La metáfora de las estrellas.
Poesia- - Me propuse juntar todos mis escritos en un solo libro el mismo día en que me rompieron el corazón, y este es el resultado. - - "El arte vive en las estrellas y, lo único que es realmente libre, es el arte." Alin Dueña.